YO HE SIDO UN LEÑADOR (Mi poema)
María Mercedes Carranza (Mi poeta sugerido)

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MI POEMA… de medio pelo
 

Yo he sido un leñador, nadie lo dude,
que tuvo entre sus brazos una vida,
debiendo de hacer leña en la partida
sin nadie con el hacha que le ayude.

Saliendo cada día a su trabajo
buscando hacer astillas con denuedo,
lo mismo que el torero hace en el ruedo
con miedo y con sudores a destajo.

Un otro que talando fue un futuro
que luzca, le dé sombra y le cobije,
pendiente de lo que hace alguien se fije
consciente que lo tiene muy oscuro.

Un pobre luchador empedernido
que hoy piensa que lo suyo fue carrasca
metido y anegado entre hojarasca
a expensas de que al fin va a ser podrido.

Yo he sido un leñador, digo que he sido,
que el filo ya del hacha está mellada,
no tiene solución, no corta nada
y es trasto en el desván para el olvido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: <strong>María Mercedes Carranza</strong>

María Mercedes Carranza

SOBRAN LAS PALABRAS

Por traidora decidí hoy,
martes 24 de junio,
asesinar algunas palabras.
Amistad queda condenada
a la hoguera, por hereje;
la horca conviene
a Amor por ilegible;
no estaría mal el garrote vil,
por apóstata, para Solidaridad;
la guillotina como el rayo,
debe fulminar a Fraternidad;
Libertad morirá
lentamente y con dolor;
la tortura es su destino;
Igualdad merece la horca
por ser prostituta
del peor burdel;
Esperanza ha muerto ya;
Fe padecerá la cámara de gas;
el suplicio de Tántalo, por inhumana,
se lo dejo a la palabra Dios.
Fusilaré sin piedad a Civilización
por su barbarie;
cicuta beberá Felicidad.
Queda la palabra Yo. Para esa,
por triste, por su atroz soledad,
decreto la peor de las penas:
vivirá conmigo hasta
el final.

ODA AL AMOR

Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.

EL SILENCIO

—parece verde
—es verde
—¿es verde?
—sí, es verde
—verde
—¿te gusta el verde?
—me gusta el verde
—¿cualquier verde?
—no, el verde solamente
—¿por qué el verde?
—porque es verde
—¿y si no fuera verde?
—no, sólo me gusta el verde
—¿sólo el verde entonces?
—sí, solo el verde
—es lindo el verde
—sí, el verde es lindo
—claro el verde
—sí, el verde.

PATAS ARRIBA CON LA VIDA

Moriré mortal,
es decir habiendo pasado
por este mundo
sin romperlo ni mancharlo.
No inventé ningún vicio,
pero gocé de todas las virtudes: arrendé mi alma
a la hipocresia: he traficado
con las palabras,
con los gestos, con el silencio; cedí a la mentira:
he esperado la esperanza,
he amado el amor,
y hasta algún día pronuncié
la palabra Patria;
acepté el engaño:
he sido madre, ciudadana,
hija de familia, amiga, companera, amante.
Creí en la verdad:
dos y dos son cuatro,
Maria Mercedes debe nacer, crecer, reproducirse y morir
y en esas estoy.
Soy un dechado del siglo XX.
Y cuando el miedo Mega

me voy a ver televisión
para dialogar con mis mentiras.

I
Mi piel, el gesto de la boca,
son los días que he vivido,
ahora de repente abreviados
en la imagen que veo en el espejo.
Como viniendo de muy lejos,
toco con la uyema de los dedos
todos los años
que en mis párparos son,
parpadeo,
el asombro primero,
luego el qué le vamos a hacer
ses reflejan en el espejo

II
Escribo en la oscuridad,
entre cosas sin forma, como el humo que no vuelve,
como el deseo que comienza penas,
como un objeto que cae: visiones de vacío.
Palabras que no tienen destino
y que es mu probable que nadie lea
igual que una carta devuelta. Así escribo.

LAS MANOS AMADAS

Manos sabias:
dedos que han oído
y en la oscuridad han visto.
Manos que llevan en su memoria
carnes destruidas ya por el olvido
y en las uñas
ese vago temor a la barbarie.
Manos que van de palabra
a labio, a instante
en que los dedos desordenan
infiernos y gestos y venas.
Piel cómplice o mezcla de sangres
cuando roza el centro de suave paloma.
Manos que también dicen adiós.

MALDICIÓN

Te perseguiré por los siglos de los siglos.
No dejaré piedra sin remover
Ni mis ojos horizonte sin mirar.

Dondequiera que mi voz hable
Llegará sin perdón a tu oído
Y mis pasos estarán siempre
Dentro del laberinto que tracen los tuyos.

Se sucederán millones de amaneceres y de ocasos,
Resucitarán los muertos y volverán a morir
Y allí donde tú estés:
Polvo, luna, nada, te he de encontrar.

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Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

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