DOS MISTERIOS [Mi poema]
Alberto Cardín [Poeta sugerido]

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MI POEMA… de medio pelo

 

No sé si de la vida o de la muerte
tuviera yo que hacer un monumento,
debiendo de pararme algún momento
a hacer la intromisión sobre la suerte
o mando aquí a las dos a tomar viento.

La muerte no sería sin la vida,
la vida dicen nace en la simiente,
me pongo a meditar, no sé quien miente
pues nace desde el punto de partida
y acaba cuando el cuerpo se resiente.

La vida con la muerte, complementos,
la vida que se quema, una colilla,
resultan de tal palo tal astilla.
No deben de mezclar resentimientos
pues que uno mientras vive la luz brilla.

Nacer para vivir, vivir sabiendo
que un día has de morir sin remisión.
Al mundo complacer. Ir resistiendo
consciente que el talón te está siguiendo
y al fin siempre la muerte echa el telón.

Si acaso hay que esperar la vida eterna,
allí donde los buenos dicen vamos,
los otros, los que malos, cual gusanos
se envían a penar en la galerna.
No tienen privilegios, por paganos.

La vida es una esponja que se exprime
y a veces que está llena de improperios,
la muerte te condena a cautiverios
que a nadie por sus méritos redime.
La vida con la muerte, dos misterios.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Alberto Cardín

ESCRIBIR

escribir para no morir
tarea idiota que odio
placer que sólo da trabajo

el tiempo de llenar un papel
es tiempo ya de muerte
y lleno sólo tiende
un puente en el vacío

¿milagro?

milagro es vivir lo cotidiano
pasear por los rostros
sortear la muerte que en cada cara me llama
tarea de tántalo que sólo sobrellevo
mientras no encuentre
mi vía hacia la muerte
mito del día en que habré
logrado mi más hermoso texto.

Turgencia

una hendidura, un hueco, un cuerpo entero,
sinécdoque o detalle,
bulto, pasión que raramente cumple,
músculo retráctil que se recoge y cede,
pulsión mudable,
carga ciega,
que posa su alivio donde cabe,
hinchazón no pedida,
enojosa y flagrante:
busca vendada lo que nunca sabes,
halla al tanteo lo que ya conoces,
que al fin del encuentro cualquier cosa sirve.

PRESENCIA DE IBN GABIROL

Si tu fealdad logró
del terror elevarte hacia la fuerza
¿de dónde extrae belleza tu verso
sino de la ira?
Pudiste hablar de ti
para morir tan joven
La edad que a otros convierte en paladines
dejó de ti palabras sólo
tus versos que llenaron
el vacío del yo sobre la nada
sellan para mí idéntico destino en vida
Morir bien poco importa
puesto que importa todo
Saber cómo colmar la propia vida
vacía de sentido
cómo entretener la tarda
llegada de la muerte
Sólo eso importa.

“Gloria”

¡Qué idiota!
Pasión estúpida,
vieja y sabida:
perseguir una sombra,
sabiendo que jamás
el destello primero
volverá a chispear en el segundo intento.

A UN LORCA, POETA FUSILADO

Inolvidable, su duende,
Tanto encantó de España la memoria
Y sus versos tanto eco hacen,
Tan grande su pasión fue para todos,
Fue tan mortal la herida de su muerte,
Tan desmedida su sensible cuerda
Mueve aún hoy el hontanar de España,
Y tal es la turbamulta que lo aclama,
Que no hay que pensar sino que fuera
Un dios mortal, un cristo o un espejo,
Y, si espejo lo fue,
Pues tantos a él se miran,
De cristo o de dios fue flaco su servicio:
Que nada redimió
Y a todos dejó iguales,
Reflejados en él, hipnóticos y fijos.
Indículo de sombras. Laertes Ed. Barcelona 1983.

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Nelson Estupiñán Bass

Canción del niño negro y del incendio

Negro, negro, renegrido,
negro hermano del carbón,
negro de negros nacido,
negro ayer, mañana y hoy.
Algunos creen insultarme
gritándome mi color,
mas yo mismo lo pregono
con orgullo frente al sol:
negro he sido, negro soy,
negro vengo, negro voy,
negro bien negro nací,
negro, negro he de vivir
y como negro morir.

