La aguja en un pajar, si la has perdido,
no busques que imposible es encontrar,
por mucho que decidas rebuscar
o debas lamentar por qué habrá sido
coser ya no podrás ni remendar.
Quiero saber, amigo, si así puedo llamarte,
si puedo tutearte pues que aún no te conozco,
sólo sé de tus versos donde admiro tu arte
y que disfruto contigo, aquí lo reconozco.
Fue un momento, una ilusión,
un suspiro verde y grana
que ensombreció a una mañana
fruto de alguna traición.
Y el balcón, aquel balcón
y aquella brisa malsana
conjuraron la función....
La vida, amigo mío, sin abrazos,
distinta, no es lo mismo, es otra cosa,
igual que sin perfume no es la rosa,
favores que hay se dan y son sablazos.
Tú, lector. que me sigues y asistes a mis cuitas,
sabes de lo que hablo, cuando me contradigo,
que en mis versos naufragas, indigente y mendigo,
y con tanta zozobra en el cieno tiritas.
Escribo de la esquina de este verso
que ha sido por los hados maldecido,
que fue muerto antes ya de ser herido
para soñar que sigue vivo y terso.
Yo escribo aquí, y algunos me echáis flores,
lo que induce a pensar, soy un florero.
Agradecido estoy por los honores,
de su incienso me encuentro prisionero.
Vivo cerca del mar. En una casa
nada espectacular, algo corriente.
Un colegio resopla, intermitente,
cuando salen los niños a jugar.
Al dios de la verdura, humildemente
doy gracias y hoy entono esta oración,
con toda mi ferviente admiración
por ser tan generoso ese ingrediente
que adoro por ser sano y su coción.
Ser libre, aspiración que queda en eso,
¿acaso el corazón transita libre?
deseo que a la emoción convierte en beso,
no existe sensación de igual calibre..
Yo no soy nadie, solo un cerebro,
que él es quien manda, yo le obedezco,
si alguien me alaba no lo merezco,
si a él le echan flores yo lo celebro,
si le denigran, yo lo padezco.
Quizás ocurra que algún día un verso mío
deje de ser mío para ser de todos,
pueda ser vitoreado cual los toros
en los cosos de las letras con gran brío
o enterrado entre las ciénagas y lodos.
Se dice es hacedor de los humanos
presume de amasar los sentimientos,
se mezcla entre sus loas y lamentos
tratándolos cual fuera de gusanos
buscando de pescar remordimientos.
¿Quién no ha tenido una vez la tentación
de propinarle una patada al mundo,
¡oh,aciaga noche! hundido en lo profundo
en el andén del tren de una estación?
Muchacho, qué sería yo mirando
al sauce que se lleva la corriente,
sus olas en el agua irreverente
cuando dejan de andar. O acaso cuando
siente, o mas bien tal vez cuando presiente....
Yo no quiero mausoleos
donde cuelgan los trofeos
y la gente va a llorar
que entre las alas del viento
donde anida el pensamiento
allí quiero descansar.
Escucho a Mozart por la noche y leo
a un tal Machado o a algún otro poeta,
hasta que llega el toque de corneta,
los ojos se me nublan y no veo.
Por qué debo dejarme seducir
por algo en que creyeron mis ancestos
siguiendo como lo hacen los cabestros,
debiendo de engañar o de mentir
sin nada que pensar ni que decir
mas que él es de los nuestros.
A veces cuando leo me pregunto
si entiendo todo aquello que yo leo
si el arte presto está en mi camafeo
es lo que a mi más gusta. Y aquí punto.
Yo lancé a la mar un sueño
y el mar me lo devolvió,
yo pienso que él se creyó
que ese niño era aún pequeño,
que no sabría nadar
y antes que se fuera ahogar
de mi se compadeció.
Decidme ¿quién maneja vuestras vidas?
¿los dueños, quienes son de vuestros sinos?
¿quién mueve por vosotros los destinos?
¿quién cura si es que existen las heridas?
¿quién debe diseñar vuestros caminos?
