ANTE EL ESPEJO [Mi poema] Ricardo Gómez López [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Un día me juré que nunca juraría, Y allí un golpe pegué de forma incontinente Quiero me haga el honor, le exijo sus respetos, Permita que le diga a usted, mi acto reflejo, |
El espejo es el reflejo que a cierta edad no quisiéramos ver.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ricardo Gómez López
Lucy
Lucy es la hermana mayor.
Se fue a Buenos Aires y allá se quedó. En sueños
jugamos a que yo la visito
o que ella despacito por los Andes
para no despertar la nieve.
La Pampa es grande
y la cruzo dentro de una carta
allí me apersono
le cuento que mamá es ‘más’ abuela
(ella más tía en consecuencia)
que el Metro cruza en cruz el centro
y nadie se persigna
que los valses pa las cármenes
ni las cuecas del dieciocho
son lo mismo.
En este domingo de nostalgia
trato de escribirle líneas alentadoras
pero la alegría no resulta.
Tomo la guitarra y compongo una canción
en DOlor Mayor sostenido
y paseo nuestras risas por la infancia.
No es que esté solo
sólo que me siento
incompleto.
(perdona mi caligrafía ardorosa
al parecer el lápiz tiene fuego)
Escribe pronto y no vayas
a decir que tienes canas verdes
Manda un beso con el sol
dime que la lluvia no hace charcos en tu rostro
dime que volveremos a cantar y reír juntos
dime
por favor
que todavía y más
somos hermanos.
De este mundo
Soñé
que yo era un ave de otro planeta
Desperté pajareando
con las alas entumecidas
y con una veintena de bípedos
curiosos mirándome
(abajo la Capital de ojos brumosos)
tras los barrotes del zoológico.
(Incluido en el CD Poemas de Ida y Regreso,
Dúo Urbe-Provincia, Leutún, 2002).
En el palomar
Dos palomas observan vitrinas
En el paseo peatonal
Se escandalizan de los maniquíes
Aprietan sus carteras añosas
Se miran
Suspiran
Y se dirigen al Banco del Estado de Chile
A cobrar la jubilación.
(Incluido en el CD Poemas de Ida y Regreso,
Dúo Urbe-Provincia, Leutún, 2002).
Cerca de la sima de Babel
En calle Bandera
entre la Compañía de Jesús y Huérfanos
La urbe se agita
Mientras la multitud extravía inspiraciones
una hoja blanca se balancea eléctrica
aferrada a un cable telefónico
Con la estampida de las 12 p.m.
se precipita pálida
bajo las suelas rápidas del transeúnte
A eso del ocaso
detrás de un kiosco yace la hoja
a t e r r a d a
Su faz luce una mancha pop:
helado de frutillas
que escurre sobre el dibujo naif
de una familia tomada de la mano
Un bubble gum lacre su pecho
el escupitajo a sus pies
a-firma la civilidad cotidiana
Desde entonces
las vagabundas hojas sueñan
en campos virginales
ducharse desnudas bajo la luna
ausentes del shock capitalino
y de todos los edificios cómplices
que noche a noche
bostezan
con sus melenas de neón.
SERIAMENTE
Algo grato se extravió del rostro humanitario:
aquel rictus cosquilleante que subía desde adentro
y anidaba luz
más allá de la mueca injusta de estos tiempos.
Tal vez se fue esfumando entre años de locura
y proyectiles del terror, que acribillaron sueños
condenándolos a flotar río abajo…
Por allí comenzó este misterio, esta seria insolencia
que fue destripando alegrías
y dejando el bolsillo de la esperanza vacío de mañanas.
Ya nada es lo mismo:
lo cotidiano: un oscuro pasadizo en trámite hacia ninguna parte.
(Todo transeúnte lleva máscara para ocultar propios extravíos).
Pero más allá de incontables desgracias hay risas,
sí que las hay:
grotescas, faranduleras, de los que día a día, peso a peso
y con soberana indolencia
se hacen millonarios de sonrisas
robándonos
las nuestras.