Ayer estaba jugando
en el portal de una casa
con Pepe, que es más pequeño
y que es hijo de dos blancos.
Pepe, como buen amigo,
su tambor había traído.
Cuando su madre nos vio
vino veloz a la carrera
y del brazo lo llevó.
—No debes jugar con negros,
–le dijo, y limpió el tambor
y la cara de mi amigo.

Juro que si algún pedazo
de mi color en la cara
de Pepe hubiera quedado,
con la mano se lo arranco,
porque mi color lo quiero
y lo quiero para mí.

¡Barrio Caliente está en llamas!
¡Se quema Barrio Caliente!
El barrio negro se quema
con un trozo de algodón.

Los bomberos ya se acercan,
¡pero el barrio está sin agua!
Barrio Caliente es hoguera
y el fuego es una pantera
que nos está persiguiendo
en una selva de llamas.
Crepitan guadua y pambil,
cade, piquigua y rampita.
¡Ay, mi rancho que se quema
y mi madre que naufraga
en marejadas de llamas!

¡Ay, mi hermanita, mi hermana,
que nos llama, que nos llama,
con una voz que se apaga
por la escalera encendida
que cayó sobre el cuerpo,
que la tiene aprisionada
y no la deja salir!
¡Que la salven a mi hermana,
que yo pago lo que pidan,
que si no tengo dinero
puedo pagar con mi vida!

Mi madre tiene las ropas
todas, todas, encendidas.
¡Mi madre que ya se quemó!
Mas por el bosque de llamas
como un fantasma abre campo.
¡Que una madre, por sus hijos,
hasta el fuego lo domina!
Ya la rescató a mi hermana
del infierno del incendio.
Yo recuperé mi voz,
¡Más que me llenan los ojos
de lágrimas de contento!
—¡Mama! –digo, y somos tres
que rodamos por la calle.

Ahora las llaman saltan
del trampolín de mi rancho
a la casa del vecino.

Cuando la madre de Pepe
ve que llevan por la calle
a mi madre y a mi hermana
en camillas militares,
dice en tono suplicante
alzando al cielo los brazos:
—¿Por qué se nos quemó, Dios mío,
todo ese Barrio caliente?

En los tiempos que vendrán,
cuando caigan las barreras
del odio de los adultos,
las barreras de colores
de los niños que hundirán,
será cuando sea hombre,
será cuando tenga hijos,
será cuando el mundo nuevo
nazca de todos los puños.
Niños blancos, niños negros,
niños negros, niños blancos,
mano a mano se unirán,
corazón con corazón,
unirán casa con casa
para la unión de la raza.
Otros serán ya los niños,
¡pero yo estaré presente!

Seré espiga de maizales,
o gota de agua cayendo
en las pupilas humildes
de marinos y soldados,
machete de macheteros,
rayo de sol en los juegos
de los niños del suburbio,
o quizás modesto abono
de la tierra repartida,
¡pero yo estaré presente!

Negro, negro, renegrido,
negro hermano del carbón,
negro de negros nacido,
negro ayer, mañana y hoy.
Algunos creen insultarme
gritándome mi color,
mas yo mismo lo pregono
con orgullo frente al sol:
negro he sido, negro soy,
negro vengo, negro voy,
negro bien negro nací,
negro, negro he de vivir
y como negro morir.

LIGAMEN

Soledad que te metes en mi alma
y engulles mi cuerpo en el supremo silencio:
¿cómo descansarán mis huesos
cuando tu aliento acentúe tu presencia?

¡Soledad madre mía!
perfumas mis manos.
Soledad que anegas mis ojos,
soledad que engendras postigos,
soledad que cultivas rastrojos
y plantas mis espejismos en desbandadas clandestinas,
como incienso aromático.

¡Soledad madre mía!
marcas mis escapismos por las ventanas:
en música, en disparates…
renueva el compromiso de pintar
el agua que se escapa,
el arte que respiro…

¡Soledad, madre mía!
en la tumba me esperas
para contarte cuentos
como me los cuentas en esta vida.
interpretación.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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