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Breve Biografía de Salvador Díaz Mirón ¡Gracias por leer esta publicación, ¿deseas comentar? haz click en el botón de la izquierda! Salvador Díaz Mirón nació en Veracruz (México) el 14 de diciembre de 1853. Al igual que su padre, fue periodista y apasionado de las letras. De niño fue influenciado positivamente por su progenitor, un importante autor de su tiempo, a los 14 años comenzó a escribir de forma comprometida y siendo todavía muy joven era un distinguido poeta. Recio y amplio edificio, que no brilla Junto a ríspida rampa de granito, Al Norte, recta y espaciosa vía, Al Sur, y herboso como inculto predio, He ahí mi asilo y el contorno. -Cruda Holgábame una vez en tal encanto; Quedáme absorto y lúgubre. Sufría Costumbre de inquirir, sabia y notoria, «La doncella gentil se llama Dea. «Qué suplicio el del parto! ¡Cuál estreno! «El pobre viudo encaneció en un día. «¡Precoz muchacha! Con presteza suma Al estro el narrador detuvo el giro, Veracruz. Hospital de San Sebastián. Mayo Noy hay almíbar ni aroma La fiesta de tu boda A la nocturna gloria La fiesta de tu boda Un cometa en la sombra La fiesta de tu boda En invisible tropa La fiesta de tu boda Nubecilla que flota, La fiesta de tu boda Junto al cendal que toma La fiesta de tu boda ¡Ah! Si la Tierra sórdida La fiesta de tu boda El mar con débil ola La fiesta de tu boda ¡Oh Tirsa! Ya es la hora. Semejas esculpida en el más fino Y mientras: no imitaste al peregrino Obrando tú como rapaz avieso, No así al viandante que se vuelve a un pino Xalapa 27 de mayo de 1901. I Es un monstruo que me turba. Ojo glauco y enemigo, La guedeja blonda y cruda y sujeta, como el trigo Tetas vastas, como frutos del mas pródigo papayo: En la mano, linda en forma, vello rubio y ralo y tieso, II ¡Cuales piernas! Dos columnas de capricho, bien labradas, Albos pies, que con eximias apariencias azuladas ¡Qué primores! Me seducen; y al encéfalo prendidos, Y con métrica hipertrofia, no al azar del gusto electa, Con hermana y cuñado veranea ¡Un amor doloroso e inconfeso Como helénica estatua, por la suma ¡Y qué voz! ¡Cómo vibra en cada nota! ¡Hermosura infeliz! Arrostra y huella Prueba coraza en donde sufre injuria; Huye del trato y se resiste al brillo; En pequeño batel hiende la rada, ¡Pobre mujer! Al rayo de la Luna, ¡Admirable amazona la doncella! Porta en alto su nombre, como el lirio Y en el espasmo súbito que al vuelo Y luego ante una efigie se arrodilla; ¡Ciega y tenaz la religión del triste ¡Ah! ¿Qué mucho que al Sol que subía No cayera por brusca pendiente, Envidiosos me culpan con saña Y un consuelo has escrito a mis penas; ¡Con qué brotes la planta retoña! Un misterio me asombra e infatua: ¿Esperanzas? La suerte me abruma. Sueño y rimo. La noche adelanta Una estrella fugaz viene al suelo, Cárcel de Veracruz. Noviembre de 1892. A tres leguas de un puerto bullente Distante, la choza resulta montera El sitio es ingrato, por fétido y hosco. La flora es enérgica para El Oriente se inflama y colora, Un prestigio rebelde a la letra, El ponto es de azogue y apenas palpita. Y al trotar de un rocín flaco y mocho, Monótono y acre gangueo, Cuanto es mudo y selecto en la hora, Y como un monolito pagano, Y a la puerta del viejo bohío Infantil por edad y estatura, Blondo y grifo e inculto el cabello, La payita se llama Sidonia. La huérfana ignara y creyente La madre reposa con sueño de piedra. Y por siembras y apriscos divaga Vestida con sucios jirones de paño, Radioso y jovial firmamento. Y en la excelsa y magnífica fiesta, El Sol meridiano fulgura, El fausto del orbe sublime Ni céfiro blando que aliente, que rase, Entre dunas aurinas que otean-, La luz torna las aguas espejos; El ambiente sofoca y escalda; Los guiñapos revuelan en ondas… Y un borrego con gran cornamenta La zagala se turba y empina… Y en la excelsa y magnífica fiesta, Al Editor Mientras haya en ciudad y cortijo Pero quise pecar de discreto; ¿A las chicas ofreces lectura ¡Ay! Las cosas en sí quedan lejos. ¿Qué cristal el que filtra y altera? Pese a ti, lo real no anda fuera, Cuando pugno en las bregas del arte ¿La moral? ¡Es el ara divina! ¿Que la nota poluta y la torva Forma es fondo; y el fausto seduce ¿Qué repulsas mi código? Basta. Ojos que nunca me veis, Ojos en que reverbera Ojos cuyo amor anhelo Cese ya vuestro desvío, Ayer, el cielo azul, la mar en calma Mi vida toda júbilos y encantos, Ayer, la inspiración rica y galana Ayer, cuanto era luz y poesía: Y hoy… la sombra y el ansia del desierto, Palma, no te enorgullezcas No te ensoberbezcas, rosa, Dulce planta de la selva, Tierra, no envidies al astro Cuán caro pagas, espíritu, Qué radiosa es tu faz blanca y tranquila El fulgor soñoliento que destella Tu rojo labio en que la abeja sacia Tu voz que ora es aguda y ora grave, Tan abierta de brazos como de piernas, A tu ardor me figuras y subalternas Y tanto me convidas, que ya me infiernas; Por fiel a un noble amigo pierdo un tesoro… Cubierto de jiras, Y un cielo impasible «¡Que bien que me acuerdo! Y un cielo impasible «Buscando comida, Y un cielo impasible «Los otros muchachos Y un cielo impasible «Me acuesto en rincones Y un cielo impasible «Papá no me quiere. Y un cielo impasible I Césped. Un pozo con brocal de piedra, Un firmamento rubio. Vésper brilla, Bien lejos, y en un arco de horizonte, Volcán enhiesto y cónico alardea, II Como tenue labor, hecha con vaga Un trasunto se borra en una nube: Asciende y disminuye y palidece; Y su místico imán turba la