Todos los poetas de reconocido prestigio de Perú presentes en la web. Ver poetas sugeridos y/o invitados.
Hoy puedes navegar por autopistas
salir a pasear, conocer mundo,
la vida disfrutar como turistas,
ver en competición a deportistas
y todo sin pararte ni un segundo.
Yo soy un solitario, un eremita,
un tipo que practica el onanismo,
que escribe y solo piensa en uno mismo,
se encuentra despistado en una cita
o al borde del abismo.
La vida va bailando por la acera
de un pueblo cuyo nombre no recuerdo,
por mucho que lo intento ya me pierdo,
se dice que el que espera desespera.
Nosotros, los de pueblo, que nacimos
al fin de que acabara ya una guerra.
Tuvimos que amarrarnos a la tierra,
tan tristes esos tiempos que vivimos
escasos de soñar, sin una perra.
Un ave se ha cagado en mi sesera
¿por qué será si yo nada la he hecho?
le puede suceder a otro cualquiera.
Maldigo a esa costumbre puñetera
pues sé que no hay derecho.
La vida sigue igual. Eso es mentira.
Que el arte de vivir mucho ha cambiado.
No tiene parangón. Que es otra tira
de un cómic que elucubra y que delira
al ver lo del pasado en qué ha quedado.
De nuevo volví al mar. Yo no sabía
si el mar nunca pasaba de la raya,
pensando que quizá ya no estaría,
diciendo para mi qué es lo que haría
sin sol y sin la playa.
Se fue como el que sufre de un infarto
no supo soportar los desamores
que acuden de la mano de traidores
diciéndole a la vida ya estár harto
de flores sin olores.
Escribo donde escriben los poetas
en tanto a tal palabra me resisto,
escribo mientras vivo, que me visto,
tornando la memoria a las pesetas,...
¿Por qué yo he de decir lo que no pienso?
¿por qué he de traicionar a mis razones?
¿por qué yo he de seguir echando incienso
si alabo a la verdad, no soy propenso
a echar mis bendiciones?
Amor, amor, amor no más me esquives,
amor, amor, pasión, yo aquí quisiera
hacerte de mis garras prisionera,
suplico que me indiques donde vives.
Me gustan las ciudades vestidas y aseadas
ausentes de pasquines, paredes sin panfletos,
que amables te reciben y muestran sus respetos,
exentas de excrementos y esquinas sin meadas
mostrando al visitante que no habitan paletos.
Antiguamente dicen que se hacía,
la forma de sembrar era a voleo
más propia, más humana, según creo,
que a mano la simiente se esparcía.
Nieva en Soria. Invierno. La galbana
se apropia del ambiente. Compungidos,
los pájaros no salen de sus nidos,
el lino dando paso va a la pana.
Me apresto a imaginar, soy un labriego
que un buen día se puso aquí a sembrar,
-esto creo que es mucho imaginar,-
pues yo escribo montándome en mi ego
y aunque crea que sigo siendo un lego....
Modérese, señora, yo no he dicho
que el mundo en que vivimos sea justo,
no quise a usted causarle algún disgusto,
retire por favor que soy un bicho
y así se quede a gusto.
Prometo, no fui yo quien lo pidiera,
yo era un niño cantando el "Cara al Sol",
una especie incipiente de español
al que un día robaron la cartera
y hoy se siente cual fuera un esquirol.
Hace un tiempo rompí con mis caprichos,
al cabo y al final no son más que eso,
se insertan sin llamar dentro en tu seso
queriéndote incordiar, vulgares bichos,
y dártela con queso.
