JOSÉ ÁNGEL BUESA

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.

Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Lee y disfruta de sus poemas...

BLAS DE OTERO

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Lee y disfruta de sus poemas...

RAFAEL ALBERTI

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...

Lee y disfruta de sus poemas...

ANTONIO MACHADO

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero...

Lee y disfruta de sus poemas...

FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO

Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.

Lee y disfruta de sus poemas... v

FEDERICO GARCÍA LORCA

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Lee y disfruta de sus poemas...

GABRIEL CELAYA

A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.

Lee y disfruta de sus poemas...

TIRSO DE MOLINA

Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARQUÉS DE SANTILLANA

Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS ROSALES

Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?

Lee y disfruta de sus poemas...

ROSALÍA DE CASTRO

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

Lee y disfruta de sus poemas...

JOSÉ ZORRILLA

¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!

Lee y disfruta de sus poemas...

JUANA DE IBARBOUROU

A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

VICENTE ALEIXANDRE

¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME GIL DE BIEDMA

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LEÓN FELIPE

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JULIA DE BURGOS

Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Lee y disfruta de sus poemas...

CONCEPCIÓN ARENAL

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JAIME SABINES

A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MARIO BENEDETTI

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

NICOLÁS GUILLÉN

¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

OCTAVIO PAZ

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

MANUEL ALCÁNTARA

El mar, el mar y tú, plural espejo, 
el mar de torso perezoso y lento 
nadando por el mar, del mar sediento: 
el mar que muere y nace en un reflejo. 

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

JOSÉ BERGAMIN

AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?

Lee y disfruta de sus poemas...

DÁMASO ALONSO

Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;

Lee y disfruta de sus poemas...

GABRIEL Y GALÁN

Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

Lee y disfruta de sus poemas...

LOPE DE VEGA

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Lee y disfruta de sus poemas...

AMADO NERVO

¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...

Lee y disfruta de sus poemas...

GLORIA FUENTES

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE LUIS BORGES

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Lee y disfruta de sus poemas...

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

LUIS CERNUDA

Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

RUBÉN DARÍO

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Lee y disfruta de sus poemas...

MIGUEL HERNÁNDEZ

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor...

Lee y disfruta de sus poemas...

ALFONSINA STORNI

Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.

Lee y disfruta de sus poemas...

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS-POETAS

SANTA TERESA DE ÁVILA

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

SAN JUAN DE LA CRUZ

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

Lee y disfruta de sus poemas...

MIS MAESTROS

MANUEL MACHADO

Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...

Lee y disfruta de sus poemas...

PEDRO SALINAS

A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.

Lee y disfruta de sus poemas...

JORGE MANRIQUE

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Lee y disfruta de sus poemas...

RAMÓN DE CAMPOAMOR

En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira. 

Lee y disfruta de sus poemas...

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.

Lee y disfruta de sus poemas...

NICOMEDES SANTA CRUZ

Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.
Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,...

Lee y disfruta de sus poemas...

FRANCISCO DE QUEVEDO

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Lee y disfruta de sus poemas...

FRANCISCO ALDANA

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,

Lee y disfruta de sus poemas...

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.

Lee y disfruta de sus poemas...

GUTIERRE DE CETINA

Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...

Lee y disfruta de sus poemas...

LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Lee y disfruta de sus poemas...

GARCILASO DE LA VEGA

Cuando me paro a contemplar mi estado

y a ver los pasos por do m’han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

Lee y disfruta de sus poemas...

NO ME TOQUES LAS NARICES [Mi poema]
Alejo Valdés Pica [Mi poeta sugerido]

Inicio » Humor » NO ME TOQUES LAS NARICES (Mi poema) Alejo Valdés Pica (Mi poeta sugerido)

¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar?  haz click en el botón de la izquierda!

MI POEMA… de medio pelo

 

Pues yo no tengo nada contra ti,
no atiendo a lo que haces, lo que dices,
tampoco si lo que hago yo bendices,
mas sepas no consiento que tú a mi
me toques las narices.

