PRIMAVERA DORADA (Mi poema)
Ernesto Pérez Zúñiga (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA …de medio pelo
 

Primavera dorada, primavera,
capullito anhelado de alhelí,
en que anduve soñando junto a ti,
y en que siempre al pensar vuelvo a tu vera.

Con tus ramas en flor, con tu ribera,
y esas tardes de sol tan complaciente,
y esos campos brotando la simente,
y la fe en un futuro tan sincera.

Hoy te quiero decir cuánto te añoro
con mis ratos tumbado junto al río,
y los sueños vagando a su albedrío
esperando encontrar pepitas de oro.

Cómo admiro el pasado de esa estancia
aun sabiendo cual sé que es imposible,
pues vivir sin soñar eso es horrible,
y su vuelta no admite ni una instancia.

Deseada estación, tiempo florido,
cantarina sonata primorosa,
la alegría de amar dulce y mimosa,
encantado de haberte conocido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: <strong>Ernesto Pérez Zúñiga</strong>

Ernesto Pérez Zúñiga

DANTE HACE TURISMO

A mis pies los tejados de Dite. Las ventanas
con diablos melancólicos. No saben
qué son y fuman
hacia el viento helado.
Hay brujas que cabalgan en banderas
y ondean símbolos vacíos.

Las torres de los templos
trepan por una ciénaga de círculos
cantando pensamientos y razones,
deseos sistemáticos, conceptos
de cada mundo y fe en el pasado.

Quisiera no ser yo y ser nadie y de luz.
Mi identidad es cine en el vacío.
¿No la escuchas?

«Quiero vivir otro año», reclama un replicante.
Los silencios chirrían en la lluvia.
Gigantes superhéroes tropiezan con sus máscaras.

El amor es un dibujo de Escher

Estamos uno en el otro
Dentro y fuera
Del revés hacia el derecho
El ahora del ayer y el mañana del ahora
Todo el mismo destiempo
Tú en otra tierra y en mí
Yo en la casa llena de ti
con la continuidad de una cinta de Moebius
A través de las ventanas de las torres
A través de la orfandad del cuerpo
y de la caverna creciente de la luna
El amor es una cinta de Moebius
una serpiente
entre los pies
frente al espejo
Una cinta sacudida por el viento
de una dimensión a otra
Tus ojos se adentran en mi esfera
y la esfera se adentra en otros ojos
Como un dibujo de Escher

Escucho tus vísceras en el corazón de mi oído

Selvas
páramos
iglús que se deshacen
géiseres
Resulta revolucionario escuchar sin querer más
Escucho tu corazón en el cénit de mi oído
Pájaro en vuelo interno
parpadeo de luz y sangre
bandada de instantes en explosión esférica
Camina tan elegante el titán del mundo

El frío de tu nombre

calienta como coñac
cuando estoy solo y en ti
solo y en ti con frío
El amor de tu nombre
calienta el alud del tiempo
Hace amor cuando muero de frío

Pongo el pan de fuego en los labios

Muerdo en un mandala el universo
Una sola sangre nos consume
El cuerpo es el diezmo del ser
Arde lo elevado
Y las gotas
de barro
giran
en torno
a un centro
que al consumirse alumbra
El profeta dijo del sol
lo repartí entre mujeres y hombres

Navego el oscuro infinito

El firmamento es un barco
estable en el movimiento
sereno en el tumulto
Discierno porque es confuso
Estoy creando el tiempo
Título: Lance. Editorial: Ya lo dijo Casimiro

Carta flotante n.º 1

Gotas lentas, sordas lentas,
quietas gotas, golpes raros
de tu nombre en mi tejado.

Tu mirada en cada esquina.
Un arder de callejones
es mi cama. Raros golpes.

Quietas gotas en mi boca,
gotas lentas. Si te llamo
una trampa es el pasado.

La mirada es sorda y lenta.
Cuánto fuiste. Te he perdido.
Yo soy mi peor castigo.

Carta flotante n.º 2

Como fueron las alas del amor,
alas que, por la luz de nuestros ojos,
oscuras alas fueron de mis noches,
como fueron las alas del amor
no habrá otro vuelo.

Viejo es el hangar, hierro son las alas
y es rara la presencia de las cosas.

Como fueron las alas del amor
crecerán las distancias, las calles caminadas.

La vida era sin ti
sombra bajo la sombra
bajo la sombra.

Si miras a la altura gira el mundo.
Si miras al abismo no hay un eje.
Confines de tus ojos mi pasado.
Como fueron las alas del amor.

Carta flotante n.º 3

Yo me bañaría
de nuevo en aquella
aurora en el mar
tu risa temblando
de frío tus ojos
donde el pez más vivo
destelló tan suave
tu cuerpo en las olas
un baile de anémonas
y no como entonces
ahora buceo
y toco un fantasma
de ti

hoy desde los años
venideros miro
pero aquella aurora
quién abrió la puerta
y ya se ha escapado

hoy desde los años
venideros miro
lunas que serían
lápidas de ti

y toco un fantasma
de mí.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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