1.SOMOS GNOMOS [Poema del Editor]
2.Juan Carlos Abellá [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA… de medio pelo

 

Solo tú y yo sabemos lo que algunos ignoran,
solo tú y yo libamos de los mismos secretos,
somos dos almas simples con sus dos esqueletos,
que aman, odian y gimen, que sonríen y lloran.

Somos dos animales como son los gusanos,
como son las alondras, como son las perdices,
poco más que unas moscas con algunos matices
que vagan en invierno con un sueño en las manos.

Como dos meretrices metidas en harina
a la espera que un día nos pidan matrimonio,
obviando el pretendiente sea el mismo demonio
inmersos en el fango de la verdad supina.

Somos, nada sabemos, ni siquiera qué somos;
vamos, ¡quién lo supiera! sin saber dónde vamos,
ni tampoco sabemos el por qué nos amamos,
de un circo imaginario, por un quizás, dos gnomos.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Abellá

DISTICOS

No guardes nada, compañera mía,
con siete llaves a la luz del día.
Abre la absurda puerta monacal
al íntimo tesoro virginal.

Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.
Nos da el adiós un sol en cada día
con sangrante pañuelo de agonía.

A este poniente de esplendores rojos
ya nunca más lo mirarán tus ojos.
Rompe la cerradura de tu vida

vierte la miel del ánfora escondida.
Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.

Whisky

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

¡Cómo desatan tus manos
la cadena del destino,
taumaturgo de los sueños
sumidero del olvido!

Borras este mundo triste,
y es fiesta la soledad.
Los sueños que ya no sueño
otra vez vuelvo a soñar.

Mago rubio, mago rubio,
cuando tu la llamas viene
la novia que no fue mía
porque la llevó la Muerte.

Y ríen los ojos lágrimas
y arden besos efusivos
Los besos que no se dieron,
lo que nunca fue vivido.

Se anula, el tiempo, se anula
el continuo despedirse,
con la fantasmagoría
de olvidados imposibles.

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

AL TIEMPO

Oh! padre de los días que vienen y se van.
¿qué designio funesto desmesura tu afán?
Hace millones de años que deshojas las vidas
en tu propio regazo paterno amanecidas.
Ob! padre de los días ¿qué destino inclemente
te arrancó las entrañas, que así, perpetuamente,
apuñala los días la insania de tu brazo,
abriéndoles la herida sangrienta del ocaso?
¿Para quién, maquinando punición expiatoria,
eslabonas la enorme cadena de la bistoria?
Con cuerda de esperanza, deseable de sufrir.
nos atas a la rueda del nacer y el morir.
Inexorablemente deshojas esta flor
de frustánea alegría, de amargante dolor,
que en tu mano renueva con loca obstinación
el abrazo salvaje de la reproducción.
Oh! padre de los días, apacigua tu empeño
mientras pasa el divino fantasma de mi sueño.

MI POETA INVITADO:  José Manuel Gallardo

III

He llegado a entender
que el azar a veces es prolijo
y permite que una composición
creada por alguien
quizá una tarde de verano,
de palabras dispuestas en la página,
hablase de mí;
milagro
de la comunicación en diferido.

Y ahora que ha crecido el árbol,

dime, pájaro errante,
dime si será tu casa
o si ha crecido en balde.

INCOLORA

Si te acercas,

si tu mano acaricia la corriente,
el río es transparente.

Si soy un cuerpo,

si todo lo que aquí soy y aquí dejo
es lo que mi cuerpo —yo— percibe;
si estos versos que os dejo,
y los movimientos que realicé al dejarlos
son mi forma de ser —soy yo—,
de expresar que mi cuerpo está en el mundo.
Si soy un cuerpo,
tomadme así: anatomía, fisiología,
neurología, experiencias vividas,
intencionalidad corporal.
Si esto es así,
si soy un cuerpo,
abridme y mirad cómo en mis vísceras,
en las circunvoluciones de mi materia gris
no hay nada que no podáis ver
cómo envejece y se pudre,
cómo este cuerpo en movimiento
que soy yo
es mi consciencia corporal e intencionada.
Si esto soy yo,
si soy un cuerpo,
un árbol,
una casa.
De: Casa Árbol Persona. Editorial: Huerga & Fierro.

Bio de autores en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • : Autor invitado

    JOSÉ MANUEL GALLARDO, Licenciado en Filología Hispánica, Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, Máster en Gestión y Dirección de Centros educativos simultanea su trabajo como profesor de Secundaria y Director del Colegio Virgen de Atocha FESD con su actividad de creación literaria.
    Ha publicado los poemarios Límites (accésit XVIII premio Joaquín Benito de Lucas de poesía 2002), Números rojos (2012), Infinitos monos (2016) y Leve (2020). Sus poemas aparecen en antologías como Dos poemas y un café (2012) o Los poetas hipocondríacos (2018). Colabora habitualmente con diversas revistas digitales y con distintos artistas. Fuente

    Ver entradas Bueno Diez
  • Juan Carlos Abellá (18 de mayo de 1893, Rivera – 18 de octubre de 1962, Montevideo) fue un poeta y ensayista uruguayo cuya obra, cargada de introspección y lirismo, sigue resonando con una voz única y profunda en el panorama literario de Uruguay. Abellá, un autor que prefería el anonimato y la reclusión, se mantuvo alejado de la promoción personal, dejando que sus versos hablasen por sí mismos.

    Sus composiciones poéticas se destacaron por su profundidad y estilo, siendo las mejores recopiladas en su libro Andén, publicado en 1929. Sin embargo, no se puede pasar por alto el valor poético de sus otras obras como Vanidad (1923) y Tiempo (1925), cada una de ellas reflejando la evolución de su pensamiento y sensibilidad artística. La crítica, representada por la figura de Alberto Zum Felde, ha señalado que las páginas de “Vanidad” y “Tiempo” contienen “rasgos de valor poético seguro”, lo que confirma la relevancia de Abellá en la poesía uruguaya.

    En 1933, Abellá expandió su horizonte literario con la publicación de Preludios, un ensayo filosófico que vio la luz en Montevideo bajo la imprenta El Siglo Ilustrado. Esta obra mostró una faceta diferente de su genio, explorando temas de reflexión profunda y filosófica.

    A lo largo de su vida, Abellá se mantuvo fiel a su visión artística, prefiriendo que su obra se destacara por su propio mérito en lugar de buscar el reconocimiento público. Su legado literario, aunque modesto en volumen, es inmenso en calidad y ha dejado una huella imborrable en la literatura uruguaya. Fuente

    Ver entradas Bueno Diez

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