Comprende que en tu vida no me meto
ni sé de lo que piensas, sus matices,
y aun menos si te dejan cicatrices,
mas pido no me faltes al respeto
ni toques las narices.

Que tú tienes tu altar, yo tengo el mío
preciso aquí que el rizo no le rices,
ignoro cuando dices si desdices,
te ruego en lo que afecta a mi albedrío,
no metas las narices.

No metas las narices, no consiento
me trates cual se hiciera a meretrices,
si quieres pues criticas o maldices
mas cuida de insistir, yo aquí lo siento,
no toques las narices.
©donaciano bueno

Pues déjale #tranquilo o no...? Clic para tuitear

MI POETA SUGERIDO:  Alejo Valdés Pica

A LA LUZ MORIBUNDA…

A la luz moribunda del recuerdo,
sueño en aquel mi amor, mi amor primero,
y triste soñador aventurero
entre las sombras del pesar me pierdo.

Cual la celda de un mísero ermitaño
queda abierta a los vientos del desierto,
así mi corazón quedóse abierto
al soplo huracanado del engaño.

Del fondo de mi vida agonizante
se alzaba aquel recuerdo torturante,
en su quietismo silencioso y vago,

cual se alza en las mañanas invernales
la bruma de las nieblas invernales
sobre las aguas límpidas de un lago.
1914.

LUCIAN EN TU ESPALDA…

Lucían en tu espalda por entero
tus cabellos, de un negro tenebroso,
que tenían el brillo esplendoroso
y cortantes de láminas de acero.

En el salón, hundido en las tinieblas,
había tonalidades misteriosas,
cual de aguas tranquilas y azulosas
cubiertas por las brumas y las nieblas.

Tu hermosa cabellera me atraía
con la fascinación negra y sombría
de los ignotos bosques seculares,

y mis labios hundía en tus cabellos,
y, loco de pasión, dejaba en ellos
un enjambre de abejas osculares.
1914.

A SALVADOR RUEDA

I
Poeta ruiseñor: en las difusas
alegorías tuyas misteriosas,
hay un aletear de mariposas
y la atracción de estrofas inconclusas.

Exquisito cantor: en las profusas
bellezas exquisitas de tus glosas
–como en un lecho de fragantes rosas–
se extenuan de amor las nueve musas.

Tus versos tienen la atracción secreta
de un quieto lago bajo un cielo en calma
cuando entonas tu lenta salmodía,

Porque tu estirpe de andaluz poeta
rindió a las musas, que te dieron su alma,
y tú diste tu alma a la Poesía.

II
Del templo del Amor tomó la ruta
el poeta. Cantó versos adónicos.
Como remate a capiteles jónicos
puso música y versos por voluta.

Todos tus versos tienen la impoluta
blancura inmaculada del armiño,
porque, inocente, cantas como un niño
en tus estrofas la verdad absoluta.

En plena aspiración de ser sincero
escribiste sincero el cancionero,
y es tu sinceridad tu baluarte.

A la lectura fiel de tus canciones
han sentido las almas emociones
porque es tu alma el alma de tu Arte.

ARTE DECORATIVO

Miguel Nieto ha pintado, en un intenso
amor por lo oriental, una cadencia.
En su cuadro la Tórtola Valencia
danza, febril, la danza del incienso.

El cielo nocturnal, azul de Oriente,
dosela su figura. Orientales
perfumes la circundan, y sus chales
resbalan de sus hombros lentamente.

Extraña luz, como de mármol blanco
entrevisto a través de una esmeralda,
estiliza su rostro de judía.

Y al movimiento, en celo, de su flanco
se entreabren los pliegues de su falda
en una irradiación de pedrería.

II
Rozando las ajorcas y los velos
con caricias de mano femenina,
una pantera arrastra por los suelos
el moteado de su piel felina.

