A UNA ORILLA (Mi poema)
Pedro Casariego (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo

 

Al lado de la acera está la orilla,
que siempre anda mirando allí al que pasa,
así que, algunas veces, sea escasa
se muestre adormecida en la mirilla
que al firme le repasa.

La orilla es esa linea tan difusa
que va marcando al suelo las distancias,
se esconde ante las puertas. Las acacias
le cubren con su sombra con pelusa,
sujeta está a desgracias.

La orilla, si es del río, es muy distinta
que en río, que se sepa, no hay aceras,
y es más bella lindando a las praderas
de chopos y de flores variopinta
y verdes sus laderas.

Elige, las orillas van por barrios,
la que quieras echarte por montera.
Yo mantengo una orilla en la frontera
que marca de mi boca el pintalabios
para el que a mi me quiera.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Pedro Casariego

Pedro Casariego

Mis labios

Mis labios
como dóciles
ruidosas segadoras rojas
que piden un relincho
de gasolina
porque besarte
es cortar hierba
hierba
hierba
olor a hierba
olor a hierba
recién cortada.
Mi cuerpo
hervidero de hierba
helada
para enseñar anatomía
y botánica
y mi cuerpo
enseñanza
hierba que nadie recoge
hierba que el viento pisa
hierba que se hace suela
de mil zapatos vacíos.

Tu cama
fría y pedregosa
es el lecho de un río:
Eres río
eres río que llora
bajo mis abrazos de madera
madera que flota
madera que no sabe penetrar
eres río
eres río que se desborda
eres río y en mis labios
en mis labios desembocas.

1977 (son tres poemas de una serie que incluye uno o dos más)

¡Ella es!

16 de enero de 1987

¡Detrás de un cristal hay tres!
¡Es la tercera!
¿Ella es?
¡Roja como un diccionario
y mucho más suave que el papel!
¡Ojos en cuclillas y grises!
¡Ella es!
¡Muchos días tiene el 16 de enero
en el sueño de Manuela!
Y el hielo…
ahora juegan al ajedrez
el hielo y su noche
¡Trabajadora su cuna,
perezosos los pasos de Manuela!
Dinos qué exclama tu silencio,
dinos cómo será tu voz.
El universo hambriento…
¿cuándo le darás una cucharada de tu risa?
¡Que espere el universo!
¡Paciencia, luna! jManuela duerme!

Esta soledad

para Juan (regalo)
c. 1980

esta soledad es hija de una altura equivocada
yo tengo el vicio del cielo
soy el único propietario
del aire huesudo y de los pájaros fáciles

los huesos azules del cielo
forman un espacio largo y delgado
y se quiebran en tormenta
y bajan en agua
para acabar en lápida sin nombre

el rojo de mis manos es un misterio
porque brota de ríos blancos que se inclinan como lápidas

a través de la tela metálica
cabizbaja la mala hierba roba el principio del otoño

en otoño los ladrones de cielo
llevan silencio en el pico y tumba en las alas

me agarro a la tela metálica
y no tengo dinero

las mujeres redondas siempre tienen dinero
pero cuando miran hacia lo alto para celebrar una cama nueva
alguien impide el cielo con una navaja de aire

me agarro a la tela metálica
y no tengo mujer redonda

yo tengo el vicio del cielo porque tengo miedo
Porque soy cobarde

mujer entera no puedo darte nada plancha mi tormenta
LA CENA ES A LAS 6.
YO SOY EL CAMARERO.

Falsearé la leyenda

1976

Quiero pintar de blanco la hierba de la pradera
y el compacto césped que recubre los jardines;
todos pensarán que venció la fuerza del desierto
y yo seré durante años el Dueño de la vida,
dejando que me acaricie la tibieza del sueño alado
y tiñendo al atardecer lo que brotó del rocío;
mi pincel será la cascada cuyo estruendo nunca percibo
y mi pintura las aguas que en ella se enroscan furiosas,
y los que por los aires naveguen
verán surgir la nieve del pecho abierto del Verano,
variarán de canción los motores aceitosos
y enarcarán las cejas los pilotos sin mirada.

