MI POETA SUGERIDO:  Moisés Cárdenas

Somos

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones
que a los hombres dieron los cielos;
con ella no pueden igualarse los tesoros
que encierra la tierra ni el mar encubre
El Quijote, Miguel de Cervantes

Somos hormigas amontonadas
que gritamos:
¡Si se puede! ¡Si se puede!

Somos voces frente a los monstruos del bosque.
Somos hojas caídas,
esparcidas por el viento
pisadas por demonios enloquecidos,
pero somos hojas renacidas
en manos de soñadores.

Somos los arrebatados del alimento.
Somos sin pan, sin maíz, sin trigo,
sin monedas y billetes.
Sin alcancías, sin agua y luz.

Somos caminantes de zapatos gastados
y pantalones rotos de miradas traspiradas
y lágrimas en los ojos.

Somos heridos por el hombre
que sujeta la silla
por sus cómplices y amigotes
por hombres vestidos de verde oliva
y por secuaces con balas y gases.

Somos un mar, un río.
Somos un pueblo
que aborrece a los mentirosos.
Somos las nuevas lunas.

Somos los nuevos soles.
Somos los únicos
que podemos buscar la libertad.

Poema de la resistencia

Cuando se cree que todo está perdido
surge de las cenizas la esperanza.

Pronto llegará la ansiada libertad,
caerán las pesadas cadenas
y la mano de hierro se destruirá.

Volveremos, volveremos
y volveremos a cantar en paz.

Los caídos en silencio
nos acompañan con luz y fuerza
porque viven en nuestra memoria.

Los caídos en silencio
no se fueron,
siguen un nuevo sol
porque son estrellas
en el firmamento.

Libertario

En una calle añeja por el tiempo
alzó un casco de motorizado
que estaba tirado.

Caminó despacio
y encontró un palo de escoba,
lo sujetó como espada.

Se colocó el casco,
brilló la luna.
Caminó por una calle olvidada
donde soñó con un poema.

Las casas

Los seres metálicos surcaron el cielo
y lanzaron las bombas.

El lente de una cámara fotográfica
captó la caída de los proyectiles
mientras se reventaban
las cuerdas de las guitarras.

El sonido estremecedor
que sacudió el firmamento
mató a una golondrina suspendida
en la rama de un árbol.

En un primer plano descendían
las bombas
pero en las calles temblaron los hombres
las mujeres gritaron
los niños lloraron
las niñas se acurrucaron.

En cuestión de minutos
todo se cubrió en un espeso humo
donde habitó el silencio.

La gaveta de la mesa de noche
quedó vacía
los recuerdos se hicieron cenizas.

Las fotografías familiares
se esparcieron en un suelo
cubierto de vidrios.

Las fotografías se escondieron bajo las sombras.

La madre llora en la mesa del comedor
mira el plato vacío
la esperanza la tenía la golondrina que había muerto
en la rama de un árbol.

La madre aún espera
que llegue un pájaro carpintero picoteando
la mesa de madera
que habita la casa.

Las balas llegan hacia las paredes de las casas
que reciben frenéticos impactos
para luego darle paso al silencio.

BAILEMOS

Bailemos desnudos
como dos paganos
bajo la luna llena
ronroneando con las estrellas
en la nocturnidad del mundo.
Bailemos desnudos
pegados nuestros cuerpos
con roces íntimos
hasta perder los sentidos en el madrigal.
Bailemos desnudos
sin llevar el reloj
sin medir horas
sin pensar en el tiempo
sin pensar si somos jóvenes o viejos.
Bailemos sin rendirnos
y dejemos unidos nuestros labios.

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