Sus patas, sigilosas, se deslizan
entre las piernas de la bailarina,
y en inquietud sus ojos rivalizan
con las miradas de la danzarina.

La pantera es un símbolo viviente,
como lo son también las dos panteras
que pusiera Dulac, clarividente,

bajo los pies de Circe; en un ambiente
de sutiles encantos y quimeras
bajo el nocturno cielo azul de Oriente.

III
Dulac y Miguel Nieto han presentido
la vida de este símbolo, y han dado
la tristeza febril de lo vivido
a la quimera de lo que han pintado.

(Mujeres y panteras son afines
en la crueldad de sus inclinaciones…
Gustan de palpitantes corazones
para la esplendidez de sus festines.)

(Por eso, en las tragedias de la vida,
a la caricia femenil vá unida
la garra sanguinaria de la fiera;

y estar entre los brazos de la amada,
es cual sentir la carne desgarrada
por la zarpa brutal de una pantera.)

IV
La vida femenil de sus pinturas
es tan real, que llega hasta inquietarme,
pues me hace presentir que las figuras
van a salir del lienzo para hablarme.

En el estudio, lleno de tristeza,
la mujer y la fiera son tan bellas,
que parece tangible su belleza
cual si la vida palpitase en ellas.

Y a las primeras horas vespertinas,
cuando solas están mujer y fiera,
los ojos del felino tienen quedas

y lánguidas miradas femeninas,
y la mujer se mueve entre sus sedas
con felina arrogancia de pantera.

PASTORAL

I
Estoy en pleno monte. Recluído
en un camaranchón llamado escuela,
siento sobre mi alma la secuela
de la dolencia del que está aburrido.

En pleno monte. Flota en el ambiente
la gris opacidad de una neblina,
que a los rayos del sol se difumina
y se rasga en girones lentamente.

Derrama el sol su oro por los ampos,
en un derroche de alegrías gualdas,
irisando el techar del caserío;

y fingen, en el verde de los campos,
diamantes en monturas de esmeraldas
las cristalinas gotas de rocío.

II
Llueve torrencialmente, y el chubasco
es tan pródigo en agua que sepulta
los caminos en lodo. El sol se oculta
tras cortinas de nubes. De un peñasco,

dando tumbos, despéñase un torrente:
entre un choque ruidoso de guijarros
y un murmullo de roce de chinarros
se desliza del río en la corriente.

Vuelve a lucir el sol. La lluvia es fina
como agujas de plata, en cuyos ojos
ténues hilos de oro el sol enhebra;

pero quiere bordar, en sus antojos,
un capricho en el agua cristalina
y las agujas y los hilos quiebra.
1919.

EN LA QUIETUD…

En la quietud calma de la hora
el poeta relee sus poemas,
y con sus ojos, que parecen gemas,
los negros signos que escribió devora.

De la lectura de sus versos goza
besando aquellos que le mienten gozo,
y ante los tristes con pesar solloza
poniendo el alma toda en un sollozo.

Una ténue sonrisa se dibuja
en sus pálidos labios sensuales
al murmurar sus rimas musicales;

y ante las tristes y sentimentales
su alma soñadora se arrebuja
en un manto rosado de ideales.
1919.

«SPLEEN»

(Traducción de Juan Moreas)
Como un vencedor ávido de exterminio y de ensaño
en mi frente ha plantado su bandera el hastío.
En prados luminosos va a pacer el rebaño
de ilusiones que han hecho en mi alma el vacío.

Un castillo fingía perspectiva lejana:
de rubíes y oro le forjé en mis ensueños;
pero sus muros eran de arcilla… Una mañana
se derrumbó el dorado castillo de mis sueños.

El corazón, roído por un pesar muy hondo,
se abandonó al miraje de una quimera loca;
bebí, para curarme, de su copa sin fondo
y su embriaguez me ha puesto amargor en la boca.

Hundido en las tinieblas, muero calladamente.
Es la vida espejismo de sueños y palabras,
y su embriaguez me ha puesto amargor en la boca,
vomitan el veneno por sus bocas macabras.
1919.

