»MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA
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Breve Biografía deManuel Gutiérrez Nájera ¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar? haz click en el botón de la izquierda! Manuel Gutiérrez Nájera nació en México en 1859 y falleció en 1895. Fue un gran admirador de los poetas del simbolismo francés, sobre todo de Verlaine, Musset y Gautier. En su obra puede hallarse un ferviente gusto por lo clásico con un toque afrancesado y, aunque nunca salió de México, supo ofrecer una poesía empapada de los estilos europeos que tanto estaban influenciando a los autores latinos. IV Mi vida es un suspiro, tu vida una sonrisa; Convierte los abrojos de mi cruel destino Tal vez en mi alma existen en sombra aletargados, Alumbra con tus ojos mi obscura inteligencia, Si de tu amor el hálito mi espíritu alentara, Las novias pasadas son copas vacías; Las bocas de grana son húmedas fresas; La copa se apura, la dicha se agota; Las novias pasadas son copas vacías; Las bocas de grana son húmedas fresas; La copa se apura, la dicha se agota; ¡No moriré del todo, amiga mía! ¡No moriré del todo! Cuando herido Tal vez entonces por la boca inerme Hondos recuerdos de fugaces días, Todo lo que medroso oculta el hombre Y acaso adviertas que de modo extraño Al ver entonces lo que yo soñaba, Y porque alzo en tu recuerdo notas porque existe la Santa Poesía Ora blancas cual copos de nieve, ¿Quién conoce sus nidos ocultos? ¡Así vuelan y pasan y expiran ¡Ya no viene la blanca la buena! Quiero morir cuando decline el día No escuchar en los últimos instantes, Morir cuando la luz, retira Morir, y joven; antes que destruya Idos, dulces ruiseñores. Notas, salid de puntillas; Luna, que en marco de plata Al pie de su lecho queda Guarda tu perfume, rosa, Descienden taciturnas las tristezas De sangre es el color de sus pupilas, Aguárdolas ansioso, si el trabajo En las fiestas, a ratos se me pierden Suelen dejarme cuando, sonriendo, Corridas huyen, pero vuelven luego Abrese a recibirlas la infinita Entre esas luces, rígido tendido, Escudriñando el húmedo aposento En lo profundo de mi ser bucean, A veces me revuelvo contro ellas Pero en seguida, viéndose impotente, Venid, tristezas de pupila turbia, Vosotras no engañáis; venid, tristezas, ¡Venid y habladme de las cosas idas, Anoche, mientras fijos tus ojos me miraban ¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado, La juventud nos canta, nos ciñe, nos rodea; Comparte con mi alma tus penas y dolores, Seré, si tú lo quieres, el resistente escudo La muerte está muy lejos; anciana y errabunda, La vida, sonriendo nos deja sus tesoros: Ahora todo canta, perfuma o ilumina; ¡Ah! deja las tristezas al nido abandonado, II. Yo vivo entre sollozos, mi canto es el gemido, Muy lentas son mis horas; muy tristes son mis días; La luz que iluminaba mi lóbrego camino Tan triste es lo que siento, tan negro lo que veo, La duda con sus garras destroza mi creencia, III Tu vida ángel hermoso, cual cándido arroyuelo, Tú ignoras, niña bella, del mundo los engaños, No sabes cual se llora al contemplar perdida Es blanca tu conciencia y azul tu pensamiento, Cuando del sacro templo en las soberbias naves, Los cielos te sonríen, la tierra te da flores, En la sombra debajo de tierra, A la mar se encaminan los ríos, En la fuente de mármoles níveos, En el mar soberano las olas ¡Cuán distinta la negra corriente Como ella, de nadie sabidas, !Y si paso os abrieran, saldríais, Madre, madre, cansado y soñoliento Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces; Con ansia inmensa que mi ser consume !Aire! ¡más luz, una planicie verde Abre, por fin, hospedadora muda, No más continuo batallar: ya brota ¡Acude madre, y antes que perezca ¡Pronto rompen la cadena ¿Qué son las bocas? Son nidos. ¿Por qué en cárcel sepulcral -Besos que, apenas despiertos,
Publicó fundamentalmente poemas amorosos a través de los cuales dejó en claro su deseo de que las formas españolas se fusionaran con las francesas para ofrecer una poesía más completa, libre y auténtica.
Entre sus obras más destacadas se encuentran «La mañanita de San Juan», «La duquesa Job», «Cuentos frágiles» y «Cuentos de color de humo». En 1896 toda su obra lírica fue recogida en una antología completa titulada «Poesías».
