JOSÉ ÁNGEL BUESA
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
BLAS DE OTERO
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.
RAFAEL ALBERTI
Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo...
ANTONIO MACHADO
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero...
FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO
Apacentando un Joven su ganado,
gritó desde la cima de un collado:
¡Favor!, que viene el lobo, labradores.
Éstos, abandonando sus labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Lee y disfruta de sus poemas...
GABRIEL CELAYA
A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.
MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela…(¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contar historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.
LUIS DE GÓNGORA
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Este amor que ha venido de repente
y sabe la razón de la hermosura.
Este amor, amorosa vestidura,
ceñida al corazón exactamente.
TIRSO DE MOLINA
Que el clavel y la rosa,
¿cuál era más hermosa?
El clavel, lindo en color,
y la rosa todo amor;
MARQUÉS DE SANTILLANA
Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir e despedida
ser tan triste.
la respuesta non devida
que me diste;
NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN
Amor, tú que me diste los osados
intentos y la mano dirigiste
y en el cándido seno la pusiste
de Dorisa, en parajes no tocados;
LUIS ROSALES
Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?
ROSALÍA DE CASTRO
¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.
JOSÉ ZORRILLA
¡Ay del triste que consume
su existencia en esperar!
¡Ay del triste que presume
que el duelo con que él se abrume
al ausente ha de pesar!
JUANA DE IBARBOUROU
A ártico cielo y soles de Brasiles
bajo palio de heridos corazones,
a ociosa espuma y a fluviales sones
anda el Sagrado Corazón en lides.
VICENTE ALEIXANDRE
¿Qué firme arquitectura se levanta
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
del aire, sin furor y la suplanta?
JAIME GIL DE BIEDMA
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
LEÓN FELIPE
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,...
JULIA DE BURGOS
Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.
CONCEPCIÓN ARENAL
Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero....
JAIME SABINES
A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
Lee y disfruta de sus poemas...
MARIO BENEDETTI
No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
NICOLÁS GUILLÉN
¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar.
Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:,....
OCTAVIO PAZ
El mar, el mar y tú, plural espejo,
el mar de torso perezoso y lento
nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo.
MANUEL ALCÁNTARA
El mar, el mar y tú, plural espejo,
el mar de torso perezoso y lento
nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo.
JOSÉ BERGAMIN
AGUA sólo es el mar; agua es el río,
Agua el torrente, y agua el arroyuelo.
Pero la voz que en ellos habla y canta
No es del agua, es del viento.
MANUEL GUTIERREZ NÁJERA
Los pájaros que en sus nidos
mueren, ¿a dónde van?
¿Y en que lugar escondidos
están, muertos o dormidos,
los besos que no se dan?
DÁMASO ALONSO
Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;
GABRIEL Y GALÁN
Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,
LOPE DE VEGA
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
AMADO NERVO
¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente,
de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna?
-Es un rayo de luna que se baña en la fuente,
es un rayo de luna...
GLORIA FUENTES
El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.
JORGE LUIS BORGES
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN
¿Qué acecho de dolor el alma vino
a herir? ¿Qué funeral adorno es éste?
¿Qué hay en el orbe que a tus luces cueste
el llanto que las turba cristalino?
LUIS CERNUDA
Ventana huérfana con cabellos habituales,
Gritos del viento,
Atroz paisaje entre cristal de roca,
Prostituyendo los espejos vivos,
Flores clamando a gritos
Su inocencia anterior a obesidades.
FRAY LUIS DE LEÓN
Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
RUBÉN DARÍO
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor...
Lee y disfruta de sus poemas...
ALFONSINA STORNI
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Esparce octubre, al blando movimiento
el sur, las hojas áureas y las rojas,
en la caída clara de sus hojas,
e lleva al infinito el pensamiento.
SANTA TERESA DE ÁVILA
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
SAN JUAN DE LA CRUZ
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
MANUEL MACHADO
Yo, poeta decadente,
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,...
PEDRO SALINAS
A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.
