EL CIELO Y LA MAR [Mi poema]
Camila Evia [Poeta sugerido]
Camila Evia [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
El cielo amaba a la mar Que el cielo quiso bajar Soñaba ser marinero Que el cielo le tiró un beso No saben los que no han visto Y es que la mar es mi cielo, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Camila Evia
Nos dimos cuenta
Only in the segregated angles of Lunatic Asylums
Do those who have strained to exceeding themselves
Break on our edgeless contours
– Mina Loy
Nos dimos cuenta
empezando por fuera
de esa piel por donde
nos escapamos
Nuestra elasticidad
camina por el techo
y las pestañas se
contaminan de estrellas
En el joven crepúsculo
de nuestra cruel descendencia
dejamos nuestras pasiones de lado
Habiendo tragado su hambre
satisfecho de ira
nos disuadimos en nidos de ratas
Viejos aposentos nacidos
de nuestra inmortalidad
estancados tan rápido
en una vida de impalpables dimensiones
Estamos al revés de la mentira de las ciudades
que se digiere en nuestros estómagos
mientras las luces de la calle
se desvanecen ante nuestros ojos
RIDÍCULOS
ahí tienen al ridículo
jadeando el escupitajo
del genio postizo
tragando siglos
pulverizando ángeles
a niveles efímeros
el cielo derrama su verdad
y permite a los pájaros
volar en su bostezo
GNOSSIENNES
Encadenados dientes
Relieve de cristal
Bajo el claro de luna
Rugidos afónicos surgen
Entre blancas melodías
Abominables tentáculos
La exquisita ala de un cisne
De carácter melancólico
Salpicada por el hueso del infierno
LÁGRIMAS DE AMAPOLA
en la hora ciega de la costa sin sol
la lluvia ahoga las flores mientras las hijas
del océano cantan a la gris espuma
el viento sacude y golpea
a las amapolas que encogen sus hombros
en la difunta escena del letargo
las plantas se inclinan por su propio peso
y las moscas sedientas rodean los capullos
de semillas inmaduras para beber sus lágrimas
INCENDIO
Cuento las pestañas
quemadas por la oscuridad
de tu indiferencia
despojada de toda realidad
Garras de tormento
te absorben derriten
las capas de tu espada
Triunfaron los bufones
quemando la seda
por la cerda satisfacción
de la ira
Por orden maligna
arrancaste la hierba
cubierta de estrellas
OBSIDIANA
Silicatos despegados del suelo
verde oscuro óxido teñido
de estima alumínica
Rumores de viento estático
sonámbulos reglamentos de
rojo veteado en blanco y negro
La luz blanca del cielo alumbra
las cenizas que giran en los viejos
sueños enterrados en lápidas cristalinas.
Piedras heladas
los tábanos infectados en luna
dormitan entre heladas piedras
mientras se hunden quietos
en su reducible adolescencia
las polillas hacen eco
en los ángulos de la noche
donde todo quedará despejado
en la primera respiración
los perros de gritos ásperos
rodean el estático algodón
donde la mañana espera en
la pesada bruma de la luna vieja
Ridículos II
escupen sobre la verdad
para mantener un orden
no hay exilio
no hay duda
permanecen los nombres
y los números
y nosotros
bostezamos sobre su diario
cumpliendo sus leyes
fumamos sus marcas
riendo a escondidas
Avena silvestre
cuando las finas gotas
se ocultan en la tarde
y las estrellas apagan
el brillo delgado del sol
los cardenales lentamente
se alejan mientras se hunden
las melodías del viento que arde
en sus envenenadas lágrimas
linternas se encienden
entre avena silvestre
pálida especulación
que destruye el universo.