ORACION

Filósofo,
Poeta,
que mirais las cosas
tristes de este mundo,
uno, muy profundo,
con ojos de asceta,
y otro, como rosas;
los dos en mi vida
pusísteis un mal:
uno abrió una herida,
otro abrió un rosal.

Tus rosas, poeta,
perfuman la vida,
la hacen bella y fuerte,
¡toda juventud!

y tú, cruel asceta,
nos muestras la vida
velando a la muerte
junto a un ataud.

Tú, poeta, sueñas
vagas sensaciones,
que pasan risueñas
como tus canciones
con las que te adueñas
de los corazones.

Me dijiste, asceta,
que es triste la vida,
que amor es llorar,
sé que no mentiste
cuando lo dijiste;
mas dime, poeta,
¿hay algo en la vida
más dulce que amar?

Yo te odio, asceta,
porque sé que sientes
con sinceridad.
Te amo, poeta,
porque sé que mientes
la realidad.

Filósofo,
Poeta,
que mirais las cosas
tristes de este mundo,
uno, muy profundo,
con ojos de asceta
y otro, como rosas;

los dos en mi vida
pusísteis un mal:
uno abrió una herida,
otro abrió un rosal.

Tu verdad, asceta,
hizo de mi vida
un inmenso crial;
tu llanto, poeta,
hizo de mi herida
brotar un rosal.
1919.

AUTOCONSOLACION

I
Sonríe, poeta del dolor, sonríe;
ya tu ensueño de amores ha triunfado
en una luminosa apoteosis
al pié del tabernáculo.

Por los mismos dolores que sufríste,
por lo que has de sufrir seca tu llanto,
y a la pálida novia que a tí viene,
sedienta de tu amor, abre los brazos.

A tu puerta ha llegado sonriente,
como una virgen rústica, temblando,
a ahuyentar tus tristezas dolorosas
con la caricia de sus dedos blancos.

Cierra al dolor tu corazón, poeta;
para las dichas guárdalo;
ahuyenta los fantasmas de las penas
que hoy sólo la alegría ha de ocuparlo.

Deja la puerta de tu estancia abierta
al paso del amor y obra el milagro
de tu resurrección inesperada
con la consolación de lo esperado.

Ya la pálida novia que esperabas
en busca de tus brazos ha llegado
a enfriar los ardores de tu carne
y a calentar las nieves de tu tálamo.

El juego de sus dedos ha deshecho
el trenzado de sedas del peinado
y la luz moribunda de tu lámpara
al soplo de su aliento se ha apagado.

Sonríe, poeta del dolor, sonríe;
la hora de los besos ha sonado…

II
El viejo Cristo de marfil que adorna
las desnudas paredes de tu cuarto,
aquél que obró el milagro de los peces
y de los panes ácimos,
que serenó el tumulto de los mares
con la caricia de sus pies descalzos,
y en su doctrina de piedad y amores
perdonó a Magdalena sus pecados,

Desde su cruz contempla vuestros cuerpos
en un estrecho abrazo entrelazados,
y con tristeza en sus pupilas cándidas
y en sus ojos dos lágrimas temblando
parece que te dice, entre suspiros,
y de dolor sobre su cruz llorando:

–«Como yo, tú también agonizaste
sobre la cruz de tu dolor clavado,
y las zarzas de todos los dolores
tus sienes y tu frente desgarraron:
has sufrido la mofa y el desprecio,
y has sentido en tu rostro el salivazo
del legionario que salió a tu encuentro
cuando llevabas el madero al hombro
camino del Calvario.

Tú también has sentido de la lanza
el golpe en el costado
y has muerto, como yo, cantando amores
y a todos perdonando.

Toda tu vida ha sido un ansia eterna
–moribundo y en cruz puestas las manos–
esperando el amor de los amores
para abarcarlo con tus brazos cárdenos.