JORGE MANRIQUE
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
RAMÓN DE CAMPOAMOR
En este mundo traidor
Nada es verdad ni mentira:
Todo es según el color
Del cristal con que se mira.
SALVADOR DÍAZ MIRÓN
En buen esquife tu afán madruga,
el firmamento luce arrebol;
grata la linfa no tiene arruga;
la blanca vela roba en su fuga
visos dorados al nuevo sol.
FRANCISCO DE QUEVEDO
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
FRANCISCO ALDANA
Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar
Y otra vez con el ala a sus cristales
Jugando llamarán.
GUTIERRE DE CETINA
Excelso monte do el romano estrago
eterna mostrará vuestra memoria;
soberbios edificios do la gloria
aún resplandece de la gran Cartago;...
LUIS DE GÓNGORA
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
DESPUÉS NO QUEDA NADA [Mi poema] Fernando Artieda [Mi poeta sugerido]
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MI POEMA… de medo pelo |
Más allá de la nada, nada queda, Ni un rescoldo en la lumbre, una pavesa, Ni tan siquiera un sueño, la pereza Por no quedar, no existe la existencia, |
Comentario del autor sobre el poema: El nihilismo es esa concepción filosófica que toma como base la negación de uno o más de los supuestos sentidos de la vida
Una muestra de sus poemas
Yo que he traído un sol para la fiesta
con esta carcajada de gigante
y un puñado de rayos enjuagados de tiempo
sacado mi melena de siglos
mis ruidos estelares y propongo
hondos ritos de fuego
un torrente de bisontes homicidas
siete novias fecundas
y este huracán equivocado de ceniza.
Yo que trueno y que soy
que me maldigo y canto
por esta enorme herida solitaria
con que sostengo el totem de la vida
traigo la voz del mar
los rumores del mundo
y el gemido del cordero degollado
salpicando de sangre mi sonrisa de océano
Yo que soy de madera como un árbol
y adorno de colores el arete de dios
vengo aquí —en pelotas—
apenas con mi triste calzoncillo.
Heme
he derribado las puertas de mi casa
hay para todos caldo de gallina
y un lucero encendido.
A ciencia cierta y en verdad os digo
que éste es mi caos
mi turbamulta
que he puesto a sancochar vuestros enigmas
y he cortado la luz con mi cuchillo de axiomas emigrantes
que puedo caminar hasta la luna
y erizar un concierto de relámpagos
que están llamando a guerra mis tambores
que he venido
a hacerles el milagro.
Como una jaiba atrofiada
mi hija renata compone sus versos
sobre murallas de sangre.
Segrega y cae
alza el vuelo y le agarra la tos en los silencios.
Se levanta maltrecha como una hostia chupada
o como un bicho sorprendido a manotazos
se acomoda el calzón
y vuelve a caminar porque le han dicho
que a la vuelta de la esquina vive la felicidad.
Ella no lo cree pero va
porque solo tiene tiempo para nada.
Escucha de costado a camarón de la isla
tocando su guitarra con calamaro
Y a bunbury cociéndose un poema a contralabio.
Se pasa haciendo milagros
Y pecando
Y chupándose los dedos de los pies
todo junto
hasta que se le caiga muerto el brazo.
Después —desnuda—
agita su vaso de dolor
Y lo derrama.
Mi niña es una bestia pura
…una fiera agazapada.
Ha vuelto el que compraba las flores
el anacrónico de mierda
que mataba la noche a murcielagazo limpio.
Ha vuelto el niño de san antonio
el que grita
el ronco de oro que baila su gozadera sin bailar.
Ha vuelto el hereje
el asesino puro
el que inmoló a sus hijos en nombre del amor
y se bebió su sangre
y machacó sus huesos en medio de la fiesta
para resucitarlos.
Ha vuelto el buen marido
con el rabo entre las piernas
después del funeral de tanto símbolo deshecho.
Ha vuelto el que desflecaba y defecaba
el san arrecho crónico
el «infante difunto»
el «monógamo sucesivo»
el prontuariado libre de tanta jodedancia.
Ha vuelto a lomo de su sombra
después de la última feria de pecados
para curarse el asma de tantos desahogos
para volver a andar.
Ha vuelto el malabarista
el prestidigitador
el encantador de serpientes
el billarista a tres bandas
el inocuo
el inicuo
el cantor.
Ha vuelto el chuchacoso de tantas borracheras
el que enciende las luces del misterio
el manso
el tapiñado
el que jodió y jodió hasta que le sacaron la puta
y lo dejaron cojo
y lo dejaron vivo
solo porque estaba envuelto en papel celofán.
Ha vuelto el jardinero para regar las plantas
que casi se le mueren de abandono y silencio.
Ha vuelto como agua de manzanilla
navegando con bandera de cojudo
en el único mar que conoce
quizás porque no haya más
porque no hay sal que por mal no venga.
Ha vuelto el viejo mal genio
el boca sucia
el de los sueños cruciales
y los insomnios siniestros.
El que maldice y reza
el que predica y salta
el que come callado sus piedritas
y se fuma un maduro con queso
para aplazar los látigos del pasado.
El que toma y daca
el está bien que se me cuelguen
pero no se me hamaqueen.
Ha vuelto el cangrejo de todo hueco
el escorpión que se clava la ponzoña en la cabeza
el que le ruega a la vida
una caridad de culo que no se le niega a nadie.
Ha vuelto el poeta del carajo epicúreo
y la diarrea voladora
el de las ollas encantadas y del palo encebado
el cazador de fantasmas
el perseguidor
el caretuco
el tucoechancho
el ángel de la guarda
el que se caga en la tapa del piano
el pastor de sueños
el juglar de blasfemias
el panadero de hostias
el que cuida las puertas de la antesala del infierno
este pobre hijueputa que soy yo.
Soy una reliquia del pasado
y un libro abierto.
Si me tocan sangraré
si me dejan caer me romperé
si me tomo un par de tragos perderé los estribos
y habré rodado al fondo del abismo.
Antes tenía todo y era feliz
ahora solo tengo de todo
y estoy muriendo.
Nuestras vidas parecen botellas vacías
cabeceando en el mar.
Nuestras muertes
parecen mentiras gachas
ilusiones inciertas.
¿Qué son la verdad y la esperanza?
¿Qué son la revolución y la literatura?
¿Esta mierda de muerte
este homenaje
esta posteridad
este cansancio?
Oscuros guerreros de Paramaribo
vienen a buscarme.
Negras de Lorenzo Márquez
me sacan la lengua
traquetean sus calaveras rituales
y desfilan delante de mi cruz
sus tetas de oro.
Un laberinto de rezos
aproxima los rizos
de mi raza ancestral.
Como un viejo calamar
resbalo por la red
destinada a atraparme
pero todo es injusto y amarillo.
El hueco en la arena
nuestra copa de vino
nuestras miradas ardiendo en Casa Blanca
y hundiéndose en el mar.
Díganle al líder de la manada
que no hay trato
que yo ya estoy demás
y tengo frío.
A la hora de Pandora
simulacros de adioses
desmarimban distancias.
¿Cuál es mi relación con los afectos?
¿Cuál mi íntima amistad con la alegría?
Un piano arremanga su cola
para tocar en mi velorio.
Las cantoras afinan con amigos su infinita tristeza
pero yo quiero recordar róbalos amorosos
mandíbulas cetáceas
trasegando ahogados
agudos tiburones croando dentelladas.
Toda la sal en mi ojo
todo el yodo materno
chorreando en mi costado
toda la piel al sol de un hombre bueno
conduciendo su muerte…
No es día ni lugar para espantarse
Solo un rostro
que no puede ponerse en una foto.
Mi sucio corazón que no se baña nunca
se cambia de calzoncillos una vez por semana.
Arrincona sus heces una esquinita
se arremanga los diástoles
y se pone a escuchar
la música de salsa que le gusta
Antiguos capitanes de nostalgia caribe
le entrelinean la pirueta desangrada.
Pirata corazón
patalsueleado.
De cuántas buenas casas te han mandado sacando
pero siempre te las arreglas para que te digan
«qué mal la has visto
por qué no te quedas a tomarte otro traguito».
Conchudo
sinvergüenza.
Una bufanda de desastres te abriga la arteria
con que cantas viejos pasillos
o uno de esos boleros soberanos
que siempre le pelan los cables a las hembras.
Corazón resabiado
te cagas de la risa
como si fuera chiste lo que haces
y vas orinándote las puertas de los carros
pisándole la cola al gato
pidiendo a gritos más aguado de gallina
cuando sabes que ya no hay
sólo para poner en compromiso.
Un día de estos se te va a acabar la buena suerte
y te van a meter una paliza
que no va a haber Ismael Rivera que te salve.
Entonces
cuando te encanen
cuando te rompan el hocico por cabrón
corazón,
yo estaré junto a ti
—como tu pana que soy—
para abrazarte.
I
a grosso modo
viven de soledad en grito
la contraética
la contralógica
ay del camino entre marx
y la piragua de guillermo cubillo
para rehabilitarse
es la ventolera de la libertad
la calma chicha de un vagón amarillo
en pleno corazón atropellado
nos mandamos a cambiar porque
el indio lorenzo también va a venir
aunque sea un momento
madre en este día
y no hay convocatoria más doliente que
morirse
a pajarazo
a gorrionazo limpio
a punta de aire
a vuelo de sustancia
(para los ojos cansados de mirar la
huida use murine del placer juvenil)
caído de violón
en cuerda floja
en arco de fatiga
«—vi gente correr y no estabas tú—»
llueve
llueve seco en mi dos sobremojado
llueve a conciencia
gratis
agua para curar espasmos si valginas
de sol y loquio
del sol y tario
los zapatos del tuntuneco
que bien que baila el muñeco
tienen el suing de ese camino largo
de anda u anda
vienen de recoger los pasos del che
por santa clara
por el escambray
por el túnel de raúl puntacarretas
puntapuñetas
ellos sí que se dicen al pan pum
y al tiro tiro
nosotros nos miramos frente a frente
para llorar a solas
dolor de ausencias
en el balcón aquel
esta noche de ronda
II
Hoy me has dicho que no
y me has dado en plenas matemáticas
en el mismo cuociente en que hace días
el mes se había dormido
en mi cuaderno está el dos acongojado
se me ha quedado sólido en el aire
el insecto que volaba de mí sobre mí mismo
rapazmente en mi mano leguleya
larga es la suma y el resultado triste
son tan bobos los días
hoy me da igual decirte que te amo
cantar coeficientes indecisos
o beberme de dos por tres todos
los alcoholes
lo que he sentido es fuerte
manazo
¿qué hace el uno sin su dos
el tres sin calzoncillos?
¿qué puede hacer un decimal sin respectiva coma
o la cabeza de einstein sin toda su ceniza?
esta es la quinta vez
y la anoto detrás de cada víspera
donde sin tu paréntesis
mi llave es una avispa que sobrevuela y cae
el número ignorante desconoce
el corazón del viento recorrido
hoy me has dicho que no y me he quedado
como un número uno parado en media
calle
solitito.
III
Mandrake el mago ranclea su chochez
su media luna
en el tíbira tábara final
de su existencia
y tiene listo el aire que lo ha de consumir
el triste viento que le secará la lágrima
el jorobado pómulo indeciso.
ya novamás la varita mágica de tantas tradiciones
ya no el embrujo de narda
cada y arruga
dónde mandraka la sutil
toda una señorita
mandrake está grave de mundo
pobre de ritmo
pánico cintura
mientras baja rodando tiempo abajo
mandrake el pobre mago
se va a morir
en un rincón de la casa
lotario ríe desaforadamente
IV
De hinojos
bajo el clima feroz de las palabras
correteando a media sílaba para que no
despierten
las litis recurrentes e indeseables
había encendido el sol de un cigarrillo
me había puesto las tres de la tarde
en el sin ton ni son de la quijada matutina
juntando a pie las liendras arrogantes de
suspiro
sospechando de mí
de mi cebiche
de mi dedo amoratado y sin futuro
mi dedito
sin ninguna señal a donde señalar
sin embargo me he parado
y echado a caminar el desconcierto
balbuceo este niche que duerme bajo el ala
a pierna suelta
a brazo retenido
y lo idolatro entonces
me quiero mucho más que mi gusano y su
paciencia de santo
levanto la cabeza
y adláter de mí mismo, conspicuo,
salgo a beberme el rostro
el cómplice de bruces
malherido,
tengo la pila encendida de milagro
y la ternura de todas las fiestas uluantes
cucuyeo a mi espalda de punto en blanco
zapatos de dos colores
a ritmo y medio de pachecho y sus trompetas
efectivas
vamos a pie
guarachamente
«como arrullo de palmas»
sobre el piano de Larry Harlow
judío maravilloso
la cabeza me zumba una rumba
cuando andy montañés se suprime en el
tema
como meditando cielo a sombra
me pego el trago a borbotones
a salchichazo
a fritada elemental
y «una cabeza por favor
una cerveza»
que el sol resbala
por la cábala elemental de otro bolero
a crisis de canción
cheo feliciano
moreno herido en la giba del recuerdo
huelo tu voz fantástica
a funeral de río
a cumpleaños de cuaderno
así de negro
con los ojos encinta
de pura melancolía sin respuesta
pero que siga la pachanga
la fauna fundamental de los tambores
que hay una sola sangre anacobera
caminando por todo guayaquil
a tientos
a distancias
cuervos fecundos palideciendo el día
replanteando la noche y sus verdugos
con la salsa en la piel
en la esperanza
(Ganador del tercer lugar del Ismael Pérez Pazmiño de 1978
Cómo nos vas a hacer esto giorgi
semejante cagada.
Cómo fuiste a torcerle de ese modo el rabo a la chancha
a patear el balde.
Es cierto que te habías retirado hace chance
y que de tus botines colgaba
una lágrima mohosa de nostalgia
pero por las calles del barrio
se escuchaba todavía
tu trotecito de pelotero viejo
tu voz de guacharnaco mandón
arremangando tu tropa a la victoria.
Y en la esquina
los sábados de tarde
entre bielas y música de radio
los panas recordaban tu luz
tu maravilla
tu melena
tus golpes
tus relajos de zambo patán
porque Dios —el único que te entendía la jugada—
nunca había aprendido a tocar el balón
ni podía ser árbitro.
Yo te recuerdo
desde cuando jugabas en las calles
de los alrededores del Parque de la Madre
barrio de gente sabida
bonchera y solidaria.
Y después
cuando enrolaste en el Club Sagrario
y jugabas con Sernaqué, Tolozano y Milton Pérez
y ponías de rodillas al sol
con el trueno de tu rayo y tu relámpago.
Por eso no nos llamó la atención
cuando entraste de golpe al fútbol grande
a Emelec
a River Plate
a Barcelona.
La bandera de la Patria te envolvió para siempre
como pollera de madre
para abrazar tu cintura de jebe
tu tinta de conserva de pechiche
tu milagro de santo.
Por eso el cemento se cuarteaba
cuando amasabas la pelota como un pan de cuero
porque la gente se volvía un gigante desaforado
con tu fútbol como jalea de guayaba
como canto de poeta en camino de estrella.
Jorge Bolaños Carrasco
mandamás del pepo y del trompo
de la pega con vida y de la perinola
de cometas elevadas
de capuchinas sin rabo
del primero sin que te roce
y por supuesto
del indor fútbol con pelota de trapo
y la camisa metida
en el bolsillo de atrás del pantalón.
Ahora te has ido sin decirnos nada
pibe de oro
sin dejar pagadas las cervezas
a la gente del barrio
que cuarenteó tu muerte hasta la madrugada
dejándonos con la mirada boba
detrás de tu última cabria de pantera florida
cuando te sacaste a la muerte sobre la raya
y ella te hizo el penal que no cobraste nunca
dejándonos con la bata alzada
con el balde de morocho hirviendo
sólo porque te cruzaron el dato
de que andaban necesitando un diez
para una pichanga entre los ángeles.
Te has ido para siempre
viejo sinvergüenza.
Me despierto un sábado
y resulta que ya te habías marchado
bigotegato patán
sin despedirte de nadie.
Ni siquiera habrás alcanzado
a fumarte un último bate de silencio
el último maduro con queso.
Porque aunque mi madre decía
que «no hay corazón traidor para su dueño»
el tuyo se te paró sin avisar
quizás devolvíendote al final
tanta jugada sucia que le hiciste.
Digo en eso del amor
cosa en que siempre viviste
amarrado como nudo de corbata.
Tu que arrullaste
las primeras ternuras de mis padres
fuiste mi vacilón macizo
y de mis hijos
pregunta boquiabierta.
Tú que te echaste al hombro
cuatro generaciones de borrachos
y románticos
supiste jugar con tus cartas límpias
en el juego de la vida
porque sabes que al fin de la partida
siempre gana el albur de la muerte.
De ti me queda la pasión por la libertad
y la envidia
porque tú viste entrar triunfante
a Fidel, a Camilo y el Che
y cantaste adelante cubanos
cuyos acordes al piano se escuchaban
en el viejo Hotel Saint Jones
mientras la locutora de la radio decía:
«Esta es radio Habana
transmitiendo desde Cuba
territorio libre, de América».
Y yo me acordaba de ti
y me sentía súper chévere de haber sido amigo tuyo
y me pasaban como película en cine continuado
los últimos tragos que nos tomamos
en la barra del Hotel Oro Verde
en Guayaquil
y del último abrazo que me diste
antes de irte a cantar en el estadio de Barcelona.
Ahora te has ido cataplún
viejo almirante de la mar oceana.
Pero nosotros
tu combo
no te podremos olvidarte nunca
por la fechoría de tu vida
y por esa soberana manera de tu voz
para amansar yeguas bravas.
Porque ellas son el sostén de la ciudad
la pollera del mundo
la calzonaria de la vida
Baila conmigo cabaretera
apura el hueso
métele al ritmo
marca el compás.
Por el billete que te quitaron
por ese hijo que no tuviste
por los cabrones que te dejaron
por las pistolas que roleteaste
por este pito de marihuana
¡salud!
Baila conmigo cabaretera
suelta la trenza
suda la pierna con este son.
Por Blanquita Garzón
por las pensiones a que has subido
por tantas camas desordenadas
por Daniel Santos con Jota Jota
cantado grifos de madrugada
¡salud!
Baila conmigo cabaretera
sacude el polvo de tu esqueleto
mueve tu nalga en son de bonche
échate un pie.
Por el King,
por el Gato Negro
por el Gema
por el Bar Anita
por el Play Boy
por la Naranja Mecánica
por el Verdes Palmeras
por la Puerta de Fierro
por la Villa Lay
por el Corrinche
¡salud!
Baila conmigo cabaretera
mueve los hombros como Celia Cruz
tu patria es esta baldosa
y una guaracha
en este cabaré fuleteado
al viernes de yatuvés.
Por las golpizas que te metieron
por tantas veces que te encanaron
por esos tombos que te estrucharon
por los aniñados que te violaron
por el perro muerto
¡salud!
Baila conmigo cabaretera
que esta noche sólo hay humo y cerveza
mi mano resbalando en tu guayaba
y el fondo de esta cabreadez
que tanto se parece a la alegría.
Por la dieciocho
por los jabeques del carretero
por viejo Cortijo y su combo
¡salud!
Baila conmigo cabaretera
deja tu queja
yo sólo bailo grajo veneno
tú da la cara como mujer.
Por el aborto
por la penicilina
por el Cristo del Consuelo
por la biela helada… ¡salud!
Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.
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