Danzaré entre las hojas chamuscadas por el frío
y los demás conmigo,
pero ellos caerán extenuados
y sus músculos heridos servirán para tensar mi nuevo arco
y clavar en sus corazones suplicantes mensajes de amor
que sin duda secará el aliento de la lluvia;
y arrebataré a los niños la dejadez que me apasiona,
se marchitará colgada de las moreras,
como los plásticos sucios en el invierno espinoso.

Beberé el líquido que corre con el Nilo,
despojaré de su piel al fornido rinoceronte,
falsearé la leyenda y ésta me pertenecerá,
poseeré los campos de maíz y los quejidos sin motivo,
dividiré el tesoro del pirata para llevármelo entero,
y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa.

Knock-out

1979

ella afirma que pertenece a la Iglesia Evangélica.
yo la creo.
me dice que debo unirme a su Iglesia.
toco su ronca boca y oigo su voz suave.
ahora intenta adivinar mi profesión:
¿eres marinero?
¿estás loco?
¿vendes cítaras?
yo no respondo.
vivo tan lejos de sus preguntas,
dentro de un corazón alquilado.
todas las mujeres son vuelos,
¿es ella un vuelo chárter
en un avión que se avería?
silbo mientras pienso la respuesta.
aquí no hay ventanas,
pero sé que llueve,
una lluvia triste como gallo sin cresta.
siempre agua,
jamás maná.

me dice que silbo descaradamente mal.
estamos en la cama casi desnudos

(yo aún llevo mi camiseta o mi coraza.
y una medalla tapa un círculo
de su piel).
algo hay entre mis dientes.
no sé qué es,
quizá un último billete.
quizá una declaración de amor disfrazada de billete de mil.
ella está evangelizándome,
me dice que debo unirme a su Iglesia.
busco calma en su extraña fe.
ella tiene tantas almas como un noble ruso,
no dejaré que me salve hoy.

mis garras acarician,
cuando me vaya de aquí
recobraré la felicidad de mis garras desgarrando la vida.
ella me mira,
yo numero sus lunares como antes numeré sus penas.
le digo que soy militar retirado con jugosa pensión,
finquita y Jaguar,
y ella me dice:
cierra la boca,
cielo,
yo soy una ciudad de chicas.

quiero amarla, quiero quererla.

pienso en otra mujer,
me destruía sentada en un bidé.
ya no pienso,
ya no.
cojo un cigarrillo,
y mi mechero abre su ojo de llama.
ella ve cómo fumo nuestra pobre pipa de la paz.

a las diez y cinco nos damos cuenta de que el Juego sobrevive.
jugamos.
la empujo
y cae sobre la cama blanca como ermita.
knock-out.

La vida dudada

c. 1983

La vida dudada
la vida es tan corta
que un solo minuto
podría ocultarla.
Gimen de infinito
las catedrales
suben sus sombras
todo lo tapan
todas las vidas
también la espalda
del ángel sabio
también la nuca
del escarabajo alto.
Todo lo enlutan
las vidas dudadas.
Y la boca
de la catedral tatuada
grita de vidrio
y ensombrece el invierno.
Bendita condena
si nos alarga
porque el hombre enfermo
ama la roca
que lo endurece
ama el silencio
que lo supera
también los dientes
y su ternura.
Campanas llaman
al campanario
y muy lejos
remolino de carne
todo precio es poco
para lo que no acorta la vida.
Alas débiles la vida
se tambalea y nubla
la vida dudada
un solo minuto.
La vida
tiembla en el campo de la esfinge
una llama de alegría
contra un incendio vivo.
La vida parte
hacia cielos enterrados
cuidado con la vida
con la mujer que planta
cipreses
y tormentas huérfanas.
La vida hiere
la vida lanza
piedras de pájaro sin nido
contra las catedrales altas
y saltan los cristales
se convierten en ceniza
que nos abriga.
Para vivir lanzamos
estas piedras peligrosas
y sencillas
para vivir curamos
los tatuajes y los campos.

