1.INTERROGACIONES [Poema del Editor]
2.Javier Velaza [Poeta sugerido]

Textos aquí: 1. del Editor, 2. del Poeta sugerido y 3. del Invitado (opcional)

MI POEMA …de medio pelo

Ideas ¿quién ha visto, dónde están?
¿quién trata de ocultar para que veas?
si a oscuras estarán en el desván
huyendo del rumor, del qué dirán
con miedo así a meterse en las peleas.

¿Quién dijo del pensar que era nefasto
en busca de respuesta, de un consuelo,
y quién que era mejor mirar al cielo
o acaso rebuscar llegando al Rastro
y así poder calmar su desconsuelo.

Y quién a inspiración no recurrió
pidiendo por favor que le aportara
ideas del apuro y le sacara
y siempre con tristeza él econtró
ninguna que quisiera dar la cara.

Idea ¿quién te ha visto, dónde estás
por qué cuando te busco tú te escondes,
y cuando al fin te llamo no respondes?
Estruja tu cerebro y hallarás,
preciso es con ahínco que tú ahondes.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Javier Velaza

EL SALVAVIDAS

No es inútil amarse,
finalmente.
Lo mismo que amaestrar serpientes, nos exige
técnica refinada y perder la vergüenza
de actuar frente al mundo en taparrabos.
Y unos nervios de acero.
Pero amar es oficio
saludable también: su liturgia apacigua
el ocio que enajena -como supo Catulo-
y perdió a las ciudades más felices.
Bajo la cuerda floja dispone -no pidáis
una red, porque tal no es posible- otra cuerda,
tan floja, pero última
tan inútil a veces,
bajo la cual no hay nada.
Y entreabre
ventanas que te oreen la cólera y exhiban
a tu noche otras noches diferentes, y así
sólo el amor nos salva a fin de cuentas
del peligro peor que se conoce:
ser sólo -y nada más- nosotros mismos.
Por eso,
ahora que está ya dicho todo y tengo
un sitio en el país de la blasfemia,
ahora que este dolor de hacer palabra
con el propio dolor
traspasa los umbrales
del miedo,
necesito de tu amor como analgésico;
que vengas con tus besos de morfina a sedarme,
y rodees mi talle con tus brazos
haciendo un salvavidas, para impedir que me hunda
la plomada letal de la tristeza;
que me pongas vestidos de esperanza -ya casi
no recordaba una palabra así-,
aunque me queden grandes como a un niño
la camisa más grande de su padre;
que administres mi olvido y el don de la inconsciencia;
que me albergues de mí -mi enemigo peor
y más tenaz-, que me hagas un socaire,
aunque sea mentira
-porque todos es mentira
y la tuya es piadosa-;
que me tapes los ojos
y digas ya pasó, ya pasó, ya pasó
-aunque nada se pase, porque nada se pasa-,
ya pasó,
ya pasó,
ya pasó,
ya pasó.
Y si nada nos libra de la muerte,
al menos que el amor nos salve de la vida.

CATÁBASIS

Sales de casa huido de ti mismo. Necrópolis
de vivos, la ciudad te espía entre cipreses
y sospecha que buscas aquello que perdiste,
y no entiendes qué es. Y no te tiene lástima.
En medio del camino de la vida te sabe,
sin dirección. Te enfocan las luces del crepúsculo
y desfallecen. Pasas junto a la vieja iglesia:
los dioses han dejado de creer en nosotros
porque les dimos miedo. Te saludan,
con la mirada mate de la hulla,
tres almas enfundadas en sus cuerpos
insepultos: van al baile de máscaras.
En los parques el viento arremolina
portadas de periódico que informan
del fin del fin del mundo. ¿Qué canción
te sacará de allí, rota tu lira?
¿A qué rama aferrarte, si te hundieses?
En las sesiones golfas de los cines
se proyecta el futuro en versión
original, oferta dos por uno.
El diablo sabe que eres como él,
el más sabio de todos los idiotas,
el más audaz de todos los cobardes,
el más alegre de los hombres tristes,
y no puja por ti. En el Paradise
no permiten entrar con tus sandalias
de pecador. Y ya es la del alba,
y un día más esta ciudad te observa
de reojo volver despacio al purgatorio
de tu casa igual que regresan los héroes:
con las manos vacías de esperanza
y esta injustificable fe en el hombre.

