COMER, COMER, COMER… [Mi poema]
Esther M. García [Poeta sugerido]
Esther M. García [Poeta sugerido]
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MI POEMA …de medio pelo |
De todos los placeres de la vida Comer y disfrutar de los sabores, Comer siempre engullendo sin mesura, Comer, tragar, sin pausa y sin parar, |
Dedicado a todos aquellos para los que el comer pasa de ser un placer a ser un problema de salud.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Esther M. García
Museo viviente de patologías
I
La familia es lo único que mata.
Su belleza no reside
en los elementos que la conforman,
sino en la armoniosa proporción
con la que un miembro de ella
destruye a otro miembro de la misma.
La familia es vaho marino
que exuda el bronco sueño
de un jardín negro donde florecen
las más diversas patologías.
Toda familia es una enfermedad
y el deber de todo miembro enfermo
es sobrevivirle.
Alteración cerval de la conciencia
Su lenguaje es el delirio,
castiga con los súlfures mares de su lengua.
Belleza que rompe por atravesamiento
del lenguaje.
Dice la enfermera
-define el trauma-
y enumera la simetría de la catástrofe:
un padre que acaricia
por las noches a su hija.
Una mano es una mano
pero también los dedos,
la presión, el dolor, la herida.
Dolor amputado,
miembro fantasma que habita
el convulsionado cerebro.
Recuerdo sepultado.
Un muerto apesta el cadáver
de la ahora viva.
Trauma es la seducción,
la mano que lanza el golpe,
el golpe y el impacto
que no dejó cicatriz,
o herida física.
Por dentro, la memoria ejecuta
el rito sombrío;
la rememoración oculta, siniestra.
Asociación libre, una lección clínica
L’Amoureuse Initiation
Manos,
cabezas cortadas
del inmenso árbol de la noche,
caen por los rincones de la casa.
Digo casa para decir manicomio,
para decir locura, diciendo histérica,
diciendo: No, papá, para por favor,
¿qué estás haciendo?
Digo el grito, el desgarro.
Contemplo el lúcido dolor
con que alumbra la casa
esta herida.
Lección clínica en la Salpêtrière
(Sesiones de los martes)
6:00 Am
No querer el blanco aséptico
No amar el olor limpio
del piso y la ropa de cama
recién lavados
No querer la voz
que pregunta sin emoción
¿cómo se encuentra hoy?
No querer responder
Ahogarse en la saliva
del rizomático vocablo
Ahogarse en la espuma zafírea
del cerebro coagulado.
20/45
Estoy enamorada de un hombre
un hombre al que le salen alas por la boca
un hombre que corre entre el fuego que me incendia
entre las piernas
Yo tendría 20
tú tendrías 45
Estoy enamorada de un hombre
y su nombre me llena de ceniza la boca
y hace que la sal
amarga
blanca
delirante
fluya de entre mis piernas
Yo tendría 20
tú tendrías 45
Estoy enamorada de un hombre
de su barba
de su estómago flácido
de sus lentes
de su tatuaje en la mano
de todas las palabras que escribe
pero que jamás
me ha mirado
Voy a encontrar un sitio en donde pueda ocultarlo
una bodega
un pan
un recuerdo
una caja sellada
o dentro de mi sexo
de donde jamás podrá salir
La cerda
La cerda era tierna de carne y sentimiento
la cerda creía en el amor
El amor ese animal de andar despreocupado
lento
Ése animal que devoraba hasta el último hueso
y era peligroso
voraz
y en extinción
La cerda se aburría de la piara
se abría camino entre las verdes venas de las veredas
y se perdía lejos
muy lejos
allá donde duermen los cabellos del sol
Sus patitas rosadas prendían fuego a los campos
sus orejitas pequeñas percibían el sonido
del sexo recién hecho
y la concha rechoncha de la choncha chanchita
quería cochar gozar cazar cualquier cosa que la hiciera volar
lejos
muy lejos
ser una cerda en el aire
¿A quién buscas chanchita
chachita
muchachita
pequeña cerda de pequeñas patitas
y orejitas?
¿A quién buscas perdida en las verdes venas de las
veredas de la vida?
oink
oink
¿oink?
La cerda sonrosada
jugosa
y tierna
persistía
Seguía en la búsqueda
del amor
Ese sucio animal
que se revuelca en el suelo
escupiendo mil nombres
Ahí va la pequeña
ahí va
la gran cerda
con la concha a punto de reventar
hasta que encuentra a su amor
a su sucio animal
Y he aquí que su olfato la había llevado
hasta los pies de un hombre
y he aquí que el amor tenía ojos oscuros
como el lodo en que ella se revolcaba
y en las manos traía el arma para
matar
para amar
Qué hermoso era el amor
con sus manos tintas en sangre
con su instrumento tieso
(dale
duro
dale)
entrando y saliendo de su interior
El interior adiposo sanguinolento
y tierno
de la cerda
marrana guarra
puerca
que creía en el amor
La cerda hozaba
gozaba
era destrozada y desollada
Ella se venía y se venía
venía
y venía
(30 minutos)
como sucede durante la muerte
como sucede en el acto último de amor
La cerda era tierna de carne y sentimiento
Ahora la voluptuosidad de su carne jugosa
amorosa
está en un aparador.