»SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Breve Biografía de Sor Juana Inés de la Cruz Sor Juana Inés de la Cruz nació en un pueblo de México en 1651 y falleció en la capital de dicho país en 1695. Se destacó como una de las escritoras mexicanas más reconocidas del siglo XVII. Si te gusta #Sor_Juana_Inés_de_la_Cruz... Clic para tuitear Detente, sombra de mi bien esquivo, Si al imán de tus gracias, atractivo, Mas blasonar no puedes, satisfecho, que tu forma fantástica ceñía, Hombres necios que acusáis si con ansia sin igual Combatís su resistencia Parecer quiere el denuedo Queréis, con presunción necia, ¿Qué humor puede ser más raro Con el favor y el desdén Opinión, ninguna gana, Siempre tan necios andáis ¿Pues como ha de estar templada Mas, entre el enfado y la pena Dan vuestras amantes penas ¿Cuál mayor culpa ha tenido ¿O cuál es de más culpar, ¿Pues, para qué os espantáis Dejad de solicitar, Bien con muchas armas fundo Finjamos que soy feliz, Sírvame el entendimiento A unos sirve de atractivo El que está triste, censura Los dos filósofos griegos Célebre su oposición Antes, en sus dos banderas Uno dice que de risa Para todo se halla prueba Todos son iguales jueces; Pues, si no hay quien lo sentencie, O ¿por qué, contra vos mismo, Si es mío mi entendimiento, El discurso es un acero Si vos, sabiendo el peligro No es saber, saber hacer Especular las desdichas En los trabajos futuros, Qué feliz es la ignorancia No siempre suben seguros También es vicio el saber, Si culta mano no impide Si andar a nave ligera En amenidad inútil, ¿De qué sirve al ingenio Y a esta desdicha por fuerza El ingenio es como el fuego, Es de su propio Señor Este pésimo ejercicio, ¿Qué loca ambición nos lleva ¡Qué felizmente viviera Aprendamos a ignorar, Pues estoy condenada, Porque te han informado, Si a otros crédito has dado, Si a otros ojos he visto, Si a otro, alegre, he mirado, Mas, supuesto que muero, Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, y Amor, que mis intentos ayudaba, Baste ya de rigores, mi bien, baste: con sombras necias, con indicios vanos, Estos versos, lector mío, No agradecido te busco: No hay cosa más libre que Di cuanto quisieres de ellos, Bien pudiera yo decirte Pero todo eso no sirve, Esto es, si gustas creerlo, Ya que para despedirme, háblente los tristes rasgos, Y aun ésta te hablará torpe Hablar me impiden mis ojos; Oye la elocuencia muda Mira la fiera borrasca Mira cómo ya el vivir Mira la muerte, que esquiva Mira cómo el cuerpo amante, Mira cómo el alma misma En lágrimas y suspiros Ya no me sirve de vida Mas, por qué gasto razones En fin, te vas, ay de mi! Posible es que ha de haber día Posible es que ha de llegar Ay, mi bien, ay prenda mía, Mira que es contradicción Mas ya que es preciso, ay triste!, dame algún consuelo tú No te olvides que te adoro, Acuérdate que mi amor, Y si mi amor no es bastante, Acuérdate, señor mío, Y perdona si en temer Y adiós; que con el ahogo Dime vencedor Rapaz, Tienes grande señorío; En dos partes dividida Cuando fuera, Amor, te vía, Invicta razón alienta Cogióme sin prevención Disfrazado entró y mañoso; Y buscando sus violencias A Casandra su fiereza Todo el palacio abrasado Ya la Ciudad, que vecina Este amoroso tormento Siento una grave agonía y cuando con mas terneza Siento un anhelo tirano Y si alguna vez sin susto Siento mal del mismo bien Verde embeleso de la vida humana, alma del mundo, senectud lozana, sigan tu sombra en busca de tu día que yo, más cuerda en la fortuna mía, De la más fragante Rosa Nace, pues, y apenas nace, Que llore el Alba, no es mucho, Si es por fecundar la Rosa, y más, cuando en la clausura Pues a ¿qué fin es el llanto Mas ¡ay! que la Abeja tiene pues dándole el néctar puro Hijo y madre, en tan divinas La Abeja paga el rocío Ayudando el uno al otro Pues si por eso es el llanto, Éste que ves, engaño colorido, éste, en quien la lisonja ha pretendido es un vano artificio del cuidado, es una necia diligencia errada, Amor empieza por desasosiego, Doctrínanle tibiezas y despego, Su principio, su medio y fin es éste: ¿Qué razón hay de que dolor te cueste? Con el dolor de la mortal herida, Toda en el mal el alma divertida, Y