ANOCHECER EN MONASTIRAKI

Incomprender el mundo. Esta tarde
en esta terraza de Monastiraki,
con una copa de retsina, iluminado
por la sombra sagrada de la Acrópolis,
sabes bien que esa es la auténtica misión:
incomprender el mundo. Los turistas
y los gatos regresan de aplaudir
la caída del sol en el Areópago.
Atenas anochece apenas sin dolor.
No hay un sitio en el mundo donde mejor se sienta
que todo ha sido inútil aunque haya sido hermoso.
Esta arena que pisas contiene todavía
fragmentos de la copa de Sócrates, Pericles
bajó por esa cuesta ya enfermo de la peste.
Ahí mismo, donde ese camarero
esboza con tres pasos torpones un sirtaki,
alguien mató a los dioses hace mucho. También
tú has matado lo tuyo por el sueño
griego de la razón, la gran metáfora.
Pero no te arrepientes. Tú anocheces
apenas sin dolor también y das por bueno
que todo ha sido hermoso aunque haya sido inútil.
Ahora eres solo otro turista más
que pasea sin rumbo entre las ruinas
abandonadas ya del pensamiento
—si hoy es martes, debe de ser Platón
quien nos explica el mundo inexplicable,
si es miércoles, Byung-Chul Han—,
y, cuando cae el sol, aplaudes indolente
y buscas junto a un gato una terraza
donde tomar tu copa de retsina
e incomprender perfectamente el mundo.
Ediciones Hiperión

EL VENCIDO

Harto de la batalla, con los pies doloridos
de andar sobre un osario, se detuvo
y cayeron sus armas y los brazos
alzó.
Me rindo, dijo, ha sido suficiente,
no puedo recordar el casus belli
que me condujo aquí, hace ya mucho tiempo
que no sé dónde está nuestro enemigo.

Su cabeza rodó
colina
abajo,

porque la vida no hace prisioneros.

El perro

Ella lloró: el amor viejo perro de lanas que nos fue fiel compañía,
amaneció hoy enfermo. Ya no se tiene en pie
y ladra de dolor bajo los álamos.

Tenemos que matarlo, él dijo, no es decente
que sufra la agonía que le espera,
son demasiados años para un final tan cruel.

Aquella noche el perro
se arrastró como pudo a la autopista.

El regresado

Hay puertas que no se abren
hacia atrás.

Soy yo, he regresado, mintió.

Ella siguió llorando.

Esa mañana
iría a poner flores a su tumba.

Elegía triunfal

En el día de hoy, la guerra ha terminado
como todos los días.

Nadie pregunta cómo
cuál fuera el desenlace de las cruentas batallas
libradas casa a casa
cuerpo a cuerpo.
Nadie viene a leer con un ojo de angustia
y otro de rabia el parte de bajas; nadie aguarda
la crónica oficial que explicará por qué
hoy perdimos de nuevo,
ni preguntará quién era el enemigo que esta vez nos pudo,
ni cuáles sus propósitos, ni cómo su estrategia,
ni qué mapa quedó para seguir mañana.

Nada importa,
porque hemos aprendido
que la derrota tiene mil caras sin reverso,
que nunca hay vencedores,
que con el alba próxima
tendremos que salir al campo a ser deshechos
un día más
igual que cada noche.

Todos perdemos siempre.
Perdemos de antemano,
no nos dejan siquiera
la ocasión de ser Pirro, de ser Cesar, o nada,
ni nos tiene clemencia.
VisorLibros

Bio de autores en esta página

"No están todos los que son pero son todos los que están."

  • Javier Velaza Frías es un filólogo clásico, poeta y escritor español. Nació en Castejón, Navarra, en 1963. Es Catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona (UB) desde 2010. Se doctoró en Filología Clásica en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1990. Desde 2017 es Decano de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de Barcelona. Colabora habitualmente como crítico literario y de música clásica y ópera en diversos medios de comunicación.

    Obra poética y premios destacados: Ha publicado varios poemarios y ha sido galardonado con diversos premios de poesía: Mal de amores y latines (1996) - Premio Àngel Urrutia. De un dios bisoño (1998) - Premio José Hierro. Los arrancados (2002). Enveses (2018) - Premio Valencia de poesía en castellano. De mudanzas (2020) - Premio Tiflos de poesía. El campamento de los aqueos (2022) - Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2020). Las ignorancias (2024) - Premio Loewe de Poesía (2024).

    Ver entradas

+Info de errores al email del autor o editor.

¡No olvides hacer una visita a los Maestros!

Subscríbete!
Notificar a
guest

0 ¡Ardo en ascuas por conocer tu opinión! ¡Anímate a comentar!
El más nuevo
El más antiguo El más votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Lee y anímate a comentar sobre este u otros poetas.x