calma ¡Oh tú de crin rubia, luenga y rizada, ¡Linajuda Regina que, por taimada, ¡Ven y place al que tiene la voz dorada, No ignores que los himnos hacen las diosas Basta de timidez. La gloria esquiva Sólo una tempestad brusca y altiva ¡Oh rebelde¡ ¡Conquista la presea; Arrostra por la gracia la diatriba, (Canción para mi hija Rosa.) Cautivo un gorrión estaba, Por azar, o por astucia, Y el ave a la rica estrella A la vieja necrópolis me arrimo; Así surgida de la oculta vena ¡Cuál voy! El hombre labra su fortuna, Si resulté raudal turbio de cieno Entro. ¡-Hierbas y nichos y pendientes: Ando en maleza vil donde no hay ruta; Lleno de la esperanza de la gloria, Mi espíritu de bronce con acíbar Con los jaspes del ónix mexicano Un adiós, hecho turba de colores, Al rincón venerable llego al cabo. Trepadora vivaz orna la tumba, Laúd solemne, sensitivo y pulcro, Y a vos dama gentil, soberbia y dura, Portas al cuello la gentil nobleza Hay en tus rasgos acritud y alteza, ¡Quiero pugnar con el amor; y en vano Humillas mi elación y mi fiereza; Xalapa. El 25 de mayo de 1901. Se que la humana fibra Mas no en aleve audacia Y el daño es tema propio Fatiga y pena ignotas ¡Oh fe y piedad radiosas, Ni el santo influjo vuestro Mi gloria esta en la nube Blancas y finas, y en el manto apenas Azules y con oro enarenados, Como albo pecho de paloma el cuello; Dulce y triste la faz; la veste zarca… Y abrillantó a mi espíritu la cumbre Y suele retornar; y me reintegra Cárcel de Veracruz. El 14 de diciembre de 1893 Es un viejo borracho que me provoca, Hasta el pecho la barba se le desliza, Paro el corcel fogoso y alzo la fusta… Llego entre dos esbirros, que no dudan Suspenso en el umbral callo y vacilo. Sobre mezquino y enlutado lecho, Y ante la forma en que mi padre ha sido, ¿Qué amigo que no acuda y me acompañe? Al pueblo el bardo es gracia y no carcoma. ¡Oh ingenio que subsiste, que arribaste ¡Ay de mi, que rabioso en un erío Oigo decir de mi destino a un chusco: En sublime absorción hurgo la mente: Veracruz. El 4 de enero de 1895. Insensibles a fiestas y grimas No sois gemas inmunes a limas Pero hay siempre valer en las rimas. Id, las mías, deformes o bellas: Bajo el ronco motín que grita muerte, Y aún ante indicio, de locura o dolo, Su fe suele medrar cuando vacila… En el ignoto piélago la nave A la esperanza el mísero se aferra, Bien luego magnífica su corona… Voz que nace al timón sube a la caña… Colón, en pie sobre la proa mira… Franja de luna por el agua riela… Crin que al aire te vuela, rizada y bruna Y del celo ardoroso despides una Mas tu mirada llega, con su fortuna, Y mientras que te tiñes en escarlata, Conservo de la injuria, Y hórrido amago suena… ¡Infames! Os agravia Cruel fortuna dispensa Al mal dolos procuren Sobre la impura huella Cárcel de Veracruz, Julio de 1892. Mi corazón percibe, sueña y presume. Y frío de alta zona hiela y entume; El sublime concierto llena la casa; Y como envuelta en oro tejido en gasa, Diciembre de 1899. La moza lucha con el mancebo Y huye sin mancha ni deterioro Y entre la sombra solemne y bruna, Y gana el cuarto, y ante un espejo, Y echa cerrajas, y se desnuda, Y a mal pabilo, tras corto ruego, Y duerme a poco. Y en un espanto, Sueña que yace sujeta y sola En la rama el expuesto cadáver se pudría, La desnudez impúdica, la lengua que salía Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha, Mecido con solemnes compases de Turíbulo.
Su labor poética puede dividirse en tres etapas bien diferenciadas entre sí. La primera de raíces románticas en la cual se pueden notar la influencia de importantes autores de éste período y las otras dos sumamente diferentes, vanguardistas y diversas entre sí profundamente.
Colaboró también con importantes periódicos de la época, entre los que se encontraban El orden y El imparcial. Debido a sus ideas revolucionarias tuvo que exiliarse de México. Vivió entonces en diferentes países, residiendo fundamentalmente en Santander (España) y La Habana (Cuba), donde dictó clases de literatura.
Por la elegancia y el primor del arte.
Fue convento y capilla
Y es hospital. Elévase a la orilla
Del mar, hacia la parte
De Oriente, por la cual hay un baluarte,-
De dos que duran a evocar memoria
De antiguos tiempos de tumulto y gloria.
Roña de ruinas y despojos muerde
Restos de la muralla de circuito,
Que son postrer vestigio que se pierde;
Y entre la playa bruna y el amparo
De los pacientes míseros, un clavo
Borda en rústico alarde alfombra verde.*
Que a un lado y otro del arroyo cría
Y a despecho del régimen propaga
Mantos de zacatillo y verdolaga;
Y que a un extremo y a cerrar el fondo
Tiene un médano gris, enhiesto y mondo.
Un parquecillo ruin en cuyo medio
Un zócalo mezquino espera en vano,
Con una obstinación que infunde tedio,
La estatua de un grande hombre mexicano.
Flegmasía me atrajo de mazmorra
A celda en que perezco de modorra
Y que, quizás por imitarme, suda.
Compasivo guardián que imparte ayuda;
Y cuando halla ocasión, me da permiso
De visitar un rato el paraíso.
Y a frescos y desnudos corredores,
Que rodean un cuadro un patiezuelo,
Salgo a ver sonreír frondas y flores,
Ya mostrar a la fe de mis dolores
Un pedacito del azul del cielo.
Y de gracia mi espíritu se viste;
Y entonces me pregunto si la suerte
Hará otra miel como la paz del fuerte
Y otro esplendor como el placer del triste.
Y una moza, con rostro del delirio,
Pasó, blanca y derecha como un cirio,
Lírica y turbadora como un canto,
Odorífera y prócer como un lirio.
Parecía ilusión de la mirada.
