TRES PALABRAS NADA MÁS [Mi poema] César Brandon [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Encima te he dejado, en la mesilla, Vocablos que marcaban mi tristeza Adiós, mi amor, decía en mi misiva Espero simplemente que al leerlo Y acabe así por fin ya este dilema |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: César Brandon
(Ganador en el Concurso Got Talent)
Hola,
Esta carta debía haberla escrito hace dos años,
así que por esta vez permitirme hablar en primera persona
y os prometo que ya acabo.
Mamá, me encanta escribir a ordenador,
aunque detesto todo lo que trae el Word 2016 como predeterminado.
Sonará extraño, pero es como si la existencia me hubiese concedido la habilidad de leer entre opciones de interlineado
y la verdad es que detesto el cuerpo del Calibri, los once puntos y el 1,0 de espaciado.
Mamá, me enseñaste que la vida resumía en pedir disculpas, dar las gracias y decir por favor.
Y también en guardar cada cinco minutos los archivos de Word, porque en cualquier momento podía producirse un apagón y nos quedábamos días sin luz.
Mamá, gracias por tu gratitud, por todo lo bueno, de preocuparte del cuándo, del cómo, del dónde y con quién salía.
Yo y mi juventud.
A veces contestándote con mala actitud hasta que tú y tus collejas me recordabas que, pa mala, tú.
Mamá, lo siento por entender demasiado tarde que por más veloz que sea el amor a primera vista siempre quedará segundo si se enfrenta al amor de madre.
Por enseñarme que padre no sólo es aquel que tiene un hijo, padres son todos aquellos a los que los sueños les quedan pequeños, a lo poco que duermen para cumplirlos y aparte.
Lo siento por buscar lo extraordinario en otros planetas, por contestarte con mensajes cuando ya había encontrado vida en llamarte.
Mamá, ahora, ahora el mundo se detiene cuando hablo mamá, porque tú te casaste con la felicidad y no firmaste la separación de bienes.
Y ahora… jamás volverá a pasar por mi cabeza la idea de quitarme la vida, porque la felicidad me debe la mitad de todo lo que tiene.
Mamá, tal vez yo solo sea un instante,
como una de esas faltas de ortografía que en el Word 2016 se corrigen solas,
o se borra.
Mamá, tal vez yo sea eso.
Pero yo te quiero recta, a doble espacio y en Times New Roman.
Gracias.
INCENDIO (ALMA NÚMERO 12)
Tú: escalofríos; tú, escalando mi espalda con tus dedos; tú, trepando
los poros de mi ser…y los de mi piel también.
Tú: accidente; tus manos tocando mis rodillas; tus labios,
chocando con cada una de mis curvas. Tu lengua a oscuras en mi
cuerpo, sin miedo a caer en mi ombligo, o a perderse en el fondo de
mi corazón.
Tú: deshielo; tus dientes en mi cuello mordiéndome un beso; tú,
haciendo tuyos mis pechos y mi pecho: agitando mi respiración. Tu
aliento empañando cada kilómetro de mi cuerpo. Te conoces a la
perfección mis atajos…pero siempre has sido de elegir el camino más
largo; de hacerme esperar, de convulsionar mi cuerpo besándome
desde el final hasta el principio de mis piernas. En fin: tus dedos en mi
vagina haciéndome pensar que soy la responsable del calentamiento
global.
Tú: fuego; nunca pensé que un incendio en mi piel sería tan
húmedo…nunca pensé que tendría tantas ganas de quemarme.
LA TIERRA Y LA LUNA
Se acercaba el día de su decimoctavo cumpleaños,
y la Tierra se encontraba acostada boca hacia algún lugar del espacio porque desde que vio a la Luna no dejó de provocarse efectos mariposa en el estómago.
A ver si así podía poner un poco de práctica la teoría del caos… Y conocerla.
Pero la Luna era ordenada, meticulosa y apasionada de las cifras,
al principio no se fiaba de alguien de había tardado solo cinco billones de años en pedirle salir a una chica, que tal vez su interés era superficial y solo le interesaba las vistas, porque se comentaba que con ella los polvos… estelares, se veían de maravilla.
Pero el día de la cita la Luna se esmeró buscando en el armario una fase, preguntándose si no era muy atrevido vestirse ese escotado cuarto menguante, si maquillarse o dejarse ver los cráteres, si darle una oportunidad a una chica después de haber saltado para la humanidad y dado pasitos en falso para los hombres.