En nuestra web podrás leer algunas de sus creaciones, tales como «Efímeras», «La serenata de Schubert» y «Resucitarán»
mi alma negra sombra, la tuya blanca luz;
eres arroyo y ave, eres perfume y brisa;
yo lágrimas y duelo, tristísimo sauz.
con las hermosas flores de tu bendito amor;
y entonces, vida mía, al fin de este camino,
irán nuestras dos almas al trono del Señor.
los gérmenes sublimes de gloria y majestad:
sin ámbito ni norte dormitan cobijados
en el sudario lúgubre de horrible obscuridad.
sé tú, mi vida, el norte que mire mi ambición,
y me alzaré gigante y arrancaré á la ciencia
el más hermoso lauro que anhela el corazón.
si de tu amor sintiera la llama celestial,
yo el vuelo poderoso con majestad alzara,
y un rayo alcanzaría del sol de lo inmortal.
en ellas pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos . . . huyeron los días . . .
¡Traed otras copas con nuevo licor!
Champán son las rubias de cutis de azalia;
Borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos oscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino del Rhin.
las Negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como almas del té.
de un sorbo tomamos mujer y licor . . .
Dejemos las copas. . . ¡Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces del amor!
en ellas pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos . . . huyeron los días . . .
¡Traed otras copas con nuevo licor!
Champán son las rubias de cutis de azalia;
Borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos oscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino del Rhin.
las Negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como almas del té.
de un sorbo tomamos mujer y licor . . .
Dejemos las copas. . . ¡Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces del amor!NON OMNIS MORIAN
De mi ondulante espíritu disperso,
algo en la urna diáfana del verso,
piadosa guardará la poesía.
caiga a los golpes del dolor humano,
ligera tú, del campo entenebrido
levantarás al moribundo hermano.
que muda aspira la infinita calma,
oigas la voz de todo lo que duerme
con los ojos abiertos de mi alma!
ternezas tristes que suspiran solas;
pálidas, enfermizas alegrías
sollozando al compás de las violas…
se escapará, vibrante, del poeta,
en áureo ritmo de oración secreta
que invoque en cada cláusula tu nombre.
suenan mis versos en tu oído atento,
y en el cristal, que con mi soplo empaño,
mires aparecer mi pensamiento.
dirás de mi errabunda poesía:
era triste, vulgar lo que cantaba…
mas, ¡qué canción tan bella la que oía!
del coro universal, vívido y almo;
y porque brillan lágrimas ignotas
en el amargo cáliz de mi salmo;
y en ella irradias tú, mientras disperso
átomo de mi ser esconda el verso,
¡no moriré del todo, amada mía!MARIPOSAS
ora negras, azules o rojas,
en miríadas esmaltan el aire
y en los pétalos frescos retozan.
Leves saltan del cáliz abierto,
como prófugas almas de rosas
y con gracia gentil se columpian
en sus verdes hamacas de hojas.
Una chispa de luz les da vida
y una gota al caer las ahoga;
aparecen al claro del día,
y ya muertas las halla la sombra.
¿En qué sitio de noche reposan?
¡Las coquetas no tienen morada!…
¡Las volubles no tienen alcoba!…
Nacen, aman, y brillan y mueren,
En el aire, al morir se transforman,
y se van sin dejarnos su huella,
cual de tenue llovizna las gotas.
Tal vez unas en flores se truecan,
y llamadas al cielo las otras,
con millones de alitas compactas
el arco iris espléndido forman.
Vagabundas, ¿en dónde está el nido?
Sulanita, ¿qué harén te aprisiona?
¿A qué amante prefieres, coqueta?
¿En qué tumbas dormís, mariposas?
las quimeras de amor y de gloria,
esas alas brillantesdel alma,
ora blancas, azules o rojas!
¿Quién conoce en qué sitio os perdisteis,
ilusiones que sois mariposas?
¡Cuán ligero voló vuestro enjambre
al caer en el alma la sombra!
Tú, la blanca, ¿por qué ya no vienes?
¿No eres fresco azahar de mi novia?
te formé con un grumo del cirio
que de niño llevé a la parroquia;
eres casta, creyente, sencilla,
y al posarte temblando en mi boca
murmurabas, heraldo de goces,
«¡Ya está cerca tu noche de bodas!»
¡Ya no viene tampoco la roja,
la que en sangre teñí, beso vivo,
al morder unos labios de rosa!
Ni la azul que me dijo: ¡poeta!
¡Ni la de oro, promesa de gloria!
¡Es de noche… ya no hay mariposas!
¡Ha caído la tarde en el alma!
Encended ese cirio amarillo…
¡Las que tienen las alas muy negras
Ya vendrán en tumulto las otras,
y se acercan en fúnebre ronda!
¡Compañeras, la pieza está sola!
Si por mi alma os habéis enlutado,
¡Venid pronto, venid mariposas!PARA ENTONCES
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo.