cuando, al golpe de uno y otro tiro No sé con qué destino prodigioso En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas? Yo no estimo tesoros ni riquezas; Y no estimo hermosura que, vencida, teniendo por mejor, en mis verdades, Hombres necios que acusáis si con ansia sin igual Combatís su resistencia Parecer quiere el denuedo Queréis, con presunción necia, ¿Qué humor puede ser más raro Con el favor y desdén Siempre tan necios andáis ¿Pues cómo ha de estar templada Mas, entre el enfado y pena Dan vuestras amantes penas ¿Cuál mayor culpa ha tenido ¿O cuál es más de culpar, Pues ¿para qué os espantáis Dejad de solicitar, Bien con muchas armas fundo Amante dulce del alma, divino imán en que adoro: hoy que en unión amorosa hoy que para examinar pregunto: ¿es amor o celos Mas ¡ay, bárbara ignorante, Para ver los corazones Con una intuición presente Luego no necesitabais Luego es amor, no celos, Feliciano me adora y le aborrezco; A quien más me desdora, el alma ofrezco; Si con mi ofensa al uno reconvengo, pues ambos atormentan mi sentido: Este que ves engaño colorido, este, en quien la lisonja ha pretendido es un vano artificio del cuidado, es una necia diligencia errada, Rosa divina que en gentil cultura Amago de la humana arquitectura, ¡Cuán altiva en tu pompa, presumida, de tu caduco ser das mustias señas! La compuesta de flores maravilla, la que, en vez del dragón (de quien humilla ya el cielo, que la copia misterioso, pues no menos le dan traslado hermoso Al que ingrato me deja busco amante; Al que trato de amor hallo diamante Si a éste pago, padece mi deseo; Pero yo por mejor partido escojo Miró Celia una rosa que en el prado y dijo: -Goza, sin temor del Hado y aunque llega la muerte presurosa mira que la experiencia te aconseja Verde embeleso de la vida humana, alma del mundo, senectud lozana, sigan tu sombra en busca de tu día que yo, más cuerda en la fortuna mía, Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, y Amor, que mis intentos ayudaba, Baste ya de rigores, mi bien, baste; con sombras necias, con indicios vanos, Detente, sombra de mi bien esquivo, Si el imán de tus gracias, atractivo, Mas blasonar no puedes, satisfecho, que tu forma fantástica ceñía, ¿Tan grande, ¡ay, hado!, mi delito ha sido Tan severo en mi contra has procedido, Dísteme aplausos para más baldones, penas a mi desdicha desiguales Fabio, en el ser de todos adoradas Y así, si de uno solo son amadas Mas yo soy en aquesto tan medida, de aquel que de mi amor réditos cobra; Dices que yo te olvido, Celio, y mientes Mis pensamientos son tan diferentes Si tú fueras capaz de ser querido, Mas tan lejos estás de esa victoria, Máquinas primas de su ingenio agudo Invención rara, que en el mármol rudo ¡Oh! Así permita el Cielo que se entregue Vajel, que -al discurrir por alcanzarte- De un funesto moral la negra sombra, Cubrió la verde matizada alfombra Mas viendo del amor tanto despecho, Mas ¡ay de la infeliz y desdichada, La heroica esposa de Pompeyo, altiva, Rinde la vida en que el sosiego estriba Si el infeliz concepto que tenía ¡Qué tirana fortuna! ¡Quién pensara, ¿Qué pasión, Porcia, qué dolor tan ciego Si la fortuna airada al justo ruego Deja las brasas, Porcia, que mortales porque si bien de tu pasión se infiere, ¡Oh famosa Lucrecia, gentil dama, ¡Oh, con cuánta razón el mundo aclama Pero si el modo de tu fin violento con que pusiste fin a tantos males, Con el dolor de la mortal herida Toda en su mal el alma divertida, Y ciando el golpe de uno y otro tiro, no sé por qué destino prodigioso, Si los riesgos del mar considerara Si del fogoso bruto ponderara Pero si hubiera algo tan osado, mano, el rápido carro en luz bañado El ausente, el celoso, se provoca; Este templa, tal vez, su furia loca, Este aflige dudoso su paciencia, aquél y ella, sufre desconsuelos; Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno Eres como el mortífero veneno, Tu aspecto vil a mi memoria ofrezco, Pues dando considero, lo que hice, Yo no dudo, Lisarda, que te quiero, De ver que odio y amor te tengo, infiero Y si piensas que el alma que te quiso Pues si el amor al odio ha dado entrada, Cuando mi error y tu vileza veo A mi misma memoria apenas