Y mientras la Tierra no paraba de preguntarse qué iba a contarle.
Tal vez lo de que después de los dinosaurios de mayor quería ser controlador aéreo de estrellas fugaces, que en la Tierra todos eramos ciudadanos de un lugar llamado Primer Mundo porque el segundo nos sabía a poco y el tercero estaba en vías de desarrollo.
Que en la tierra éramos unos extremistas religiosos un poco absurdos, y nos llenábamos la boca de orgullo gritando: “Mi Dios besa mejor que el tuyo”.
Que en la Tierra no importa el color de la piel, que nadie te detiene para que justifiques tu existencia con un trozo de papel, que es más fácil ser mujer, que dos sí se pelean aunque uno no quiera y al revés, que uno no tiene suficiente con dos y busca a tres para inventarse que son felices los cuatro hasta que se multiplica el problema y cuatro acaba llamando al cero dieciséis.
Que los refugiados no están hechos de opiniones en internet, que en la Tierra no nos rompemos el corazón para recordar al pasado, que no somos tan simples, que después de una relación “fuimos” no se conjuga en el pretérito perfecto complicado.
¿Cómo iba a impresionar a la lúnatica que afectaba su gravedad? A la que dijeron que era imposible tapar el Sol con un solo eclipse y demostró que no era verdad.
Cuando lo único genuino era que la Tierra somos unos rebeldes a la hora de amar, que toda la Vía Láctea ya puede declararse en huelga que ese día iremos a trabajar, que no somos más que un instante en este lugar, pero vivimos como si la eternidad no fuese más que una hora que todavía no ha cumplido la mayoría de edad.
La Tierra podía contarle todo eso a la Luna, con algún que otro engaño, o simplemente empezar la cita diciéndole que era su cumpleaños.
SI HAY ALGO QUE NO SE OLVIDA
Y después de haber vivido tanto, tanto y a veces tan poco, a sus 89
años, el anciano charlatán, recordando su juventud al ver su reflejo en
un espejo roto que le ‹‹sentaba›› como la seda y le ponía ‹‹de pie››
como la soberbia…se dijo a sí mismo, es decir, a su yo del reflejo, a su
yo joven, a su pasado:
“Que los pelos que no tienes en la lengua nunca te crezcan en
el corazón. Nunca pares de bailar, aun cuando la música no
suene. Nunca dejes de besar aun cuando tus labios se
sequen. Porque si hay algo en este mundo que no se olvida…
son los bailes de salón y los besos con lengua”
SOL(EDAD) LA EDAD DEL SOL
Es un hecho. El sol tiene los mismos años que la soledad.
-Ya no puedo seguir así-?le dijo el sol al Universo-. Lo doy
todo por ellos y nadie da nada por mí. Universo, ya no puedo más. Me
quiero morir.
-Si quieres morir, enamórate ?le respondió el Universo?.
Ama. Nacer para morir es un suicidio sin elección; no es libertad, mi
querido sol. Yo que tú…elegiría ser libre, elegiría enamorarme…elegiría
ser asesinado por la compañía de otro corazón…Querido sol,
¡estréllate!
Y fue en ese momento, cuando el sol decidió dejar de estar
solo; decidió dejar marchar a la soledad.
Y la soledad, -la muy cabrona- encontró en la humanidad, a
su más fiel compañera.
Tedi López Mills
Ceci n’est pas une pipe
Esto es una cara. Esto no es una cara.
Esto es un ojo. Esto no es un ojo.
Eso eres tú. Eso no eres tú.
Lo que sigue es miedo: búscalo,
dale la vuelta como a un conocido
con el que te topas en la calle, ignoras
viendo para otro lado, con culpa quizá
aunque el alivio la supera y te salva
del intercambio de cortesías con otro fantasma;
qué importa si por un quicio entra la duda.
Es mi ayudante, te aclaro, ¿carcome?
No si aprende a titubear sin propósito,
por arte, cazando la encrucijada perfecta
para quedarse ahí, en el umbral especulativo,
su brecha mermada por sobra de uso:
la duda baila un instante en esa orilla;
yo nunca la engaño para que se resuelva:
esto es esto; quién querría saber;
el bamboleo me gusta, previo
a la incertidumbre, seduce por su frágil
contacto conmigo: ahora, por ejemplo,
vendrá compasiva, melodramática:
truéname por la cola, si eso te sirve.