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni pelgarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.
el tiempo aleve la gentil corona,
cuando la vida dice aún: «Soy tuya»,
aunque, sepamos bien que nos traiciona.EFÍMERAS
Quedó la selva callada,
y a su ventana, entre flores,
no sale mi enamorada.
está la niñita enferma…
Mientras duerme en mis rodillas,
dejad, ¡oh notas!, que duerma.
su rostro copiabas antes,
si hoy tu cristal lo retrata
acas, luna, la espantes.
y aguarda a que buena esté,
coqueto escarpín de seda
que oprimes su blanco pie.
guarda tus rayos, lucero,
para decir a mi hermosa,
cuando sane que la quiero.MIS ENLUTADAS
al fondo de mi alma,
y entumecidas, haraposas, brujas,
con uñas negras
mi vida escarban.
de nieve son las lágrimas,
hondo pavor me infunden…, yo las amo
por ser las solas que me acompañan.
de ellas me separa,
y búscolas en medio del bullicio,
y son constantes
y nunca tardan.
o se ponen la máscara,
pero luego las hallo, y así dicen:
-¡Ven con nosotras!
Vamos a casa.
mis pobres esperanzas
como enfermitas ya convalecientes
salen alegres
a la ventana.
y por la puerta falsa
entran trayendo como nuevo huésped
alguna triste,
lívida hermana.
tiniebla de mi alma,
y van prendiendo en ella mis recuerdos
cual tristes cirios
de cera pálida.
mi espíritu descansa;
y las tristezas, revolando en torno,
lentas salmodian,
rezan y cantan.
rincones y covachas,
el escondrijo do guardé cuitado
todas mis culpas,
todas mis faltas,
y hurgando mudas, como hambrientas lobas,
las encuentran, las sacan,
y volviendo a mi lecho mortuorio
me las enseñan
y dicen: Habla.
pescadores de lágrimas,
y vuelven mudas con las negras conchas
en donde brillan
gotas heladas.
y las muerdo con rabia,
como la niña desvalida y mártir
muerde a la arpía
que la maltrata.
mi cólera se aplaca.
¿Qué culpa tienen, pobres hijas miías,
si yo las hice
con sangre y alma?
venid, mis enlutadas,
las que viajáis por la infinita sombra
donde está todo
lo que se ama.
oh, mis criaturas blancas
abandonadas por la madre impía,
tan embustera,
por la esperanza!
de las tumbas que callan,
de muertos buenos y de ingratos vivos…
Voy con vosotras,
vamos a casa.¡SI TÚ MURIERAS!
y tus convulsas manos mis manos estrechaban,
tu tez palideció.
¿Qué hicieras -me dijiste- si en esta noche misma
tu luz se disipara, si se rompiera el prisma,
si me muriera yo?
las sombras a la noche, los dardos al soldado,
los cuervos al ciprés.
No pienses en lo triste que sigiloso llega;
los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega
con tus desnudos pies.
es grana en tus mejillas; en tu cerebro, idea,
y entre tus rizos, flor;
tenemos en nosotros dos fuerzas poderosas,
que triunfan de los hombres y triunfan de las cosas:
¡la vida y el amor!
te doy mis sueños de oro, mis versos y mis flores
a cambio de tu cruz.
¿Por qué temer los años, si tienes la hermosura;
la noche, si eres blanca; la muerte, si eres pura;
la sombra, si eres luz?
que del dolor defienda tu corazón desnudo;
y si eres girasol,
seré la pare oscura que en hondo desconsuelo
sin ver jamás los astros se inclina siempre al suelo;
¡Tú, la que mira al sol!
evita los senderos que el rubio sol fecunda,
y por la sombra va;
camina sobre nieve, por rutas silenciosas,
huyendo de los astros y huyendo de las rosas;
¡la muerte no vendrá!
¡abre tus negros ojos, tus labios y tus poros
al aire del amor!
Como la madre monda las frutas para el niño,
¡Dios quita de tu vida, cercada de cariño,
las penas y el dolor!
ahora todo copia tu faz alabastrina,
y se parece a ti;
aspiro los perfumes que brotan de tu trenza,
y lo que en tu alma apenas como ilusión comienza,
es voluntad en mí.
las sombras a la noche, los dardos al soldado;
los cuervos al ciprés.