Iba con paso cadencioso y lento,
Y alba ropa de lino almidonada,
Y un susurro de risa en enramada,
Y cual fuego la crin volando al viento.
Era de tarde, por abril que adoro,
Y en un silencio perturbado apenas;
Y efluvios de azahares y azucenas
Desleían al sol ámbar en oro.
Présaga desazón. – ¡Oh imagen pía!
Ancha y tersa la frente sin pecado,
Helénica nariz, boca de fresa,
Zarco el ojo de antílope asustado,
Elación y decoro de princesa
Y un secreto de angustia en un nublado:
¡asi te llevo en el sensorio impresa!
A la que rindo y pagaré tributo,
Movióme a interrogar. Y oí una historia.
¿A quién? A un servidor del instituto,
a un cubano feraz en viles tretas,
a un practicante crapuloso y pigre,
a un mancebo de sórdidas chancletas,
facha de orangután, gesto de tigre.
Pero atended. -Su relación incluye
Un imán de rumor de agua que fluye.
Su padre, Juan Falot, vino de zuavo;
Y aqui, como en Italia y en Crimea,
Ganó prez en las lides como bravo.
Herido y preso en Camarón, no pudo
Seguir, camino a Francia, el regimiento;
Y ya en salud y en libertad, a rudo
Trabajo demandó noble sustento.
Cansado de labrar, y con su ahorro,
Adquirióse un tenducho y un ventorro.
Y casó con la reina del poblacho,
Una mujer de singular trapío,
Modesta y cauta sin ficción ni empacho,
Y enemiga mortal de todo lío.
Y los meses corrieron; y la esposa
Engordaba, soñando con querubes;
Y una chica nació sana y hermosa,
Con un cutis de pétalos de rosa
Y un olor como de astros y de nubes.»
Fruto de humano amor cumple lo escrito:
No se desgaja sin romper un seno
Y no respira sin lanzar un grito!
Fausto auroral surgió del horizonte;
Y a la sangrienta luz que despuntaba,
Y en el aroma del cercano monte,
Y en las perlas de un trino de sisonte,
¡ay! La madre infeliz agonizaba.
Por hemorragia sucumbió al puerperio.
El cadáver cayó bajo el imperio
De la Química, numen de las cosas,
Y es en el más humilde cementerio
Polvo siempre fecundo en tuberosas.
Pero alma de valer, limpia y cristiana,
Yergue aliento que nunca se consume;
Y aquélla se fue a Dios, como un perfume,
Disuelta en el carmín de la mañana.»
¡Cuán tierno y delicado a la pequeña
el que antes, por su indúctil ardentía,
resultaba feroz bajo la enseña!
Arrapiezo el «bebe», y en la dulzura
Del mismo, y al alcance de la mano,
Campó sin probar gota de amargura.
¡Frágil y bullidor, lindo y ufano
colibrí del vergel de la ventura!
Su aspecto de pictórico angelito,
Su inventiva, su charla, su despejo,
Aliviaban con bálsamo exquisito
El ulcerado corazón del viejo.»
se adiestraba en su hogar, según crecía;
y llegó con el medro de la espuma
a la núbil y sacra lozanía.
Y en gusto y dignidad honró penates,
Y en cuidar su conducta puso esmero;
Y escuchando episodios de combates,
Retempló su virtud como un acero.
Jamás anduvo en triscas de festines;
Y sola con sus caras aficiones,
Vivió en intimidad con sus jazmines
Y hablábase de tú con sus gorriones.
Su pensamiento, si salvaba el muro,
Era de fijo en el espacio, allende,
Como el soplo sutil, cimero y puro
Que por alto pinar vibra y trasciende».
Y luego continuó, tras un suspiro.
«Al destino la dicha es una injuria
y el oasis un tósigo al desierto.
El anciano «enfermó» de albuminuria
Y con la virgen trasladóse al puerto.
Arriba está. Malísimo, por cierto,
Y de congoja convertido en furia.
La bella y santa joven, – que reside
No lejos, en unión de unas beatas-,
Acude con frecuencia y lo decide
A someterse a pócimas y natas.
Y bebe horrible hiel en vasta copa;
Y con firme palabra y sin misterio,,
Dice que pronto marchará a Europa
A gemir su orfandad a un monasterio.
Musca jerga y nevada muselina
Ofrecen a la mártir hechicera
Disfraz de prodigiosa golondrina,
Palma en inmarcesible primavera».
De 1900.
NOX
como tu charla…
¿Qué pastilla olorosa
y azucarada
disolverá en tu boca
su miel y su ámbar,
cuando conmigo a solas
¡oh virgen! ¿hablas?
será mañana.
vuelves la cara,
linda más que las rosas
de la ventana;
y tu guedeja blonda
vuela en el aura
y por azar me toca
la faz turbada…
será mañana.
prende una cábala.
Es emblema que llora,
signo que canta.
El astro tiene forma
de punto y raya:
representa una nota,
¡pinta una lágrima!
será mañana.
las grullas pasan,
batiendo en alta zona
potentes alas;
y lúgubres y roncas
gritan y espantan…
¡parece que deploran
una desgracia!
será mañana.
que asciende o baja,
languidecida y floja,
solemne y blanca,
muestra señal simbólica
de doble traza:
¡finge un velo de novia
y una mortaja!
será mañana.
figura mágica.
Escorpión interroga,
mientras que su alfa
es carmesí que brota…
nuncio que sangra…
¡Y Amor y Duelo aprontan
distintas armas!
será mañana.
que por las vastas
oquedades enrolla
su curva esclava,
diese fin a sus rondas
y resultara
¡desvanecida en borlas
de tenue gasa…!
será mañana.
tiembla en la playa,
y no inunda ni ahoga
pueblos, ni nada.
Del fuego de Sodoma
no miro brasa,
y la centella es rota
flecha en aljaba.
será mañana.
Valor me falta;
y en un trino de alondra
me dejo el alma.
Un comienzo de aurora
tiende su nácar,
y Lucifer asoma
su perla pálida.
A ELLA
hielo de cumbre sonrojado al beso
del Sol, y tienes ánimo travieso,
y eres embriagadora como el vino.
que cruza un monte de penoso acceso,
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.
correspondiste con la trampa del trino,
¡por ver mi pluma y torturarme preso!
y párase a escuchar con embeleso
un pájaro que canta en el camino.LA GIGANTA
como el vidrio de una rada con hondura que, por poca,
amenaza los bajeles con las unas de la roca.
La nariz resulta grácil y asemejase a un gran higo.
en el haz. Fresca y brillante y rojísima la boca,
en su trazo enorme y burdo y en su risa eterna y loca.
Una barba con hoyuelo, como un vientre con ombligo.
pero enérgicas y altivas en su mole y en su peso,
aunque inquietas, como gozques escondidos en el sayo.
cuyos ápices fulguran como chispas, en el rayo
matinal, que les aplica fuego móvil con un beso.
que de púas amarillas resplandecen espinosas,
en un pérfido que finge la vergüenza de las rosas,
por estar desnudo a trechos ante lúbricas miradas,
tienen corte fino y puro. ¡Merecieran dignas cosas!
En la Hélade soberbia las envidias de las diosas,
¡o a los templos de Afrodita engreír mesas y gradas!
me los llevo en una imagen, con la luz que los proyecta,
y el designio de guardarlos de accidentes y de olvidos.
marco y fijo en un apunte la impresión de mis sentidos,
a presencia de la torre mujeril que los afecta.
CLAUDIA
En quinta señoril, sobre un ribazo,
Asiento y gracia de salubre aldea.
Y no para en el rústico regazo;
Y es como una paloma que aletea
Por eludir o quebrantar un lazo.
que le punza la sien como una espina,
y que le sella el labio como un beso;
y que no es como un fruto que se inclina
en débil fibra, por el grave peso,
y cae a la primera ventolina!
Corrección de la forma; tez morena;
Negro y lustre de corvina pluma
En la rizada y pródiga melena;
Y ojos que afectan, en su gris de bruma,
Transparencias de linfa sobre arena.
Cambia de timbre y tono en un instante.
Emperlada y sutil fluye y borbota,
Cual por lecho de guijas onda errante;
Y en transición violenta rompe y brota
Con aristas que hirieran el diamante.
fiero cráter; y a guisa de aureola,
ciñe y carga en la frente una centella.
A un deber sacrantísimo se inmola;
Y arde con el sigilo de una estrella
En los nublados indistinta y sola.
Halla en su doble ser ímpetu y traba;
Y hervorosa de honor y de lujuria,
Y a un mismo tiempo meritoria y prava,
Muestra el pesar, la humillación, la furia
De una deidad que se sintiera esclava.
Y busca en el encierro una quimera:
La paz del corazón puro y sencillo.
¡Como si por milagro consiguiera,
al golpe de la puerta en el pestillo,
burlar sus cuitas y dejarlas fuera!
Rigiendo con primor caña y escota;
Y dice a la tormenta: ¡»camarada»!
Y en el peligro y sin temerlo flota;
¡Y de todo su afán no arroja nada
En su curso y su grito de gaviota!
pasea su desvelo y su histerismo,
lamentando el rigor de su fortuna.
Conversa con un faro del abismo;
Y a los misterios de la noche aduna
Su secreto, su oprobio, su heroísmo.
Pide un corcel, y en el sillín de planta
nerviosa y ágil, cimbradora y bella;
y parte con un nudo en la garganta;
y compele y fustiga y atropella…
¡y a su cruel torcedor no se adelanta!
Su estambre, la palmera su verdura,
Su airón el casco, su fulgor el cirio,
La fe su emblema y el volcán su albura
Y a veces los antojos de un delirio
Infiernan a la extraña criatura.
De la colgante y columpiada soga
Muere y crispa las carnes del chicuelo-,
Claudia, gime, se increpa, se desfoga,
Y a pezones erguidos mira el cielo,
Y aun osa blasfemar, porque se ahoga.
Y ¡ay! No logra en la espuma del torrente
Aferrarse a la rama de la orilla.
Plañe y ora, confusa y penitente;
¡Dase a Dios, azorada y amarilla;
Y en un vértigo va por la corriente!
que demanda mercedes que no alcanza
y en adorar por obtener insiste!
¡Cándida y portentosa confianza
en una providencia que no existe
en otra inmensidad que la esperanza!
A TIRSA
se plagiara en divino esplendor
alma en quieto remanso la mía,
por abril, entre ramos en flor?
y sería, como ante quizá,
linfa pura y festiva el torrente
que frenético y túrbido va.
y me niegan al par honra y fe…
¡Estupenda y horrible patraña
triunfa, puesto en mi cólera el pie!
y la tinta consagra el favor,
si es carmín que ha corrido en tus venas
y por mí ha pintado un rubor.
la fortuna es infausta y no cruel,
pues que al mísero escancia ponzoña
Y unge al vaso en el borde una miel.
la ternura de un buen corazón,
y que un viento derribe la estatua
y no logre apagar el blandón.
A rivales mi prez causó mal,
y en mi afrenta redoro mi gloria
y en la herida reclavo el puñal.
su prestigio parece de ti.
A lo lejos un pájaro canta
y ¡ay! me dice que lloras por mí.
deshilando en la sombra un fulgor…
Una lágrima rueda en el cielo…
es de ángel que acude al dolor!
IDILIO
que a desbordes y grescas anima,
y al que a un tiempo la gloria y el clima
adornan de palmas la frente,
hay un agrio breñal, y en la cima
de un alcor un casucho acubado,
que de lejos diviso a menudo,
y rindiéndose apoya un costado
en el tronco de un mango copudo.
con borla y el sesgo cobre una mollera.
El cardón, el nopal y la ortiga
prosperan; y el aire trasciende a boñiga,
a marisco y a cieno; y el mosco
pulula y hostiga.
que indemne y pujante soporte
la furia del soplo del Norte,
que de octubre a febrero no es rara,
Y la pródiga lumbre febea,
que de marzo a septiembre caldea.
como un ópalo inmenso en un lampo,
y difunde sus tintes de aurora
por piélago y campo.
Y en la magia que irisa y corusca,
una perla de plata se ofusca.
un misterio inviolable al idioma,
un encanto circula y penetra
y en el alma es edénico aroma.
Con el juego cromático gira,
en los pocos instantes que dura;
y hasta el pecho infernado respira
un olor de inocencia y ventura.
¡Al través de la trágica Historia,
un efluvio de antigua bonanza
viene al hombre, como una memoria,
y acaso como una esperanza!
Un pesado alcatraz ejercita
su instinto de caza en la fresca.
Grave y lento, discurre al soslayo,
escudriña con calma grotesca,
se derrumba cual muerto de un rayo,
sumérgese y pesca.
un moreno, que ciñe moruna,
transita cantando cadente tontuna
de baile jarocho.
que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.
en el vasto esplendor matutino,
halla voz en el ave canora,
¡vibra y suena en el chorro del trino!
un buey gris en un yermo altozano
mira fijo, pasmado y absorto,
la pompa del orto.
que oblicuando su ruina en la loma
se recuesta en el árbol sombrío-,
una rústica grácil asoma,
como una paloma.
sorprende ostentando sazón prematura:
elásticos bultos de tetas opimas;
y a juzgar por la equívoca traza,
¡no semeja sino una rapaza
que reserva en el seno dos limas!
y los labios turgentes y rojos,
y de tórtola el garbo del cuello,
y el azul del zafiro en los ojos.
Dientes albos, parejos, enanos,
que apagado coral prende y liga,
que recuerdan, en curvas de granos,
el maiz cuando tierno en la espiga.
La nariz es impura, y atesta
una carne sensual e impetuosa;
y en la faz, a rigores expuesta,
la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,
y el júbilo es gracia sin velo
y en cada carrillo produce un hoyuelo.
Llegó a México en una barriga:
en el vientre de infecta mendiga
que, del fango sacada en Bolonia,
formó parte de cierta colonia
y acabó de miseria y fatiga.
busca sólo en los cielos el rastro;
y de noche imagina que siente
besos ¡ay! en los hilos de un astro.
¿Que ilusión es tan dulce y hermosa?
Dios le ha dicho: ¡»Sé plácida y bella;
y en el duelo que marque una fosa
por la fe que contemple una estrella»!
¿Quién no cede al consuelo que olvida?
La piedad es un santo remedio;
y después, el ardor de la vida
urge y clama en la pena y el tedio
y al tumulto y al goce convida.
De la zafia el pesar se distrae-,
desplome de polvo y ascenso de nube.
¡Del tizón la ceniza que cae
y el humo que sube!
La muchacha medra.
con su padre, que duda de serlo;
y el infame la injuria y estraga
y la triste se obstina en quererlo.
Llena está de pasión y de bruma,
tiene ley en un torpe atavismo,
y es el cierzo del mal una pluma…
¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!
descalza y un lirio en la greña,
la pastora gentil y risueña
camina detrás del rebaño.
Zarcos fondos, con blancos celajes
como espumas y nieves al viento
esparcidas en copos y encajes.
y cual mácula errante y funesta,
un vil zopilote resbala,
tendida e inmóvil el ala.
suspenso en el Toro;
y el paisaje, con varia verdura,
parece artificio de talla y pintura,
según está quieto en el oro.
rutila en urgente sosiego;
y un derribo de paz y de fuego
baja y cunde y escuece y oprime.
que, corra, que pase.
tapetes de grama serpean,
cortados a trechos por brazos hostiles,
que muestran espinas y ocultan reptiles.
Y en hojas y tallos un brillo de aceite
simula un afeite.
y en el mar sin arrugas ni ruidos
reverbera con tales reflejos,
que ciega, causando vahidos.
y encendida sudando, la chica
se despega y sacude la falda,
y así se abanica.
La grey pace y trisca y ahogándose tarda.
Y al amparo de umbráticas frondas
la palurda se acoge y resguarda.
y pardos mechones de lana mugrienta,
y una oveja con bucles de armiño-,
la mejor en figura y aliño-,
se copulan con ansia que tienta.
y alocada en la fiebre del celo,
lanza un grito de gusto y de anhelo…
¡Un cambujo patán se avecina!
y cual mácula errante y funesta,
un vil zopilote resbala,
tendida e inmóvil el ala.EPISTOLA JOCO-SERIA
gallineros que ostenten su rijo;
y por calles, y en lúbricos tratos,
ardentías de perros o gatos;
y en el aire y el muro y el suelo
moscas tiernas, a pares, en celo;
mi librillo en palacios y chozas
ha de ser inocente a las mozas.
y en extraño y heroico soneto
dejo dicho a mis trovas que apiñas:
¡»respetad el pudor de las niñas»!
Por «Idilio» y «Avemus», y acaso
algún otro desliz en el paso,
lo demás, que no funda querellas,
¡sufrirá privación de doncellas!
de un primor: la Sagrada Escritura.
Y Sodoma con fieros priapismos
amagando a los ángeles mismos
que se libran merced a un encanto?
¿y las hijas de Lot? ¿Y el Rey Santo,
Betsabé y el cadáver de Urías?
¿Y Tamar con Amón? ¡Fruslerías!
Sólo dan al sensorio reflejos.
En mí el Cosmos intima señales
y es un haz de impresiones mentales.
Pero cunde al través de una lente
comba y tinta y jamás indolente,
que perturba en la imagen virgínea
el matiz, el calor y la línea.
pues mi humor peculiar, mi manera.
para mí, por virtud de objetivo,
todo existe según lo percibo.
Y el tamiz proporciona elemento
propio y lírico al gayo talento,
y es quien pone carácter y timbre,
novedad y valor a la urdimbre.
sino en sellos del alma, y espera
que facundia o cincel, brocha o pluma,
tornen diáfano el cerco de bruma
externarse con metro gallardo
y en fiel copia es el triunfo del bardo.
La mentira es la muerte y la escoria.
La verdad es la vida y la gloria.
por verter en trasunto una parte
del caudal que atesoro por dentro,
y en las voces hurañas encuentro
la precisa expresión y el buen giro
¡que alborozo y que orgullo respiro!
¡Cuán me alegra y ufana el acierto!
¡Un oasis hallado al desierto!
mas escúchame, piensa y atina.
Una cosa en la práctica es fiemo,
es horror, ese feísimo extremo;
pero exacta en la intensa pintura,
resplandece magnífica y pura,
si allí el vate no insufla malicia,
sino un grito a la eterna justicia!
vibran mucho en el son de mi troba?
en el mundo lo dulce y lo claro
son, por ley de la suerte, lo raro.
¿Cómo hacerlos aquí lo frecuente?
No: la cámara obscura no miente.
Además: la tragedia sublime
¡en piedad y terror, sangra y gime!
si no agranda y tampoco reduce.
Que un estilo no huelgue ni falte,
¡por hincar en un yerro un esmalte!
que la veste resulte ceñida
al rigor de la estrecha medida,
aunque muestre, por gala o decoro,
opulencias de raso y de oro.
La bandera, prendida en el asta
y undulando a las rachas supremas,
luce y riza colores y lemas;
y debajo a que nadie los toque,
y blandiendo flamígero estoque,
una musa de fuerza y de gracia
yergue al sol su hermosura y su audacia!OJOS VERDES
por recelo o por decoro,
ojos de esmeralda y oro,
fuerza es que me contempléis;
quiero que me consoléis
hermosos ojos que adoro;
¡estoy triste y os imploro
puesta en tierra la rodilla!
¡Piedad para el que se humilla,
ojos de esmeralda y oro!
la estrella crepuscular,
ojos verdes como el mar,
como el mar por la ribera,
ojos de lumbre hechicera
que ignoráis lo que es llorar,
¡glorificad mi penar!
¡No me desoléis así!
¡Tened compasión de mí!
¡Ojos verdes como el mar!
porque alegra cuanto alcanza,
ojos color de esperanza,
con lejanías de cielo:
ojos que a través del velo
radian bienaventuranza,
mi alma a vosotros se lanza
en alas de la embriaguez,
miradme una sola vez,
ojos color de esperanza.
ojos que me dais congojas;
ojos con aspecto de hojas
empapadas de rocío.
Húmedo esplendor de río
que por esquivo me enojas.
Luz que la del sol sonrojas
y cuyos toques son besos,
derrámate en mí por esos
ojos con aspecto de hojas.MUDANZA
y el sol ignipotente y cremesino,
y muchas ilusiones en mi alma
y flores por doquier en mi camino.
mi pecho rebosando de pureza,
mi carmen pleno de perfume y cantos
y muy lejos, muy lejos, la tristeza.
llenando mi cerebro de fulgores;
y tú, sonriente y dulce en tu ventana,
hablándome de dichas y de amores.
las albas puras y las tardes bellas
henchidas de sutil melancolía,
y las noches pletóricas de estrellas…
perdida la esperanza, y la creencia,
y el amor en tu espíritu ya muerto,
y sembrada de espinas la existencia.DONES FATÍDICOS
de superar en altura
a los laureles y almendros
sobre cuyas copas triunfas.
La tempestad se avecina,
y cuando el rayo fulgura,
las frentes menos enhiestas
son las que están más seguras.
porque brillas y perfumas,
y en el jardín y en el prado
reinas, excedes y ofuscas.
Esmalte y aroma en flores
son signos de desventura…
Manos vendrán que te arranquen
o insectos que te destruyan.
cantor que esponjas la pluma
y abres el pico y exhalas
chorros de perlas de música.
No te envanezca el gorjeo,
calla: los hombres lo escuchan,
y trinos aprestan redes
al ave que los modula.
que te calienta y fecunda,
y que surgente o occiduo
prodiga el oro y la púrpura.
Tamaña magnificencia
nace de inmensa tortura…
El resplandor de un incendio
¡te vivifica y alumbra!
¡el nimbo que te circunda!
Tener ingenio y renombre
es tu verdadera culpa.
De rencores a tu gloria
es cómplice la fortuna,
y pereces lapidado
con montañas de imposturas.A MARGARITA
¡bajo el dosel de tu melena blonda!
Qué abismo tan profundo tu pupila,
¡pérfida y azulada como la onda!
en tus ojos donde hay siempre un reproche
viene cual la mirada de la estrella
de un cielo ennegrecido por la noche.
su sed de miel, de aroma y embeleso,
ha sido modelada por la gracia
más para la oración que para el beso.
llena de gratitud suena en mi oído
como el saludo arrullador del ave
al sol naciente que despierta el nido.LA CANCION DEL PAJE
Tocas el harpa y ludes madera y oro.
Dejo al mueble la plaza por el decoro,
Y contemplo caricias a hurgarme tiernas.
En la intención del alma que bien exploro,
Y en el roce del cuerpo con el sonoro
Y opulento artefacto que mal gobiernas.
Y refrenado y mudo finjo que ignoro,
Para que si hay ultraje no lo disciernas.
Tan abierta de brazos como de piernas,
Tocas el harpa y ludes madera y oro.PAQUITO
Al ábrego hirsutas
Al par que las mechas
Crecidas y rubias,
El pobre chiquillo
Se postra en la tumba:
Y en voz de sollozos
Revienta y murmura:
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.
La tarde de lluvia;
Las velas grandotas
Que olían a curas;
Y tú en aquel catre
Tan tiesa, tan muda,
Tan fría, tan seria,
Así tan rechula!
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.
revuelvo basura.
Si pido limosna,
La gente me insulta,
Me agarra la oreja,
Me dice granuja,
Y escapo con miedo
De que haya denuncia.
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.
se ríen, se burlan,
se meten conmigo,
y a poco me acusan
de pleito al gendarme
que viene a la bulla;
y todo, porque ando
con tiras y sucias.
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.
solito y a obscuras.
De noche, ya sabes,
Los ruidos me asustan.
Los perros divisan
Espantos y aúllan.
Las ratas me muerden,
Las piedras me punzan…
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.
Está donde juzga
Y riñe a los hombres
Que tienen la culpa.
Si voy a buscarlo,
Él bota la pluma,
Se pone muy bravo,
Me ofrece una tunda.
«Mamá, soy Paquito;
No haré travesuras.»
Despliega su curva.PINCELADAS
Pardas o grises, donde no musgosas,
Tres tapias; y cuadrando el vergelillo,
Reja oculta en verdor florido en rosas,
Que son como de un ámbar amarillo.
Lirios, Nardos, Jazmines, Heliotropos.
Un copudo laurel que al sesgo medra,
Con telarañas como grandes gropos.
A manera de lágrima que brota
Y que creciente único se orilla
Para efundir o evaporar su gota.
Rica y negral vegetación abunda;
Y descediendo los pliegues de tal monte,
Y en símbolo de tierra tan fecunda,
Como en robusta madre teta erguida
Que se vierte de tímida y albea
¡Medio empapada en su licor de vida!
Nieve ideal por manos de chicuelos,
Y que lenta fusión merma y estraga
En la sublime curva de los cielos.
El de un ángel monstruoso por deforme.
Gloria. Silencio. Paz. La Luna sube
Del término del mar, flave y enorme.
Y en el cerco irisado que la enviste
Como de sacra majestad, parece
La cabeza de un dios enfermo y triste.
Y prende un ala torpe al grave anhelo,
Y suscita en el ponto y en el alma
Ciego y estéril ímpetu de vuelo.CANCIÓN MEDIOEVAL
que caída en torrente barre las losas,
y que volando incita las mariposas,
porque así luce aspecto de llamarada!
finges al viejo duque modelo a esposas,
y de sus canas dices honestas cosas,
más dignas de la espuma de una cascada!
y perennes ortigas y eternas rosas,
y en el talón espuela y al cinto espada!
¡oh tú la de crin rubia, luenga y rizada,
que caida en torrente barre las losas!AUDACIA!
Al que por miedo elude la pelea
Y con suspiros lánguidos rastrea,
Acogido a la sombra de la oliva.
Encumbra la pasión y la marea,
¡Y en empinados vórtices pasea
El abismo de abajo en el de arriba!
goza de la hermosura inebriativa
y horror a los demás tu dicha sea!
¡Y en empinados vórtices pasea
El abismo de abajo en el de arriba!IN HOC SIGNO…
Y de un astro se prendó;
Y en su música decía:
«Llegue a ti mi dulce voz.»
El pajarillo escapó;
Y al cielo se fue trinando
«Alas tengo y libre soy.»
Pudo subir, y cantó:
«Ni cadenas ni distancias
vedan triunfos al amor.»ÓPALO
y en el tumulto del desborde rimo
la postrera canción,
no conforme a la Lógica y al Arte,
sino según el verso brinca y parte
¡del mismo corazón!
el agua pura se levanta y suena
en curva de cristal;
y al extremar la iridiscente ojiva,
toca en tierra y se alarga fugitiva,
¡caprichosa y triunfal!
como el río su cauce; mas la cuna
y el medio siempre son
árbitros ¡Ay! Para las dos corrientes,
pues que dan a las linfas y a las gentes
¡impulso y dirección!
y espumante de cólera en un trueno,
en un fragor de alud,
la margen verdeció, y un espejismo
puso en mí, como prez, el otro abismo:
¡el de la excelsitud!
ponto con arrecifes rompientes-!
Alzo del polvo un lar:
un caracol cuyo tortuoso hueco
reproduce al oído, como un eco,
¡el murmullo del mar!
y el temor a una víbora me inmuta,
cuando aventuro el pie.
-Una virtud suprema y exquisita
baja del firmamento y precipita
¡la zozobra en la fe!
y arrostrando la inquina, y en la escoria,
fuelvo al éter la faz,
miro esplender la eternidad del cielo,
y reporto a mis lágrimas consuelo
¡y a mis enconos paz!
se torna cera que desprende almíbar.
D’Annunzio dice bien:
la sazón lleva plácido atributo,
y dulcifica el alma, como el fruto,
¡aunque mina el sostén!
la tarde brilla en el inmenso vano,
en la veste de Ormuz;
y el pobre y aflictivo cementerio
refleja en su abandono y su misterio
¡la policroma luz!
como el de triste madre suelto en flores
a muerto chiquitín,
radia en el dombo, que prepara luto
y luminaria, por el sol hirsuto
¡que cayó en el confín!
Hurgo la herida con el propio clavo,
memoro trance cruel;
y ante un espectro gemebundo y bronco,
reclino intenso afán en firme tronco
¡de cercano laurel!
que el estrago del tiempo se derrumba,
exenta de inscripción;
y en la cruz una ráfaga menea
follaje que parece que chorrea
¡lastimero festón!
enmudeció a la orilla del sepulcro
que atesta olvido tal…
a ti mi libro fiel ¡Oh poesía,
honrada solamente por la mía
y la de un vegetal!
que guardáis en desdén y en hermosura
¡un cadáver de amor!
planto y riego distinta enredadera
para que gane cumbre más severa
¡ídolo superior!A TI
del heráldico lirio; y en la mano
el puro corte del cincel pagano;
¡y en los ojos abismos de belleza!
orgullo encrudecido en un arcano;
¡y resulto en mi prez un vil gusano
que a un astro empina la bestial cabeza!
mi voluntad se agita y endereza,
como la grama tras el pie tirano!
¡y resulto en mi prez un vil gusano
que a un astro empina la bestial cabeza!ECCE HOMO
a la emoción se libra,
pero que menos vibra
al goce que al dolor.
Y en arte no me ofusco;
y para el himno busco
la estética del brusco
estímulo mayor.
demando a la falacia
la intensa y cruda gracia,
como un juglar sutil.
A la verdad ajusto
el calculado gusto,
bajo el pincel adusto
y el trágico buril.
a mí, que bebo en opio
el sueño, y hago acopio
de lágrimas de hiel.
Estudio, peso y mido;
y al rudo esfuerzo pido
un bálsamo de olvido
y un ramo de laurel.
soltaron acres gotas,
que son espumas rotas
sl pie del bogador.
¡Sonad en mi «lirismo»,
como en el Ponto mismo,
un vasto y fiero abismo
de llanto y de sudor!
qué al polvo de las fosas
ponéis alas hermosas
con que poder volar!
¡Oh dulces manos bellas,
qué al son de las querellas
venís de las estrellas
a ungir y acariciar!
suaviza mi siniestro
destino, donde un estro
enrosca y alza luz.
Y a empuje por caída,
avanzo mas la vida,
maltrecha y abatida
como arrastrada cruz,
que por el cielo sube,
Llevando, no un querube,
Sino una tempestad.
¡Y en el fulgor que anima
la yerma y blanca cima,
la cumbre que sublima
tristeza y soledad!EL FANTASMA
visibles, y con aire de azucenas,
las manos -que no rompen mis cadenas.
como las noches limpias de nublados,
los ojos – que contemplan mis pecados.
y como crin de sol barba y cabello;
y como plata el pie descalzo y bello.
Asi, del mal sobre la inmensa charca,
Jesús vino a mi unción, como a la barca.
con fugaz cuanto rica certidumbre,
como con tintas de refleja lumbre.
la fe que salva y la ilusión que alegra;-
y un relámpago enciende mi alma negra.LANCE
que me cierra el camino y al diablo evoca,
recio, locuaz, inmundo, descalzo y fiero,
con terribles ojazos de un gris de acero
y con una calvicie de yerma roca.
-La testa perdió greña, razón y toca.
como espuma de arroyo por cana y riza.
La diestra dura y fuerte, como una marra,
enseña entre uñas corvas, como de garra,
pipa roja con aire de cruenta triza.
-La mano es tan aleve como maciza.
-Occiduo el Sol corona cúspide augusta,
y el ebrio tiene al rubro y oblicuo rayo
sangre a linfas rebelde que aun pinta el sayo-.
Y me afirmo en el potro, y él se me asusta,
y el anciano derriba y en lodo incrusta.DUELO
de que a un monstruo feroz guardan y aquietan.
Gritos desgarradores me saludan
y brazos epilépticos me aprietan.
Alto y grueso blandón muestra y agrava
con lampo incierto el espantable asilo.
La llama teme al soplo, sesga y flava…
¡Pugna por arrancarse del pabilo
y huir de penas que ilumina esclava!
y en negro traje que semeja extraño,
y las manos unidas en el pecho,
y al vientre hielo y en la faz un paño,
el cuerpo yace inmóvil y derecho.
lloro, por mas que la razón me advierta
qué un cadáver no es trono demolido,
ni roto altar, sino prisión desierta.
la turba, que penetra sin permiso,
rodea el catre funeral y plañe;
y en el cercano templo el bronce tañe
lento y lúgubre adiós al manumiso.
Es como el floripondio de la linde
qué cándido y triunfal surge y asoma,
y al polvo de la senda torna y rinde
el noble cáliz y el piadoso aroma.
al eminente y suspirado extremo!
¿Por qué de la fortuna te quejaste
en los acentos del dolor supremo?
y a mitad de la ruta estoy parado;
que anhelo y lucho por cruzar un río
y no hallo puente, ni batel, ni vado;
y miro allá, por campo labrantío,
la fausta meta en el opuesto lado,
y el sol morir, con victorial decoro,
bajo un dosel de púrpura y de oro!
«Talento seductor; pero perdido
en la sombra del mal y del olvido…
Perla rica en las babas de un molusco
encerrado en su concha y escondido
en el fondo de un mar lóbrego y brusco…»
medito con asombro en ese paso
de todas las estrellas a un ocaso
que allende una ilusión resulta Oriente…
y me inclino arrobado y reverente.A MIS VERSOS
y con alas de luz de centellas,
pero esquivos a cautas doncellas,
difundíos por gentes y climas.
y con lampos de fijas estrellas,
sino chispas de golpes y mellas
y ardéis lascas de piedras de simas.
Por que duran refranes? Por ellas,
y no suelen llevarlas opimas.
inspirad repugnancias o estimas,
pero no sin dejar hondas huellas.EL PREDESTINADO
el sagrado bajel cruje de suerte
que semeja reír – El genio es fuerte;
no culpa de falaz a Marco Polo,
y se obstina en creer, inmenso y solo.
¡Así la llama del hachón oscila
al viento, y es mayor por intranquila!
sigue al azar el ímpetu de un ave.
¿A dónde va? ¡Ni el Genovés lo sabe!
como a la tabla el náufrago que yerra
en la furia del mar. La noche cierra.
Y es que Dios con su soplo hincha la lona,
¡desde los astros de la nueva zona!
¡El Ponto bulle con cadencia extraña
y parece que dice: ¡Viva España!
¡Y en el cordaje un hálito respira
Y canta, como un estro en una lira!
¡Y al grande hombre simula rica estela,
rastro de victoriosa carabela!MÚSICA DE SCHUBERT
parece a mis ahogos humo en fogata;
y del harpa desprendes la serenata
divinamente triste, como la luna.
fragancia de resina; y él te dilata
ojo que resplandece con luz de plata,
como en la sombra el vidrio de la laguna.
nos dice dos lisonjas, va por su bata,
y al dormido chicuelo besa en la cuna.
crin que al aire te vuela, rizada y bruna,
parece a mis ahogos humo en fogata.EXCÉLSIOR
no la ignominia; pero si la marca.
¡Sentíme sin honor, cegué de furia,
y recogilo de sangrienta charca!
Así la racha en el desierto zumba,
¡cuando en crecientes vórtices de arena
corre a ceñir al árabe la bumba!
que un alma superior aliente y vibre;
y en vuestro miedo, trastocado en rabia,
vejáis cautivo al que adularais libre.
favor al odio de que hacéis alardes.
Estoy preso, caído, sin defensa…
podéis herir y escarnecer, ¡cobardes!
fuerza y laurel que la razón no alcanza.
¡Aún se cantar; y en versos que perduren
publicaré a los siglos mi venganza!
del fraude, la verdad austera y sola
brilla, como el silencio de una estrella
por encima del ruido de una ola.MÚSICA FUNEBRE
y como envuelta en oro tejido en gasa,
la tristeza de Verdi suspira y pasa
en la cadencia fina como un perfume.
y luz de sol poniente colora y rasa:
y fe de gloria empírea pugna y fracasa,
¡como en ensayos torpes un ala implume!
y en medio de la sorda y estulta masa,
mi corazón percibe, suena y presume.
la tristeza de Verdi suspira y pasa
en la cadencia fina como un perfume.VIGILIA Y SUEÑO
su prometido y hermoso efebo,
y vence a costa de un traje nuevo.
en la pureza y en el decoro,
y es un gran lirio de nieve y oro.
yerra en el mate jardín, cual una
visión compuesta de aroma y luna.
y con orgullo de amargo dejo,
cambia sonrisas con un reflejo.
y al catre asciende blanca y velluda,
y aun desvestida se quema y suda.
sopla y apaga la flor de fuego,
y a la negrura pide sosiego.
y en una lumbre, Y en un encanto,
forja un suceso digno de un canto,
en un calaje que se arrebola,
¡y que un querube llega y la viola!EJEMPLO
como un horrible fruto colgante junto al tallo,
rindiendo testimonio de inverosímil fallo
y con ritmo de péndola oscilando en la vía.
y alto mechón en forma de una cresta de gallo,
dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballo
un grupo de arrapiezos holgábase y reía.
escandaloso y tumido en el verde patíbulo
desparramaba hedores en brisa como racha.
y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,
y el campo era figura de una canción de Tíbulo.