creo, Yo bien quisiera, cuando llego a verte, que sólo se remedia en publicarlo, ¿Vesme, Alcino, que atada a la cadena ¿Ves de dolor y angustia el alma llena, ¿Vesme seguir sin alma un desatino, siguiendo los vestigios de un engaño? Intenta de Tarquino el artificio Y cuando piensa ya que más propicio Arde furioso, y la amorosa tema ¡Oh Providencia de Deidad suprema! ¿En perseguirme, Mundo, qué interesas? Yo no estimo tesoros, ni riquezas, Y no estimo hermosura, que vencida, Teniendo por mejor en mis Verdades, Que no me quiera Fabio, al verse amado, Que sufrimiento no estará cansado, Si de Silvio me cansa el rendimiento, A mí me busca el otro agradecida, El Hijo, que la Esclava ha concebido, El que retorna, el campo agradecido; Así, Lisi Divina, estos borrones, Y no lo impidan sus imperfecciones, La Mexicana Musa, Hija eminente ¡Qué sutil, si discurre! ¡Qué elocuente, 5 Única poetisa, ese talento ¡O enhorabuena Peregrina seas, Mandas, Anarda, que sin llanto asista Amor, Señora, sin que me resista, Buscan luego mis ojos tu presencia, Los virtuales rayos entretanto, Inés, cuando te riñen por Bellaca, Si coges la palabra, no hay Urraca, Este bullicio todo lo Trabuca, sabe mi amor muy bien lo que se Peca, Aunque eres (Teresilla) tan Muchacha, De los empleos que tu Amor Despacha,5 Estás ha hacerle burlas ya tan Ducha, sabes darle a entender, cuando Sospecha,
Se dice que con tan sólo tres años ya sabía leer y escribir con una facilidad inaudita. Estas capacidades la llevaron a codearse con los más altos jefes de la corte del Virreinato de España y, pese a ello, a los 16 años ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de México y más tarde en la Orden de San Jerónimo, donde permaneció siempre. DETENTE SOMBRA
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.REDONDILLAS
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.FINJAMOS QUE SOY FELIZ
triste pensamiento, un rato;
quizá prodréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,
que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.
Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es negro
el otro prueba que es blanco.
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta agora averiguado.
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.
sólo es digno el mundo vario;
y otro, que sus infortunios
son sólo para llorados.
y razón en qué fundarlo;
y no hay razón para nada,
de haber razón para tanto.
y siendo iguales y varios,
no hay quien pueda decidir
cuál es lo más acertado.
¿por qué pensáis, vos, errado,
que os cometió Dios a vos
la decisión de los casos?
severamente inhumano,
entre lo amargo y lo dulce,
queréis elegir lo amargo?
¿por qué siempre he de encontrarlo
tan torpe para el alivio,
tan agudo para el daño?
que sirve para ambos cabos:
de dar muerte, por la punta,
por el pomo, de resguardo.
queréis por la punta usarlo,
¿qué culpa tiene el acero
del mal uso de la mano?
discursos sutiles, vanos;
que el saber consiste sólo
en elegir lo más sano.
y examinar los presagios,
sólo sirve de que el mal
crezca con anticiparlo.
la atención, sutilizando,
más formidable que el riesgo
suele fingir el amago.
del que, indoctamente sabio,
halla de lo que padece,
en lo que ignora, sagrado!
vuelos del ingenio osados,
que buscan trono en el fuego
y hallan sepulcro en el llanto.
que si no se va atajando,
cuando menos se conoce
es más nocivo el estrago;
y si el vuelo no le abaten,
en sutilezas cebado,
por cuidar de lo curioso
olvida lo necesario.
crecer al árbol copado,
quita la sustancia al fruto
la locura de los ramos.
no estorba lastre pesado,
sirve el vuelo de que sea
el precipicio más alto.
¿qué importa al florido campo,
si no halla fruto el otoño,
que ostente flores el mayo?
el producir muchos partos,
si a la multitud se sigue
el malogro de abortarlos?
ha de seguirse el fracaso
de quedar el que produce,
si no muerto, lastimado.
que, con la materia ingrato,
tanto la consume más
cuando él se ostenta más claro.
tan rebelado vasallo,
que convierte en sus ofensas
las armas de su resguardo.
este duro afán pesado,
a los ojos de los hombres
dio Dios para ejercitarlos.
de nosotros olvidados?
Si es para vivir tan poco,
¿de qué sirve saber tanto?
¡Oh, si como hay de saber,
hubiera algún seminario
o escuela donde a ignorar
se enseñaran los trabajos!
el que, flojamente cauto,
burlara las amenazas
del influjo de los astros!
pensamiento, pues hallamos
que cuanto añado al discurso,
tanto le usurpo a los años.PUES ESTOY CONDENADA
Fabio, a la muerte, por decreto tuyo,
y la sentencia airada
ni la apelo, resisto ni la huyo,
óyeme, que no hay reo tan culpado
a quien el confesar le sea negado.
dices, de que mi pecho te ha ofendido,
me has, fiero, condenado.
¿Y pueden, en tu pecho endurecido
más la noticia incierta, que no es ciencia,
que de tantas verdades la experiencia?
Fabio, ¿por qué a tus ojos se lo niegas,
y el sentido trocado
de la ley, al cordel mi cuello entregas,
pues liberal me amplías los rigores
y avaro me restringes los favores?
mátenme, Fabio, tus airados ojos;
si a otro cariño asisto,
asístanme implacables tus enojos;
y si otro amor del tuyo me divierte,
tú, que has sido mi vida, me des muerte.
nunca alegre me mires ni te vea;
si le hablé con agrado,
eterno desagrado en ti posea;
y si otro amor inquieta mi sentido,
sáqueseme el alma tú, que mi alma has sido.
sin resistir a mi infeliz suerte,
que me des sólo quiero
licencia de que escoja yo mi muerte;
deja la muerte a mi elección medida,
pues en la tuya pongo yo la vida.ESTA TARDE MI BIEN
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.ESTOS VERSOS LECTOR MÍO
que a tu deleite consagro,
y sólo tienen de buenos
conocer yo que son malos,
ni disputártelos quiero,
ni quiero recomendarlos,
porque eso fuera querer
hacer de ellos mucho caso.
pues no debes, bien mirado,
estimar lo que yo nunca
juzgué que fuera a tus manos.
En tu libertad te pongo,
si quisieres censurarlos;
pues de que, al cabo, te estás
en ella, estoy muy al cabo.
el entendimiento humano;
pues lo que Dios no violenta,
por qué yo he de violentarlo?
que, cuanto más inhumano
me los mordieres, entonces
me quedas más obligado,
pues le debes a mi musa
el más sazonado plato
(que es el murmurar), según
un adagio cortesano.
Y siempre te sirvo, pues,
o te agrado, o no te agrado:
si te agrado, te diviertes;
murmuras, si no te cuadro.
por disculpa, que no ha dado
lugar para corregirlos
la priesa de los traslados;
que van de diversas letras,
y que algunos, de muchachos,
matan de suerte el sentido
que es cadáver el vocablo;
y que, cuando los he hecho,
ha sido en el corto espacio
que ferian al ocio las
precisiones de mi estado;
que tengo poca salud
y continuos embarazos,
tales, que aun diciendo esto,
llevo la pluma trotando.
pues pensarás que me jacto
de que quizá fueran buenos
a haberlos hecho despacio;
y no quiero que tal creas,
sino sólo que es el darlos
a la luz, tan sólo por
obedecer un mandato.
que sobre eso no me mato,
pues al cabo harás lo que
se te pusiere en los cascos.
Y adiós, que esto no es más de
darte la muestra del paño:
si no te agrada la pieza,
no desenvuelvas el fardo.YA QUE PARA DESPEDIRME
dulce idolatrado dueño,
ni me da licencia el llanto
ni me da lugar el tiempo,
entre lastimosos ecos,
de mi triste pluma, nunca
con más justa causa negros.
con las lágrimas que vierto,
porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego.
y es que se anticipan ellos,
viendo lo que he de decirte,
a decírtelo primero.
que hay en mi dolor, sirviendo
los suspiros, de palabras,
las lágrimas, de conceptos.
que pasa en el mar del pecho,
donde zozobran, turbados,
mis confusos pensamientos.
me sirve de afán grosero;
que se avergüenza la vida
de durarme tanto tiempo.
huye porque la deseo;
que aun la muerte, si es buscada,
se quiere subir de precio.
rendido a tanto tormento,
siendo en lo demás cadáver,
sólo en el sentir es cuerpo.
aun teme, en su ser exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno.
alma y corazón a un tiempo,
aquél se convierte en agua,
y ésta se resuelve en viento.
esta vida que poseo,
sino de condición sola
necesaria al sentimiento.
en contar mi pena y dejo
de decir lo que es preciso,
por decir lo que estás viendo?
Dudosamente lo pienso:
pues si es verdad, no estoy viva,
y si viva, no lo creo.
tan infausto, funesto,
en que sin ver yo las tuyas
esparza sus luces Febo?
el rigor a tan severo,
que no ha de darle tu vista
a mis pesares aliento?
dulce fin de mis deseos!