No pienses en los triste que sigilos llega;
los mirtos te coronan, y el arroyuelo juega
con tus desnudos pies.
jamás mi labio entona la estrofa del placer;
mi pecho siempre exhala tristísimo alarido,
mi rostro siempre abate terrible padecer.
horribles horizontes limitan mi existir,
caverna pavorosa de obscuras lejanías,
preséntase á mis ojos el negro porvenir.
y que tranquilos goces en la niñez me dió,
dejándome entre sombras, cual raudo torbellino,
ante mi vista atónita por el espacio huyó.
que sólo me consuelan mi llanto y mi gemir;
ya no en la dulce dicha, ni en la ventura creo,
ya sólo me presenta la muerte el porvenir.
marchita con su aliento las flores de mi amor;
hay sombras en mi alma, hay luto en mi conciencia,
mi vida es una estrofa del himno del dolor!
deslizase entre flores con suave murmurar,
tu corazón es puro como el azul del cielo,
jamás tu frente empañan las nubes del pesar.
no sabes cómo muere del alma la ilusión ;
no sabes cómo agotan terribles desengaños
los sueños más hermosos del triste corazón.
aquella fe sublime que guió nuestra niñez;
no sabes cómo amarga las horas de la vida
la duda que nos cerca de eterna lobreguez.
rosados horizontes te ofrece el porvenir,
ninguna nube empaña de tu alma el firmamento,
ninguna pena enluta tu plácido existir.
murmuras una tierna, purísima oración,
suspenden al oírla, sus cánticos las aves,
y un ángel la conduce al trono del Señor.
las fuentes su murmullo, las aves su cantar;
tu corazón es nido de cándidos amores,
con tu mirada ahuyentas las nubes del pesar.ONDAS MUERTAS
donde nunca llegó la mirada,
se deslizan en curso infinito
silenciosas corrientes de agua.
Las primeras, al fin, sorprendidas,
por el hierro que rocas taladra,
en inmenso penacho de espumas
hervorosas y límpidas saltan.
Mas las otras, en densa tiniebla,
retorciéndose siempre resbalan,
sin hallar la salida que buscan,
a perpetuo correr condenadas.
y en su espejo movible de plata,
van copiando los astros del cielo
o los pálidos tintes del alba:
ellos tienen cendales de flores,
en su seno las ninfas se bañan,
fecundizan los fértiles valles,
y sus ondas son de agua que canta.
juguetona y traviesa es el agua,
como niña que en regio palacio
sus collares de perlas desgrana;
ya cual flecha bruñida se eleva,
ya en abierto abanico se alza,
de diamantes salpica las hojas
o se duerme cantando en voz baja.
los peñascos abruptos asaltan;
al moverse, la tierra conmueven
y en tumulto los cielos escalan.
Allí es vida y es fuerza invencible,
allí es reina colérica el agua,
como igual con los cielos combate
y con dioses y monstruos batalla.
a perpetua prisión condenada,
la que vive debajo de tierra
do ni yertos cadáveres bajan!
¡La que nunca la luz ha sentido,
la que nunca solloza ni canta,
esa muda que nadie conoce,
esa ciega que tienen esclava!
como ella, de sombras cercadas,
sois vosotras también, las oscuras
silenciosas corrientes de mi alma.
¿Quién jamás conoció vuestro curso?
¡Nadie a veros benévolo baja!
¡Y muy hondo, muy hondo se extienden
vuestras olas cautivas que callan!
como chorro bullente de agua,
que en columna rabiosa de espuma
sobre pinos y cedros se alza!
Pero nunca jamás, prisioneras,
sentiréis de la luz la mirada:
¡seguid siempre rodando en la sombra,
silenciosas corrientes del alma!MADRE NATURALEZA
quiero pronto volver a tu regazo;
besar tu seno, respirar tu aliento
y sentir la indolencia de tu abrazo.
en ti se encuentra la virtud perdida,
y tentadora y joven apareces
en las grandes tristezas de la vida.
quiero apoyar las sienes en tu pecho,
tal como el niño que la nieve entume
busca el calor de su mullido lecho.
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
tus vastas y tranquilas soledades,
y deja que mi espíritu sacuda
el tedio abrumador de las ciudades.
sangre humeante de mi abierta herida,
y quedo inerme, con la espada rota,
en la terrible lucha por la vida.
y bajo el peso, del dolor sucumba;
o abre tus senos, y que el musgo crezca
sobre la humilde tierra de mi tumba!
¿Sabes lo que es un suspiro?
¡Un beso que no se dio
¡Con cadena y cerrojos
los aprisionan severos,
y apenas los prisioneros
se me asoman a los ojos!
de tan injusta prisión,
y no mueren más de pena
que ya está de besos llena
la tumba del corazón!
¿Y los besos? ¡Aves locas!
Por eso, apenas nacidos,
de sus nidos aburridos
salen buscando otras bocas.
se trueca el nido del ave?
¿Por qué los tratas tan mal,
si tus labios de coral
son los que tienen la llave?
volar del nido queréis
a sus labios entreabiertos
en vuestra tumba, mis muertos,
dice: ¡Resucitaréis!