«En el sentido amplio de esta composición poética formada por catorce versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y rima consonante, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos».
Ella nació y creció sin saber nada,
ni siquiera saber de quién naciera,
vagabunda, fue el cielo su morada
su vivienda una ignota carretera.
Corriente es percibir en los saraos
donde dicen que escriben los poetas
que el hecho les convierte ya en estetas
sintiéndose felices cual fumaos.
Te dije que te quise y que te quiero
mas sé que te mentí, y hoy no arrepiento;
pues ahora comprobé que nada siento
y sepas no te tuve en mi florero.
No sé si será cierto lo que dicen:
que el hambre con exceso se diluye,
el gato, si escaldado, de agua huye,
o el agua algo tendrá cuando bendicen.
Por más trates de hacerte respetar
tú nunca serás ya más que un detritus,
y no has de trascender en los escritos
que en medio de esa escoria pudrirás.
YO no sé por qué escribo como escribo,
y tampoco por qué YO hablo tal cual hablo,
si debiera YO estar en un establo
o subirme al altar YO es de recibo.
Prometo no alzar la voz, no rebelarme
y no decir la verdad aunque me duela,
no azuzar a mi caballo con la espuela
y callarme aunque pretendan humillarme.
No quiero que me pinchen, que me duele,
tengo miedo a sentir lo que he sufrido,
no puedo soportar tanto castigo,
piedad, yo pido a Dios que me consuele.
¿Por qué me miras, flor, por qué me miras
feliz, tú, tan alegre y sonriente,
si no sabes de mí y de la gente
habrás podido oír solo mentiras?
A qué llorar, si no sirve de nada,
a qué sufrir, si todo ya está escrito,
si uno a penar, se encuentra ya subscrito
al iniciar su estancia en la manada.
La soledad me come, ronronea
un halo de silencio incandescente,
la bruma en mi lugar se hizo presente
e impide en la distancia que yo vea.
Bendito seas Juan me dijo un día
un tordo que soltando una cagada
la vino a descargar esa pedrada
creyendo que mi pelo así crecía.
Malo he sido, lo sé, y hoy me arrepiento,
y ante todos ustedes me confieso,
que, débil, no he luchado contra el viento
cuando anduve abducido por el sexo.
¿Qué es la vida? una milonga,
o aún peor , una castaña,
una treta, una patraña,
mas, si es castaña, es pilonga.
Desconozco lo que sabe la Carmena
que ha llegado a la alcaldía por chiripa,
asemeja a una reinona en su colmena
con obreras que son guais, y algún guripa.
No sé por qué me sigue a todas partes
si no le debo nada y me persigue.
Pues yo creo que tiene malas artes
por más que le reclamo sigue y sigue.
Sepa señora que hoy ganas no tengo
de a usted reprocharle en su osadía,
que está loca de atar yo aquí sostengo
por haber iniciado esta porfía.
Hallábase dormida la esperanza
en un lleno de duda en mar incierto,
penada sin piedad al desconcierto
cual sombra que se mueve en una danza.
