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Al chopo, al que amamanta la ribera,
algunas hojas verdes le han salido,
después de un largo invierno, tensa espera,
al tiempo que arribó la primavera
ya todo ha despuntado, está florido...
Mirar no es ver, pero es imprescindible,
pues para ver preciso hay que mirar,
yo miro, aquí no debo de ocultar,
mas ver, lo que se dice, no es posible
rechazo lo que observo, que es horrible,
quiero tirarme al mar.....
Bebimos del mismo agua transparente,
cruzaron nuestros pies los mismos charcos,
salimos a la mar, los mismos barcos,
sellamos nuestras vidas con un puente.
Yo he vivido esperando que las damas
me lanzaran al paso algún piropo,
y hoy me paro a pensar y me sofoco
si es que acaso me anduve por las ramas,
pues miro y no me toco.
Hay quien dice que a Jesús
le entregaron sus hermanos
y en lugar de dar las manos
le clavaron en la cruz.
Y es que hay veces que la luz
en vez de alumbrar te ciega...
Me acerco hasta mi hogar. Tomo aire fresco.
La vida se me escapa a cada paso.
Me pongo a recordar. Hago un repaso.
No sé qué pinto aquí que nada pesco
y nadie me hace caso.
Aquello que yo amé hoy ya no es mío,
se lo ha llevado el viento,
con hojas del otoño en el estío,
aquí queda decir cuánto lo siento.
Soy sombra que se esconde en el vacío,
que en torno al abandono se cobija,
un poso que reposa en la vasija
de un pobre y lagrimero desvarío
cual triste sabandija.
Yo sé lo que es amar,
lo sé pues me lo han dicho
algunos del lugar
que no han tenido nunca que mudar
como hace con frecuencia cualquier bicho.
Retire usted su ofensa, no consiento
que nadie a mi me llame calavera,
se suba sin permiso en mi pechera
y envíe a mi persona a tomar viento
cual fuera una cualquiera.
No puedo recordar, les soy sincero.
Que un día como ayer, de otro cualquiera,
mirando a mi tullida faltriquera
me quise desprender de su dinero
sacándola hacia afuera.
Es guasa, no lo creas, que es mentira
que un buen día, mediaba el mes de mayo,
aquí no he de mentir ¡me parta un rayo!
-ya sabes la nariz también se estira-,
se aupó sobre mi chepa un papagayo.
A veces me preguntan de quién eres,
si hubiera sido ayer, soy de mis padres,
aquellos que me ponen los deberes
los mismos que disfrutan mis quereres
y sufren mis desmadres.
Cinco veces comer, es lo más sano,
lo dice el que es experto,
cinco veces mejor si eso es del huerto,
cinco veces peor y es más insano
si es de animal que ha muerto.
He aquí, llegó por fin un desclasado,
bisoño, otro producto del azar,
quizás por un descuido, un despistado,
cual pollo sin cabeza, desnortado,
inútil, sin saber ni un paso dar.
(¡Viva la libertad de expresión!)
Un tiempo hubo en que el hombre, los humanos
soltaban salivazos sin barreras,
no existían ni formas ni maneras,
los pedos se cogían con las manos.
Salir por peteneras,
Tú que sabes de mi, que me conoces,
que escrito en el papiro de mi mente
conmigo siempre vas, sigues presente,
que sabes de mi vida y de mis goces
igual que un buen cliente.
Mi madre era muy guapa, yo no tanto,
mi madre era hacendosa, yo algo menos.
Cuando ella alimentaba con sus senos
me daba hasta saciar, que me atraganto
con solo de pensar al ver tan llenos.
