MI POEMA…de medio pelo
Al fin, Señor, al fin
te has dignado escucharme.
Al fin a tus oídos
ha llegado mi súplica. No en balde
he llorado y sufrido porque vieran
acercarse ese día los ojos de mi carne.
Estos ojos que, tú ves, ya están marchitos,
que se apagan,
que pugnan por quitarse
esa neblina densa que les cubre
y quisiera que en breve se cerrasen.
Es la araña del tiempo, mi Señor,
ese tirano
que exige inexorable
el pago a su tributo
que todo humano ser tiene que darle.
Más no pienses por eso que yo sufro,
no creas que mi carne
se desgarra en tétrico suplicio
ni al viento atruena con sus ayes.
Que hoy, por fin, se han cumplido mis deseos
que hoy mi alma feliz tiene que darte
las gracias. Las gracias, si,
pues he logrado
la esencia de su esencia y su raigambre,
esa paz que hace tiempo anda buscando
y hoy has querido tú que se cruzase
en mi camino de espinas y de abrojos,
de lágrimas, de sangre.
¿Que mis ojos se cierren? qué me importa
que tú quieras llevarme
para siempre a gozar de tu presencia?
¡adelante!
Hoy cual nuevo Simeón he visto
cumplidos mis deseos más formales,
he visto una Patria que progresa
y un pueblo sencillo y responsable
que lucha en paz. Esta es la España
que yo ansiaba llegase.
Esta es la paz por la que mi alma ha echado
sus lágrimas no en balde.
Recibe pues, Señor, la ofrenda
de un campesino español que nada vale,
pero que lucha y sufre por sus hijos,
los hijos de su sangre.
Al fin, señor, al fin
te has dignado escucharme.
(España en paz)
Poema escrito a la edad de los sueños, justamente a la muerte del Caudillo y regreso de la democracia.
Levántate y mira la montaña
de donde viene el viento, el sol y el agua.
Tú que manejas el curso de los ríos,
tú que sembraste el vuelo de tu alma.
(Víctor Jara)