Por qué me llevas el alma,
dejándome el sentimiento?
que no cabe en un sujeto,
tanta muerte en una vida,
tanto dolor en un muerto.
en mi infeliz suceso,
ni vivir con la esperanza,
ni morir con el tormento,
en el dolor que padezco;
y quien en el suyo muere,
viva siquiera en tu pecho.
y sírvante de recuerdo
las finezas que me debes,
si no las prendas que tengo.
haciendo gala de riesgo,
sólo por atropellarlo
se alegraba de tenerlo.
el tuyo mismo te acuerdo,
que no es poco empeño haber
empezado ya en empeño.
de tus nobles juramentos;
y lo que juró la boca
no lo desmientan tus hechos.
mi agravio, mi bien, te ofendo,
que no es dolor, el dolor
que se contiene atento.
que me embarga los alientos,
ni sé ya lo que te digo
ni lo que te escribo leo.DIME VENCEDOR RAPAZ
vencido de mi constancia,
¿Qué ha sacado tu arrogancia
de alterar mi firme paz?
Que aunque de vencer capaz
es la punta de tu arpón,
¿qué importa el tiro violento,
si a pesar del vencimiento
queda viva la razón?
pero tu jurisdicción
domina la inclinación,
mas no pasa el albedrío.
Y así librarme confío
de tu loco atrevimiento,
pues aunque rendida siento
y presa la libertad,
se rinde la voluntad
pero no el consentimiento.
tengo el alma en confusión:
una, esclava a la pasión,
y otra, a la razón medida.
Guerra civil, encendida,
aflige el pecho importuna:
quiere vencer cada una,
y entre fortunas tan varias,
morirán ambas contrarias
pero vencerá ninguna.
no merecí de ti palma;
y hoy, que estás dentro del alma,
es resistir valentía.
Córrase, pues, tu porfía,
de los triunfos que te gano:
pues cuando ocupas, tirano,
el alma, sin resistillo,
tienes vencido el Castillo
e invencible el Castellano.
armas contra tu vil saña,
y el pecho es corta campaña
a batalla tan sangrienta.
Y así, Amor, en vano intenta
tu esfuerzo loco ofenderme:
pues podré decir, al verme
expirar sin entregarme,
que conseguiste matarme
mas no pudiste vencerme.COGIÓME SIN PREVENCIÓN
Amor, astuto y tirano:
con capa de cortesano
se me entró en el corazón.
Descuidada la razón
y sin armas los sentidos,
dieron puerta inadvertidos;
y él, por lograr sus enojos,
mientras suspendió los ojos
me salteó los oídos.
mas ya que dentro se vio
del Paladión, salió
de aquel disfraz engañoso;
y, con ánimo furioso,
tomando las armas luego,
se descubrió astuto Griego
que, iras brotando y furores,
matando los defensores,
puso a toda el Alma fuego.
en ella al príamo fuerte,
dio al Entendimiento muerte,
que era Rey de las potencias;
y sin hacer diferencias
de real o plebeya grey,
haciendo general ley
murieron a sus puñales
los discursos racionales
porque eran hijos del Rey.
buscó, y con modos tiranos,
ató a la Razón las manos,
que era del Alma princesa.
En prisiones su belleza
de soldados atrevidos,
lamenta los no creídos
desastres que adivinó,
pues por más voces que dio
no la oyeron los sentidos.
se ve, todo destruido;
Deifobo allí mal herido,
aquí Paris maltratado.
Prende también su cuidado
la modestia en Polixena;
y en medio de tanta pena,
tanta muerte y confusión,
a la ilícita afición
sólo reserva en Elena.
fue al Cielo, con tanto arder,
sólo guarda de su ser
vestigios, en su ruina.
Todo el amor lo extermina;
y con ardiente furor,
sólo se oye, entre el rumor
con que su crueldad apoya:
“Aquí yace un Alma Troya
¡Victoria por el Amor!”ESTE AMOROSO TORMENTO
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no se
la causa porque lo siento
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.
mi infeliz estado lloro
se que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza. “
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.VERDE EMBELESO
loca esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado,
y de los desdichados el mañana:
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.NACIMIENTO DE CRISTO, EN QUE SE DISCURRIÓ LA ABEJA
nació la Abeja más bella,
a quien el limpio rocío
dio purísima materia.
cuando en la misma moneda,
lo que en perlas recibió,
empieza a pagar en perlas.
que es costumbre en su belleza;
mas quién hay que no se admire
de que el Sol lágrimas vierta?
es ociosa diligencia,
pues no es menester rocío
después de nacer la Abeja;
de su virginal pureza,
ni antecedente haber pudo
ni puede haber quien suceda.
que dulcemente le riega?
Quien no puede dar más Fruto,
¿qué importa que estéril sea?
tan íntima dependencia
siempre con la Rosa, que
depende su vida de ella;
que sus fragancias engendran,
no sólo antes la concibe,
pero después la alimenta.
peregrinas competencias,
ninguno queda deudor
y ambos obligados quedan.
de que la Rosa la engendra,
y ella vuelve a retornarle
con lo mismo que la alienta.
con mutua correspondencia,
la Abeja a la Flor fecunda,
y ella a la Abeja sustenta.
llore Jesús, norabuena,
que lo que expende en rocío
cobrará después en néctar.Éste que ves, engaño colorido
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.Amor empieza por desasosiego
solicitud, ardores y desvelos;
crece con riesgos, lances y recelos;
susténtase de llantos y de ruego.
conserva el ser entre engañosos velos,
hasta que con agravios o con celos
apaga con sus lágrimas su fuego.
¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío
de Celia, que otro tiempo bien te quiso?
Pues no te engañó amor, Alcino mío,
sino que llegó el término preciso.Con el dolor de la mortal herida
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
volví a mi acuerdo y dije: qué me admiro?
Quién en amor ha sido más dichoso?En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.HOMBRES NECIOS QUE ACUSÁIS
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.AMANTE DULCE DEL ALMA
bien soberano a que aspiro,
tú que sabes las ofensas
castigar a beneficios;
hoy que tan propicio os miro,
que me mimáis la osadía
de poder llamaros mío:
pareció a vuestro cariño
que si no estabais en mí
era poco estar conmigo;
el afecto con que os sirvo
al corazón en persona
habéis entrado vos mismo,
tan cuidadoso escrutinio?
Que quien lo registra todo
da de sospechar indicios.
y qué de errores he dicho,
como si el estorbo humano
obstara al lince divino!
no es menester asistirlos,
que para vos son patentes
las entrañas del abismo.
tenéis en vuestro registro
el infinito pasado
hasta el presente finito.
para ver el pecho mío,
si lo estáis mirando sabio,
entrar a mirarlo fino.
lo que en vos miro.Correspondencias entre amar o aborrecer
Lisardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno no apetezco.
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
me reconviene el otro a mí ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
aqueste con pedir lo que no tengo,
y aquél con no tener lo que le pido.A su retrato
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores,
es cauteloso engaño del sentido;
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.En que da moral censura a una rosa y en ella a sus semejantes
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada en la hermosura.
ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego, desmayada y encogida,
Con que con docta muerte y necia vida
viviendo engañas y muriendo enseñas.Al padre Francisco de Castro
divina protectora americana,
que a ser se pasa rosa mexicana
apareciendo rosa de Castilla;
cerviz rebelde en Pathmos) huella ufana
hasta aquí inteligencia soberana
de su pura grandeza, pura silla;
segunda vez sus señas celestiales
en guarismo de flores claro suma;
las flores de tus versos sin iguales,
la maravilla de tu culta pluma.Prosigue el mismo asunto, y determina que prevalezca la razón contra el gusto
al que amante me sigue dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata,
maltrato a quien mi amor busca constante.
y soy diamante al que de amor me trata,
triunfante quiero ver al que me mata
y mato al que me quiere ver triunfante.
si ruego a aquel, mi pundonor enojo;
de entre ambos modos infeliz me veo.
de quien no quiero ser violento empleo
que de quien no me quiere vil despojo.Escoge antes el morir que exponerse a los ultrajes de la vejez
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado;
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza:
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.A la esperanza
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
los que, con verdes vidrios por antojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.En que satisface un recelo con la retórica del llanto
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
no te atormente más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.Que contiene una fantasía contenta con amor decente
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
poco importa burlar brazos y pechos
si te labra prisión mi fantasía.Muestra sentir que la baldonen por los aplausos de su habilidad
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?
que me persuado de tu duro intento,
a que sólo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones
porque viéndote rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.Enseña cómo un solo empleo en amar es razón y conveniencia
son todas las beldades ambiciosas,
porque tienen las aras por ociosas
si no la ven de víctimas colmadas.
viven de la fortuna querellosas;
porque piensan que más que ser hermosas
constituyen deidad al ser rogadas.
que en viendo a muchos mi atención zozobra
y sólo quiero ser correspondida
porque es la sal del gusto al ser querida:
que daña lo que falta y lo que sobra.No quiere pasar por olvido lo descuidado
en decir que me acuerdo de olvidarte,
pues no hay en mi memoria alguna parte
en que, aún como olvidado, te presentes.
y en todo tan ajenos de tratarte,
que ni saben si pueden olvidarte,
ni si te olvidan saben si lo sientes.
fueras capaz de olvido; y ya era gloria
al menos la potencia de haber sido.
que aqueste no acordarme no es olvido
sino una negación de la memoria.Soneto a Martín de Olivas
A Arquímedes, artífice famoso,
Raro nombre dieron de ingenioso;
¡Tanto el afán y tanto el arte pudo!
No sin arte grabó, maravilloso,
De su mano, su nombre prodigioso,
Entretejido en flores el escudo.
Lince tal mi atención en imitarte,
I en el mar de la ciencia así se anegue
Alcance que el que a ver la hechura llegue,
Sepa tu nombre del primor del Arte.
(Soneto acróstico, con el nombre de Martín de Olivas)Refiere con ajuste la tragedia de Príamo y Tisbe
de horrores mil y confusiones llena,
en cuyo hueco tronco aun hoy resuena
el eco que doliente a Tisbe nombra.
en que Píramo amante abrió la vena
del corazón, y Tisbe de su pena
dio la señal, que aun hoy el mundo asombra.
la muerte, entonces de ellos lastimada,
sus dos pechos juntó con lazo estrecho.
que a su Píramo dar no puede el pecho
ni aun por los duros filos de su espada!A Julia
al ver su vestidura en sangre roja,
con generosa cólera se enoja
de sospecharlo muerto y estar viva.
de esposo y padre, y con mortal congoja,
la concebida sucesión arroja,
y de la paz con ella a Roma priva.
en las entrañas Julia, no abortara,
la muerte de Pompeyo excusaría.
que con el mismo amor que la temía,
con ese mismo amor se la causara!A Porcia
te obliga a ser de ti fiera homicida?
¿O en qué te ofende tu inocente vida
que así le das batalla a sangre y fuego?
de tu esposo se muestra endurecida,
bástale al mal de ver su acción perdida,
no acabes con tu vida su sosiego.
impaciente tu amor elegir quiere;
no al fuego de tu amor el fuego iguales;
mal morirá a las brasas materiales
quien a las llamas del amor no muere.Engrandece el hecho de Lucrecia
de cuyo ensangrentado noble pecho
salió la sangre que extinguió, a despecho
el rey injusto la lasciva llama!
tu virtud; pues por premio de tal hecho
aun es para tusa sienes cerco estrecho
la amplísima corona de tu fama!
puedes borrar del tiempo y sus anales,
quita la punta del puñal sangriento
que es mengua de tu honrado sentimiento
decir que te ayudaste de puñales.Con una reelección cuerda mitiga el dolor de una pasión
de un agravio de amor, me lamentaba;
y por ver si la muerte se llegaba,
procuraba que fuese más crecida.
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertos a una vida.
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
volví en mi acuerdo y dije: ¡qué me admiro?
Quién en amor ha sido más dichoso?Encarece de animosidad la elección de estado durable hasta la muerte
ninguno se embarcara, si antes viera
bien su peligro, nadie se atreviera,
ni al bravo toro osado provocara.
la furia desbocada en la carrera,
el jinete prudente, nunca hubiera,
quien con discreta mano le enfrenara.
que, no obstante el peligro, al mismo Apolo
quisiera gobernar con atrevida
todo lo hiciera, y no tomara sólo
estado, que ha de ser toda la vida.Pretende con toda ingeniosidad esforzar el dictamen de que sea ausencia mayor mal que los celos
aquél con sentimiento, este con ira;
presume éste la ofensa, que no mira;
y siente aquél la realidad, que toca.
cuando el discurso en su favor delira;
pues nada a su dolor la fuerza apoca
y, sin intermisión, aquél suspira.
y aquél padece ciertos sus desvelos;
éste al dolor opone resistencia;
y si es pena de daño, al fin, la ausencia
luego es mayor tormento que los celos.Prosigue el mismo pesar, y dice, que aun no debe aborrecer tan indigno sujeto, por no tenerle aun así cerca del corazón
el que estés, de esta suerte, en mi sentido;
que infama el hierro al escorpión herido,
y a quien la huella mancha inmundo el cieno.
que daña, a quien lo vierte inadvertido;
y en fin eres tan malo y fementido,
que aun para aborrecido no eres bueno.
aunque con susto me lo contradice,
por darme yo la pena que merezco.
no sólo a ti, corrida te aborrezco;
pero a mí, por el tiempo que te quise.Un celoso refiere el común pesar que todos padecen y advierte a la causa el fin que puede tener la lucha de afectos encontrados
aunque sé que me tienes agraviado;
mas estoy tan amante y tan airado,
que afectos que distingo no prefiero.
que ninguno estar puede en sumo grado;
pues no le puede el odio avergonzado
sin haberlo perdido amor primero.
ha de estar siempre a tu aflicción ligada,
de tu satisfacción vana te aviso.
el que bajo de sumo a ser remiso
de lo remiso pasará a ser nada.De amor, puesto antes en sujeto indigno, es enmienda blasonar del arrepentimiento
contemplo, Silvio de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.
viendo mi infame amor, poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante para confesarlo.Efectos muy penosos de amor y que por no grandes igualan con las prendas de quien las causa
de amor, paso, en sus hierros aherrojada,
miseria, esclavitud, desesperada,
de libertad y de consuelo ajena?
de tan fieros tormentos lastimada,
y entre las vivas llamas abrasada,
juzgarse por indigna de su pena?
que yo misma condeno por extraño?
¿Vesme derramar sangre en el camino,
Muy admirado estás. ¿Pues, ves, Alcino?
Más merece la causa de mi daño.Nueva alabanza del hecho de Lucrecia
a tu pecho, Lucrecia, dar batalla,
ya amante llora, ya modesto calla,
ya ofrece toda el alma en sacrificio.
tu pecho a tanto imperio se avasalla,
el premio, como Sísifo, que halla
es empezar de nuevo el ejercicio.
crece en la resistencia de tu honra,
con tanta privación más obstinada.
¡Tu honestidad motiva tu deshonra,
y tu deshonra te eterniza honrada!Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios y justifica su divertimento a las musas
¿En qué te ofendo? Cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento,
y no mi entendimiento en las bellezas?
a sí, siempre me causa mal contento,
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.
es despojo civil de las Edades;
ni riqueza me agrada si es mentida.
consumir vanidades de la Vida,
que consumir la Vida en vanidades.Resuelve la cuestión de cual sea pesar mas molesto en encontradas correspondencias, amar o aborrecer
es dolor, sin igual, en mi sentido,
más, que me quiera Silvio aborrecido
es menos mal, más no menor enfado.
si siempre le resuenan al oído,
tras la vana arrogancia de un querido,
el cansado gemir de un desdeñado.
a Fabio canso, con estar rendida,
si de este busco el agradecimiento.
por activa, y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer, y en ser querida.A la Excelentísima Señora de Paredes
dice el Derecho, que le pertenece
al legítimo Dueño, que obedece
la Esclava Madre, de quien es nacido.
opimo fruto, que obediente ofrece,
es del Señor, pues si fecundo crece,
se lo debe al cultivo recibido.
que hijos del alma son, partos del pecho,
será razón, que a ti te restituya.
pues vienen a ser tuyos de derecho
los conceptos de un Alma, que es tan tuya.La mexicana musa, hija eminente
de Apolo, y que las Nueve aun más divina,
porque fuese del Sol la Benjamina,
le nació en la vejez de su Poniente.
si razona! ¡Si habla, qué ladina!
Y si canta de amor, cuerda es tan fina,
que no se oye rozado en lo indecente.
(que no le desperdicias, que le empleas) 10
aun le envidia mi amor, que es lince a tiento.
por si vago tal vez mi pensamiento,
se encontrase contigo en sus ideas.Discurre inevitable el llanto a vista de quien ama
a ver tus ojos, de lo cual sospecho,
que el ignorar la causa, es quien te ha hecho
querer, que emprenda yo tanta conquista.
que tiene en fuego el corazón deshecho,
como hace huir la sangre allá en el pecho,
vaporiza en ardores por la vista.
que centro juzga de su dulce encanto,
y cuando mi atención te reverencia.
como hallan en tu nieve resistencia,
lo que salió vapor, se vuelve llanto.Inés, cuando te riñen por bellaca
para disculpas, no te falta Achaque
porque dices, que traque, y que Barraque
con que sabes muy bien tapar la Caca.
que así la gorja de mal año Saques
y con tronidos, más que un triqui Traque,
a todo el Mundo aturdes, cual Matraca.
este embeleco todo lo Embeleca,
más, aunque eres (Inés) tan mala Cuca,
y así con tu afición no se Embabuca,
aunque eres Zancarrón, y yo de Meca.Aunque eres (Teresilla) tan muchacha
le das que hacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un Chacho,
a aquel que se pintase más sin Tacha.
anda el triste cargado como un Macho
y tienen tan crecido ya el Penacho,
que ya no puede entrar, sino se Agacha.
y a salir de ellas bien estás tan Hecha,
que, de lo que tu vientre Desembucha,
que has hecho, por hacer su hacienda Mucha,
de ajena siembra suya la Cosecha.