Vivir
bendito castigo
si nos lleva
hacia el amor
en almohadas
de roca y sangre.
Nada remedia
la ingratitud del olmo
la vida hiere
nada riega
los abedules secos.
Corazones sin traje
para vivir
y el desierto resuena
con nuestras pisadas.
Mil pies tiene el camino
y nosotros quietos
se yergue el camino
y nosotros quietos
para no morir.
La vida dudada
la misma vida otra vez.

Santa tierra desterrada

1980

Tú sigues siendo
el misterio de las apariciones que nunca aparecen
pero
dentro de mí
alguien
cambió
y no volverá a cambiar
jamás

ya no hay llanuras en mis montañas
ya no hay llanuras y yo
yo olvido un sótano de recuerdos dos sótanos llenos
y persigo sombreros alegres para dejar de olvidar
aunque ya se sabe
los sombreros huyen
y la alegría
y los gatos que no nos felicitan.

Olvido.

Olvido porque ya soy viejo o ya soy joven:
he sido tantos alborotos
que ya soy viejo
he visto a tantos morir mi muerte
que ya soy joven
he servido a tantos príncipes
he ambicionado piedra he falsificado labios y he jadeado
no he faltado a la cita y ahora
ya no hay fuego en mi fuego
o todas mis mentiras son mentirosas
y sólo el cansancio me da vida
y sólo tocas mi cansancio
y ahora
hoy nada me duele y tú no me dueles

las tiendas de ultramarinos y los cines de verano
y los guerreros indefensos
desaparecieron
ni siquiera los fabrican
fíjate qué triste

herrumbrosas y ajenas
nuestra soledad es siempre de los otros
herrumbrosas y ajenas y tan herrumbre
las soledades que en mi acontecen
sin ruidos y sin silencios

hoy nadie me duele y tú no me dueles
mujer
tan callada y pobre
como una grieta
santa tierra desterrada
yo que para escandalizarte he robado escándalos
sólo Judas pudo amarte como yo te amo
sólo Judas y sobre ti veo
al cielo que ganó el concurso de cielos
y al cielo loco que ganó el concurso de nubes
y hasta al único caballo que cabalga

santa tierra desterrada
tierra santa
mi tierra prometida
dama de la mayor distancia
te he deseado siempre
desde el primer reloj

pero
dentro de mí
alguien
cambió
así que pronto llorarán mis risas
y se arrastrarán mis vuelos
pronto
oiré un viento raptando hojas
y las noches sabrán ser días
entonces
inmediatamente

Ayúdame
soy un cristo que no tiene cruz
soy un cristo de crucigrama
ayúdame
tú la espina más remota
tú sueño que se desmaya
tú pequeña niebla de piel
tú que no mereces ser el cepillo de dientes de María Magdalena
tú puedes ayudarme
tú puedes ayudarme complicándome la vida
complícame la vida
complícamela

tú que árida siempre te alejas
dame abrazo y herida
dame abrazo y herida para tener abrazo

tu que no existes
sólo tú puedes.

Envejeces

Envejeces

Envejeces
Marie
egocéntrica campeona de yo-yo
envejeces
Marie
se despintan tus cabellos
envejeces
Marie
por los siglos de los siglos
abandóname
Marie
ha llegado el telegrama
que esperaba recibir
en el hueco de mi tiempo.
Envejeces
Marie
telaraña la red de tu sonrisa
herrumbre el hierro de tu mirada
envejeces
Marie
relicario soy
que al besarte atrapa
la reliquia de tus labios
envejeces
Marie
con el vuelo de los pájaros
con el paso de los años.

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Autor

Donaciano Bueno Diez
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La luz resplandeciente fundía el acetatode un sueño…
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