LLEGÓ LA NAVIDAD (Mi poema)
Manuel J. Castilla (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo
 

Recuerdo hacía un frío que pelaba,
de manos y los pies, sus sabañones,
de alegres villancicos las canciones,
y aquellos aguinaldos que nos daban.

La misa, la del gallo de las doce,
subiendo hasta el altar besando al niño,
la luz intermitente haciendo un guiño,
de aquellas chucherías, nuestro goce.

Llenando de ilusión nuestros belenes,
los padres con el niño y los pastores,
los reyes. los humildes labradores,
el río y hasta el tren con sus andenes.

La nieve descolgando en los balcones,
los pájaros dormidos en sus nidos,
braseros con su cisco, empedernidos,
saliendo a calentar los corazones.

Mi abuela, su anfitriona, la Basilia,
regando de empatía aquella fiesta,
los brindis y el gozar tamaña ingesta,
Y todos disfrutándolo en familia.
©donaciano bueno
(y sus poemas de medio pelo)

os desea unas ¡Muy Felices Fiestas!

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MI POETA SUGERIDO: Manuel J. Castilla

Manuel J. Castilla

Bajo el sauce solo

A veces te recuerdo
Mirando al río
Dentro la espuma, lejos,
Anda el olvido.

Bajo este sauce solo
Yo te he querido
Y se ha quedado el sauce
Mas pensativo.

Donde andará mi amor
Que se fue penando
Por este olvido
Me vuelve con la zamba
Arrepentido.

No sé porqué desando
Viejos caminos
Sabiendo que son otros
Nuestros destinos.

Ya me voy con la tarde
Triste y dolido
Nuestro amor es recuerdo
Lo llevó el río.

Debajo del sauce solo
A veces te recuerdo
Mirando el río
Dentro la espuma, lejos,
Anda el olvido.

Gente en los sueños

Los sueños tienen gente.
y uno, dormido, es como una casa
que de golpe se llena de personas.

Hay veces que ellas y uno, todos, caminamos y hablamos
y nos oímos apenas como si conversáramos desde lejos.

Uno habla con los amigos muertos.

Y cuando se recuerda
se hunde en un espejo, de espaldas,
las manos llenas de ademanes vacíos.
Y un día brillante queda lejos y solo.

Niño dormido en un mercado

He visto un niño colgado del techo de un mercado
en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

Dormía en su cuna de lona
entre el chillido verde tierno y hediondo de los monos,
entre ramos de acelgas arrugados,
entre los mágicos y desnudos cuerpos humanos de las zanahorias
junto al hebroso y blanco de las mandiocas

Ahora lo recuerdo
su sueño me quema todavía
con la leche apurada que le daba su madre,
con el pico crepuscular de los tucanes
que lo hubieran tragado como un tamarindo.

El niño era una semilla preñándose en la lluvia
sin saber si iba a ser una flor o una lechuga.

LA PALLIRI

Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas.)

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se le duerme el martillo como un niño de hierro.
De Copajira, 1949.

COPAJIRA

La montaña, minero,
que siempre estuvo quieta
sigue ahora tus pasos
y tú no te das cuenta.

La copajira lima,
lima piedra por piedra
y queda, si te has ido,
comiéndose tu huella.

A veces, cuando duermes,
en noche alta se llega
y hace herrumbre de todo
el sueño que destrenzas.

La montaña camina
pero sin que la sientas.

Espuma de la herrumbre
la copajira, espera.
*La palabra Copajira hace alusión al sulfato de cobre que corroe todo, pero también es el temor de que la montaña se apropie de la vida y de la voluntad del hombre.

ESTA TIERRA ES HERMOSA

Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que me duelen:
montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el chaco
como una boca de horno de pan recién prendido,
yuchanes de leyenda
en donde duermen indios y ríos esplendentes,
gauchos envueltos en una gruesa cáscara de silencio
y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
cuando el vino en la muerte es un adiós morado.

Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
que la vaya cavando
de canto en canto turbio
y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
y que empieza a dolerme casi como un recuerdo,
y sin embargo triste la festejo.
Mato los colibríes que la elogian
como quien apagara los pétalos del aire,
hondeo como un niño ángeles y campanas
y cuando así, dolido, la desnudo.
cuando así la lastimo,
me crece, ay, una lágrima en la que apenas si me reconozco.
Digo que me la entrego.
Digo que si saber la voy amando,
y digo que me vaya perdonando
y en el perdón y en otro que le pido
digo que alegremente voy sangrando.
De Bajo las lentas nubes, 1963.

Balderrama

A orillitas del canal
Cuando llega la mañana
Sale cantando la noche
Desde lo de Balderrama

Adentro puro temblor
El bombo con la baguala
Y se alborota quemando
Dele chispear la guitarra

Lucero, solito
Brote del alba
Dónde iremos a parar
Si se apaga Balderrama

Si uno se pone a cantar
Un cochero lo acompaña
Y en cada vaso de vino
Tiembla el lucero del alba

Zamba del amanecer
Arrullo de Balderrama
Canta por la medianoche
Llora por la madrugada.

La pomeña

Ver más versiones
Eulogia Tapia en La Poma
Al aire da su ternura
Si pasa sobre la arena
Y va pisando la luna.

El trigo que va cortando
Madura por su cintura
Mirando flores de alfalfa
Sus ojos negros se azulan.

El sauce de tu casa
Está llorando
Porque te roban Eulogia
Carnavaleando.

La cara se le enharina
La sombra se le enarena
Cantando y desencantando
Se le entreverán las penas.

Viene en un caballo blanco
La caja en sus manos tiembla
Y cuando se hunde la noche
Es una dalia morena.

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No tienen corazón los que a distintosles tratan…
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