Ya la pálida novia que aguardabas,
en busca de tus besos ha llegado.
Por los tristes dolores que sufríste,
por los que has de sufrir, seca tu llanto,
y a la pálida novia que a tí viene,
sedienta de tu amor, abre los brazos.

Sonríe, poeta del dolor, sonríe:
la hora de los besos ha sonado.»
1919.

EL AMOR DE LOS AMORES

La vida es un dolor. Es algo incierto,
lleno da brumas y de ensoñaciones
que nos hacen temblar. Sepulcro abierto
para enterrar en él las ilusiones.

Es triste caravana en el desierto.
Nos morimos de sed. Las desazones
son inquietantes, como un cuerpo muerto
destrozado por garras de leones.

De la vida en el áspero camino
yo he sido como humilde peregrino
que hizo el amor de su ideal un rito;

atravesó el desierto con mis penas,
y he quemado mis pies en sus arenas
en un ansia infinita de infinito.
1919.

¡BENDITA SEAS, PECADORA!

I
Yo fuí también a tí, cuando soñaba
mi deseo con curvas morbideces
y mi joven pupila dilataba
la visión de tus blancas desnudeces.

En tu boca he bebido hasta las heces,
el néctar que tu labio me brindaba,
y de amor, en tus brazos, me embriagaba,
en un ansia infinita de embriagueces.

Bendita tú, entre todas las mujeres,
porque colmas el ansia de placeres
y el ansia de placer aguijoneas.

Porque tus blancos y afilados dientes
el goce intensifican; porque mientes
un platónico amor, ¡bendita seas!

II
Yo creí adivinar en tus antojos
acicate a pasiones sexuales;
mas moduló tu voz ternuras tales,
que hasta llegué a creer en tus sonrojos.

¡Cómo fingias crisis pasionales,
de hondo y sentido amor, en tus enojos…!
¡Si hasta fingieron lágrimas tus ojos,
en sartales de perlas, a raudales…!

Porque haces olvidar, con tus engaños,
que el amor sólo brinda desengaños,
y fingiendo el amor, el amor creas;

por hacemos creer, con tus pudores,
en la sinceridad de tus amores,
¡por hacernos creer, bendita seas!

III
Cuando estoy solo, sueño en la blancura
de tu piel y en el negro de tu pelo,
y enardecido de pasión, me encelo
por la sensualidad de tu cintura

Entre las sombras del pesar me pierdo.
Mi deseo recuerda tu hermosura,
y aumento intensamente mi amargura
con el opio sutil de su recuerdo.

Porque finges un férvido entusiasmo
durante la epilepsia de tu espasmo;
porque al hacerte desear, deseas;

porque vibran caricias redentoras
en tus humildes manos pecadoras,
¡bendita seas, mujer! ¡Bendita seas!
1919.

ESTABA ESCRITO

Me has herido a traición. En emboscada
miserable y ruín me has acechado,
y en pleno corazón me has asestado
sin compasión, amor, tu puñalada.

No te guardo rencor. Mi amor sincero
es tan intenso que me llena el pecho.
Me ha herido tu traición, como un acero…
Yo te perdono el daño que me has hecho.

¡A qué, guardar rencor, si todo ha sido
tan sólo un sueño que alegró mi vida…
un bálsamo fugaz sobre una herida…!

¡A qué, llorar una esperanza muerta,
si todo ha de caer en el olvido,
aunque la herida permanezca abierta!
1920.

Si te gusta #Alejo_Valdés_Pica... Clic para tuitear

[/su_note]

Autores en esta página

Si te gusta mi poema o los del poeta sugerido, compártelo. Gracias
Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

Artículos: 2944
Subscríbete!
Notificar a
guest

0 ¡Ardo en ascuas por conocer tu opinión! ¡Anímate a comentar!
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Echa un vistazo a la siguiente publicación
Hoy hablo yo. La autoridad. Conozco la vida…
0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x

Descubre más desde DonacianoBueno

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo