MENTIRAS, MÁS QUE MENTIRAS [Mi poema]
Ignacio Vleming [Poeta sugerido]
Ignacio Vleming [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Dicen que el mundo avanza. Yo lo dudo. Y dicen somos menos primitivos, Nadie crea soy ciego. No soy ciego. Que el deseo y honor van de la mano |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ignacio Vleming
Cápsula del tiempo
Al guardar un tesoro con cuidado
Habitualmente se pierde:
Piensa en los dientes de leche,
En las primeras propinas
O en tus ceras de colores
Y también en el muñeco,
Que siempre te acompañaba,
Sin palabras y sumiso.
Dentro de una caja,
Dentro de un cajón,
En lo profundo de un armario que nunca abres,
Puede que encuentres el mapa del tesoro.
REFLEXIÓN
Las paredes del pasillo te empujan con la violencia
de una plaga de lagartos.
Sus ojos clarividentes reflejan el tálamo hueco
donde soñaron los padres.
No todo lo que te pasa estaba escrito en las manos.
Sabes de las efemérides que empiezan
cuando un temblor rompe el tejido adiposo del abdomen
y libera las vísceras
y los miedos.
A los cobardes les gusta la esperanza del destino.
Pero tú te has dado cuenta de ser causa del azar
y el azar es un milagro
y no tiene explicaciones.
ENCUENTROS FORTUITOS
En un cajón de la feria se venden por pocos euros
las viejas cartes de visite.
Las contemplas,
amontonadas sin nombre,
manoseadas, perdidas y ultrajadas,
del mismo modo que a ti
te observa un desconocido
cuando sin saber cruzas el plano último de una foto
del álbum de unos turistas japoneses.
LA ETERNIDAD GUARDADA EN UNA CAJA
La pequeña diosa duerme
lejos de la luz y el aire turbio de la Prehistoria.
Su piel de piedra contiene terremotos milenarios.
Ahora está en una caja de madera y de cristal
y respira el mismo oxígeno que nosotros.
Cuando das una vuelta en torno a ella,
ilumina las grietas de la vitrina
y el corazón de los guías del museo.
Si la venus de Lespugue se despertara de pronto,
vería solo la eterna noche de los almacenes
y el silencio de tus ojos asombrados.
Diosa antigua, hoy prisionera,
igual que tú,
una muñeca.
La belleza no está en el interior
Podría padecer la enfermedad más grave y
dolorosa,/
pero da igual porque está espléndido bajo los
rayos uva y todos nosotros coincidimos en esto:/
sus músculos de acero, su piel de seda./
Digamos que posee la apariencia de un cuerpo
hermoso, muy hermoso.
Que al despertar tome un batido de pastillas
azules, que su boca contenga tantas úlceras
como una erupción, o que navegue
por su sangre un enjambre de agujas oxidadas no nos importa,/
porque su cuerpo heroico es la promesa de la
felicidad.
Mentira. Si lo hacía de engaños,
y nada más. Ya está. De otro modo,
también tú vas a ver
cuánto va a dolerme el haber sido así.Mentira. Calla.
Ya está bien.
Como otras veces tú me haces esto mismo,
pero yo también he sido así.A mí, que había tanto atisbado si de veras
llorabas,
ya que otras veces sólo te quedaste
en tus dulces pucheros,
a mí, que ni soñé que los creyeses,
me ganaron tus lágrimas.
Ya está.Mas ya lo sabes: todo fue mentira.
Y si sigues llorando, bueno, pues!
Otra vez ni he de verte cuando juegues.